El letrado de Rafael Amargo (49 años) ha solicitado al tribunal que juzgará al artista desde este lunes, 8 de abril, que declare al final del juicio, en lugar de al inicio como estaba previsto, y ha anunciado que Amargo defenderá su inocencia sosteniendo que estaba afectado por el consumo de drogas y que solicitará que se declaren nulas algunas pruebas.
La Audiencia Provincial de Madrid comienza este lunes el juicio a Rafael Amargo, el productor Eduardo de Santos y el socio del artista Miguel Ángel Batista, acusados de integrar un grupo que traficaba con droga, fundamentalmente metanfetamina, que presuntamente vendían desde el piso de Amargo.
La Fiscalía pide nueve años de cárcel para el artista por vender droga desde su casa de forma "persistente" junto con el productor, para el que pide la misma pena. Para el otro acusado solicita seis años de cárcel por ser un "hombre de confianza" que entregaba la droga a los compradores.
A la entrada a la sede judicial, el abogado de Amargo en el juicio, Marcos García Montes, ha explicado que defenderá la inocencia de Amargo basándose en que la Policía habla del grupo organizado pero la Fiscalía no, y en que "hay nulidad de intervenciones telefónicas y de registros".
Ha añadido que aportará pruebas "que demuestran que (Amargo) tenía problemas de dependencias", y estafa afectado por un "consumo severo" de drogas, y ha detallado que el artista está siendo tratado en el Centro penitenciario de Soto del Real como drogodependiente.
Ha especificado que ahora el artista está "perfectamente bien, muy tranquilo". Montes ha adelantado que va a pedir que Amargo y los otros acusados testifiquen en último lugar, ya que "hay una jurisprudencia procesal clarísima del caso procés que se está aplicando en todos los procedimientos", y es "razonable" que los acusados declaren en al final "para poder contrarrestar o matizar" lo que testifiquen los testigos.
Sobre el hecho de que Rafael Amargo esté en la cárcel desde noviembre, ya que según la Audiencia Provincial no cumplió el mandado de ir a firmar cada 15 días, el letrado ha dicho que "todo aquello fue muy confuso".
"Hay que mirar para el futuro y yo creo que el asunto va a ir bien y, en fin, vamos a trabajar con las pruebas", ha añadido, Amargo ha llegado desde la prisión hasta la Audiencia Provincial en un furgón de la Guardia Civil, y ha entrado a la Sala del juicio engrilletado.
Amargo está en prisión provisional desde el 3 de noviembre de 2023, cuando la Audiencia de Madrid así lo ordenó por riesgo de fuga y por quebrantamiento reiterado de la obligación de firmar cada 15 días en el órgano judicial que se le impuso como condición para permanecer en libertad provisional.
Fue detenido por los hechos por los que se sienta en el banquillo el 1 de diciembre de 2020, y quedó en libertad, siguiendo con sus trabajo. Pero dejó de cumplir las medidas cautelares y la audiencia le envió a prisión.
Amargo rechazó el año pasado, antes del juicio que se acabó suspendiendo, llegar a un acuerdo con la Fiscalía -que supondría reconocer los hechos para rebajar la pena que se le pide-, porque mantiene que es inocente y confía en que se demostrará.
Finalmente será defendido en la vista oral por el letrado Marcos García Montes, según ha confirmado a EFE este abogado. Previamente llevó su defensa Jaime Caballero y, durante unos meses, la letrada Ana Isabel Peña.
Para García Montes "su única culpa es ser famoso y gran bailarín", según ha adelantado el letrado a EFE.
La Fiscalía pide nueve años de cárcel para el artista por vender droga desde su casa de forma "persistente" junto con el productor, para el que pide la misma pena. Para el otro acusado solicita seis años de cárcel por ser un "hombre de confianza" que entregaba la droga a los compradores.
El Ministerio Público detalla en su escrito cómo operaba el grupo y las cantidades de diferentes drogas que se encontraron en casa de Amargo y de Eduardo de Santos.
El magistrado que llevó la instrucción del caso, Juan Ramón Reig, propuso inicialmente juzgar a los tres acusados y a la mujer de Amargo, Lucia Bonginiano, por un posible delito contra la salud pública y otro de pertenencia a grupo criminal, pero, al no acusar la Fiscalía a la mujer, el proceso no siguió contra ella.
El juez apreció que el bailarín era el cabecilla de un grupo que traficaba con droga, fundamentalmente metanfetamina, que vendían desde el piso que Amargo compartía con su mujer, utilizando 'mulas' que llevaban la droga a los compradores.
Rafael Amargo declaró al suspenderse en juicio en junio pasado que quería declarar ya para acabar con un proceso "viciado desde el principio", e insistió en que en su casa "no había nada".