Julián Contreras (38 años) se ha mudado a Córdoba para comenzar una nueva etapa y rehacer su vida en la ciudad andaluza junto a su padre. En los últimos meses, el hermano de Francisco Rivera (50) ha llamado especialmente la atención de los medios de comunicación tras confesar que se encuentra en una delicada situación personal a la que tiene que hacer frente él solo.
De ahí que tuviera que encontrar un nuevo trabajo y convertirse en youtuber. Sin embargo, quería mantenerse -sin éxito- en un discreto segundo plano. Así, en las últimas semanas se han conocido diversas informaciones sobre la situación de Julián. Tal y como se desveló, durante su estancia en el pueblo Villar de Cañas, en Cuenca, uno de sus perros, Rocky, al que rescató y adoptó hace casi dos años, fue atacado por otro can.
Ahora, ese mismo animal es quien tiene que despedirse de Contreras hijo y padre. En un primer momento, se barajó la posibilidad de que Julián tenía que encontrar un hogar para su mascota porque en su nuevo domicilio no aceptaban animales. A Julián le han calificado de "torturador" y "maltratador". Ahora, el joven ha dicho basta y ha roto su silencio.
Al borde de las lágrimas, y visiblemente molesto, ha aclarado en su canal de Twitch el motivo por el que busca nueva casa para Rocky. "Yo no sé si la gente es gilipollas o si se lo hace. Me han llamado monstruo, torturador y me han deseado la muerte. Voy a intentar explicarlo", ha comenzado.
"Yo no tengo un perro porque yo quisiese tenerlo. Nunca dije que lo quisiera. Yo lo rescaté de unas circunstancias muy complicadas y desde los primeros días lo que hice fue intentar encontrarle un hogar", ha proseguido.
De este modo, ha añadido que está "muy mosqueado" y ha subrayado: "¿Creéis que os duele más a vosotros que a mí que Rocky se vaya?". Ha afirmado que su nuevo edificio en Córdoba es "totalmente amante de los animales y no hay penalización por tenerlos", por lo que "no me he mudado a un sitio donde no se permite tener animales".
Contreras ha señalado que "no estoy abandonando a Rocky" y que "va a estar conmigo hasta que le encuentre un sitio". El motivo por el que tiene que decirle adiós se debe a sus "circunstancias vitales". "Si yo me voy de casa durante varios días, no tengo a nadie que pueda sacarle a la calle tres veces al día", ha indicado. Ahí es cuando entra su padre enfermo.
"Mi padre no puede pasear a Rocky, no puede sacarle a la calle por cómo está, lo que significa que me tengo que ocupar de que alguien venga, y son muchas cosas a las que no puedo hacer frente con la situación en la que me encuentro. No puedo", se ha lamentado.
Además, ha querido mandar un mensaje a quienes le "critican y no hacen nada". "Tanto que habláis, y con tanta gente que sois en mi canal, ¿en serio no podéis o no conocéis a nadie que pueda adoptar a Rocky? Es un perro cariñoso, bondadoso y noble. Hago un llamamiento para que alguien lo adopte", ha sentenciado.