La gran proyección de Jesulín y María José Campanario en redes: el motivo y la verdad de su necesidad económica

María José Campanario (44 años) y su marido, Jesulín de Ubrique (50), han experimentado, en los últimos meses, un notable cambio en cuanto a su exposición en redes sociales y su proyección pública se refiere. Es un hecho comprobado que desde que el pasado mes de noviembre la odontóloga hiciera pública su cuenta de Instagram, sus posts y su actividad en dicha red se han disparado. 

María José comparte aspectos de su día a día a golpe de publicación. Desvela, con total naturalidad, su rutina; promociona un vestido y sus marcas de moda predilectas; presume de sus cambios de looks y responde, sin ningún cortapisa, a los rumores que circulan por los mentideros sobre sus presuntos retoques estéticos.

Interactúa, además, con sus seguidores. Campanario se muestra, en definitiva, más próxima y cercana que nunca. Todo ello, sumado a una mayor agenda pública y social -su última salida aconteció el pasado mes de febrero, en un acto en el que coincidió con Toñi Moreno (50)- han provocado que sus followers hayan crecido exponencialmente. 

[La drástica decisión de María José Campanario tras las nuevas fotografías de su hija y sus demandas pendientes]

En sus últimas apariciones públicas, María José y Jesulín se muestran especialmente felices y exultantes. Gtres

Ahí, los datos: en noviembre, cuando liberó su cuenta, tenía 15.600 seguidores y hoy alcanza los 58.700 adeptos. María José gusta y se muestra imparable. Igual que Jesulín. 

El diestro, desde que decidió enrolarse en aventuras televisivas de la talla de El Desafío o MasterChef Celebrity, ha visto evolucionar su presencia en las redes sociales y sus apariciones 2.0 han ido in crescendo. Ahora, según ha adelantado El Televisero, el torero y su mujer participarán en el nuevo espacio que capitaneará Joaquín Sánchez (42), llamado Emparejados, en Antena 3.

No cabe duda de que el matrimonio ha decidido romper esa prudencia mediática, cuando no hermetismo social, en el que decidió vivir durante años. Claro está, esta decisión ha llamado la atención de algunos medios de comunicación. Sin ir más lejos, hace unos días el espacio Espejo Público trató de analizar este cambio de imagen de Jesús y María. ¿A qué se debe? ¿Qué se esconde tras sus publicaciones? 

Hay quien sostiene que ambos se sienten más libres desde que no existe el programa Sálvame y desapareció aquella suerte de tribuna en la que se les juzgaba y señalaba, siempre según la forma de ver de algunos. No obstante, se ha ido más allá y se señala la necesidad económica cómo la razón de que la dupla exponga, sin ambages, pinceladas de su vida en la red. 

"Creo que el cambio es por notoriedad y por dinero. Uno sin el otro no da el resultado final que es conseguir dinero. Quien no está en redes no es nadie. Ellos actualmente no tienen ningún trabajo que se les conozca", ha opinado el paparazzi Tino Torrubiano en el espacio de Susanna Griso (54).

No sólo esto, Torrubiano ha añadido: "Ellos son novedad en este momento, acaban de reintegrarse. En el caso de María José, le dará posibilidad de una salida económica".

El profesional gráfico ha aseverado, desde su óptica y experiencia, que el interés de los medios de comunicación y del papel couché en torno al matrimonio ha decaído, por lo que las redes les ayudan a no pasar inadvertidos: "Hace mucho que no les hago una guardia". Ha remachado, haciendo cálculos: "Un reportaje bonito de ellos en la playa con el niño jugando en la arena puede rondar los 25 o 30.000 euros".

La periodista Gema López (53) ha agregado, desde el plató matutino de Antena 3: "Los Jesulines reaparecen cuando no hablábamos de ellos. La propia María José, asesorada por los abogados, ha decidido no hacer exclusivas. Se pidió protección a su hija y ahora de repente una exposición que no se entiende".

Jesulín y María José junto a Toñi Moreno, el pasado mes de febrero, en Sevilla. Gtres

"Me parece fenomenal que la gente use las redes sociales. Lo que me extraña es el cambio ahora", ha puesto el acento López. Laura Fa, por su parte, ha apostillado: "Desde la participación de Jesulín en algunos programas, han cambiado. Y hace tiempo que no se les señala por qué hacéis esto. (...) Estarán en promoción".

Después de escuchar la versión de todas estas voces, EL ESPAÑOL ha tratado de dar respuesta a este cambio, a través del entorno más próximo a María José y Jesulín de Ubrique. Un buen amigo del matrimonio se ríe nada más exponerle lo que se dice y se comenta.

Acerca de esa presunta e imperiosa necesidad de facturar y de ganar dinero, el informante aduce: "Jesús y María José pueden tener muchos problemas, pero, desde luego, ninguno económico. No tienen necesidad ninguna". No se esconde que María José y Jesús comparten más parcelas que antes de su vida, pero el motivo parece mucho más mundano y peregrino: "María José se siente mejor y más segura. Tampoco es que esté las 24 horas colgando cosas. Se divierte, sin más". 

A María José siempre le han gustado las redes. De hecho, han sido su mejor pasatiempo cuando su enfermedad, la fibromialgia, le ha dado especialmente duro. EL ESPAÑOL también ha contacto con el abogado de María José, quien califica todas las presuntas informaciones de "bulos" y sostiene no dar crédito.

María José y su baja

En otro orden de cosas, en el plano profesional, EL ESPAÑOL no ha podido confirmar si María José ha regresado al trabajo. Fue durante su entrevista con Bertín Osborne (69), en Mediaset, cuando Jesulín desveló que su esposa estaba de baja. 

"Está bien. Lo ha pasado mal porque es un tema bastante delicado, pero mi mujer es una mujer fuerte y, muchas veces, ha sabido convivir con el tema del dolor", expresó Janeiro, para añadir: "Si lo sabes gestionar, se lleva mejor y mi mujer lo intenta gestionar lo mejor que puede. Hay épocas, como los cambios de tiempo de estación, que afecta más". 

En cuanto a la baja, Jesús no dio mayores detalles del actual estado laboral de su mujer. Este medio se puso entonces en contacto con el entorno del matrimonio. Se deslizó que la naturaleza de esa baja obedecía a una cuestión laboral, y no de maternidad, como se llegó a barajar.