No está al margen de los temas políticos, pero ya no milita en la primera línea del partido que él mismo fundó. A día hoy, Pablo Iglesias (45 años) se mantiene enfocado en sus hijos y en otros proyectos personales, como el bar Taberna Garibaldi, que abrió en el barrio madrileño de Lavapiés hace unos meses. 

"Esto empezó como una coña con otros amigos porque ya tenía una edad en la que podría comprarme un descapotable o ponerme unas mallas e ir en bicicleta. Pero al final decidí abrir un bar", confiesa Iglesias en una conversación con David Andújar para el Huffington Post que, precisamente, ha tenido lugar en su nuevo local. 

A lo largo de la charla, el que fuera líder de Unidas Podemos hace un repaso de su vida. Desde su infancia como hijo único, pasando por la adolescencia y sus primeros amores y hasta sus inicios en política. 

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Pablo Iglesias junto a sus tres hijos. Imagen publicada por Irene Montero. Instagram

Cuando habla de su adolescencia, Pablo Iglesias recuerda cómo fue su primer beso. "Dejando las primas aparte, mi primer beso políticamente correcto fue jugando al 'verdad o atrevimiento'", confiesa. Acto seguido, el periodista le pregunta si lo recuerda con cariño y la pareja de Irene Montero (36) prosigue: "Muchísimo. La primera vez que notas la lengua dentro de tu boca es muy especial". 

La conversación continúa con otras primeras veces, la historia de sus padres y su relación con ellos. Sobre esto, Pablo Iglesias asegura que mantiene un fuerte vínculo con sus progenitores y espera conseguir lo mismo cons sus tres hijos, Leo (5), Manuel (5) y Aitana (4), fruto de su relación con Irene Montero. 

"El siguiente reto es conseguir que mis hijos estén orgulloso de mí", comenta el madrileño. Precisamente por el bienestar de sus vástagos, Pablo Iglesias no se plantea regresar a la primera línea de la política. Lo hizo antes de ser padre y hasta que sus hijos eran bebés. Pero ahora que han crecido y tienen mayor consciencia, el que fuera líder de Unidas Podemos teme por la información que les pueda llegar a sus pequeños. 

"No volvería al lugar en el que estuve porque tengo tres hijos que se dan cuenta. No sé si estaría dispuesto a vivir eso. Creo que no", confiesa el ex vicepresidente segundo del Gobierno. 

Irene Montero y Pablo Iglesias, en una imagen de archivo.

Durante la conversación, Pablo Iglesias confiesa que no ha ido al psicólogo, aunque cabe recordar que convive con una. Irene Montero, su pareja, también copa el foco de la charla. El expolítico comenta que se enamoró "perdidamente" cuando la conoció y rememora cómo fue aquella etapa. 

"Caí enamorado prácticamente desde el principio. La vi y empezaron unas cosas en el pecho. Dije qué chica tan lista, tan atractiva, tan guapa...", recuerda sobre su primer contacto con Montero. "Yo soy muy tímido y a veces, por eso, parezco seco y quizá por eso ella cuenta que al principio le caí mal. Pero Irene es muy buena psicóloga y vio con el tiempo en realidad yo era un osito de peluche", añade en tono de humor. 

Pablo Iglesias finaliza la anécdota recordando que antes de ser pareja, él e Irene Montero fueron "amigos" y "compañeros de trabajo". Pero en su caso, siempre vio a la política como alguien especial. "A mí me gustaba desde el principio", insiste.