La vida de Jacobo González-Robatto (36 años), conocido popularmente como Coco, diputado de Vox en el Parlamento de Andalucía, se vio sacudida fuertemente este pasado jueves, 9 de mayo, cuando su parcela más íntima y personal quedó expuesta por su última pareja sentimental.
El político, que en los últimos días está inmerso en la campaña de apoyo a su partido para las próximas elecciones del 12 de mayo en Cataluña, ha visto cómo Bárbara Lobato, la que hasta la fecha era su novia, ha destapado y compartido en sus redes sociales su "doble vida" y sus infidelidades.
Todo un escándalo que nadie se podía siquiera figurar, máxime teniendo en cuenta que la propia relación entre Coco y Bárbara tampoco era conocida a nivel público, por más que llevaran más de dos años de historia de amor en el más hermético de los secretos.
Coco Robatto en una fotografía de sus redes sociales.
"Tras dos años de relación, uno y pico de convivencia, he puesto fin a mi relación con Coco al descubrir que tenía una doble vida. (...) Tiene a la vez una relación desde hace meses, estable con otra chica. Ella no sabe de mi existencia al igual que yo no sabía de la de ella. Repito que no tengo ni ganas ni tiempo para odiar a nadie", comenzaba Bárbara su escrito más difícil.
Y añadía: "Me han robado dos años de mi vida y hay otra mujer a la que le está pasando lo mismo. Subir esto para que le llegue a ella es lo mínimo que puedo hacer, por empatía, de mujer a mujer. (...) No pensaba contar nada y menos aquí. Para que se dejen de decir cosas que no son y porque hay una mujer a la que le están haciendo lo mismo que a mí a la que espero ayudar".
Estos mensajes, en cuestión de minutos, generaron una vasta repercusión en redes sociales y el nombre de Coco Robatto se convirtió en trending topic: el escándalo estaba servido. En medio de esa marejada, su exmujer y madre de sus dos hijos, Rocío Osorno (37), desmintió que ella estuviese involucrada en ese triángulo. Ahora bien, ¿dónde estaba Robatto mientras todo el mundo lo señalaba?
Mientras guarda escrupuloso silencio, Jacobo González-Robatto ha tratado de continuar con su rutina en las redes sociales, un escaparate donde, normalmente, plasma sus visiones políticas e informa a sus followers de cuestiones relacionadas con su partido. De vez en cuando, eso sí, arroja algún dato personal y muestra detalles de su parcela más resguardada y cuidada con celo: la privada y familiar. Es lo que ha ocurrido en las últimas horas.
La publicación de Coco Robatto junto a su hijo mayor, Jacobo, este pasado jueves.
Este pasado jueves, Coco colgaba una story en su red social Instagram donde se le podía ver, o intuir, ejerciendo como padre de su primogénito, Jacobo (5). El líder político ha inmortalizado a su hijo mientras ambos disfrutan de una divertida noche de cine. Padre e hijo ven una cinta de dibujos animados.
Al mismo tiempo que Coco hacía público este plan familiar, su exmujer, Rocío, se dejaba ver en La Moraleja, en un evento público. La influencer acudía, este pasado 9 de mayo, a la presentación de la nueva campaña de Multiópticas MÓ, y lo hacía en compañía de su hijo menor, Luis (4).
La historia de amor entre Rocío y Jacobo terminó el 30 de diciembre de 2020. Ella comunicó el quiebre sentimental a través de sus redes sociales. "Coco y yo ya no estamos juntos. Ha sido una decisión tomado por ambas partes. Estos últimos meses hemos tenido muchas discusiones, ya que somos personas muy diferentes de forma de pensar", posteó la creadora de contenido.
Se conocieron en 2016, en mayo de 2018 él le pidió matrimonio, en junio de 2019 se casaron en la Catedral de Sevilla y tuvieron dos hijos. No obstante, todos esos pasos capitales en sus vidas no fueron suficientes: el amor se acabó. Hoy, ambos llevan caminos totalmente separados, unidos, únicamente, por su cordón umbilical y máxima preocupación: sus vástagos.
En las últimas horas, Rocío se ha visto involucrada, indirectamente, en el escándalo del que fue su esposo. Por ello, Osorno ha salido al paso para aclarar lo que sigue: "Yo no soy la otra. Salí de ahí a finales de 2020 y ya nunca jamás volví a entrar. (...) Ya sabéis que mantenemos una buena relación por el bien de nuestros hijos, pero hasta ahí. Yo no me meto en nada de su vida privada al igual que él no se mete en la mía".