Yolanda Díaz (53 años) se ha convertido en uno de los nombres de la resaca electoral de este domingo 9 de junio. La ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno anunció que este lunes comparecería para realizar un importante anuncio público. Y una vez se ha puesto frente a los micrófonos, la política gallega ha anunciado su dimisión como líder de Sumar.
Una decisión que ha llegado tras un 2024 nefasto a nivel político marcado por las últimas cuatro derrotas que ha cosechado en las urnas. Primero, en las elecciones gallegas. Después, en las vascas y catalanas. Y por último, este 9 de junio en los comicios al Parlamento Europeo. Los pésimos resultados, con solo tres eurodiputados, han terminado suponiendo su puntilla al frente de la formación de izquierdas.
Tal y como ha informado EL ESPAÑOL, la decisión de la dimisión estaba tomada desde hacía unos días, ya que Yolanda y todo su equipo se esperaban el mal resultado que finalmente han terminado cosechando. Ahora, la vicepresidenta segunda del Gobierno dedicará su tiempo a sus labores ministeriales, las que realmente le gustan, y a su vida personal, la cual ha estado marcada por fuentes acontecimientos como su divorcio en los últimos meses.
Adiós a 20 años de matrimonio
El año 2024 está siendo especialmente intenso para Díaz. A sus malos resultados electorales y a sus enfrentamientos dentro de su propio partido, la ya exlíder de Sumar ha unido algunos sucesos de su vida privada un tanto delicados. Sin duda alguna, el más destacado de todos ha sido su divorcio de Juan Andrés Meizoso, quien ha sido su marido durante 20 años.
Tal y como pudo confirmar EL ESPAÑOL a principios del mes de febrero, la política y el dibujante decidieron poner punto final a su relación después de más de dos décadas juntos. Esta ruptura se materializó después de un proceso de separación que ha durado más de un año y que no ha sido sencillo de afrontar para ninguno de los dos.
La pareja tiene una hija en común, Carmela, de 11 años, la cual vive en Madrid con Yolanda. Por su parte, su ya exmarido reside en Galicia. Los primeros rumores de ruptura comenzaron cuando los medios de comunicación empezaron a echar en falta la presencia de Juan Andrés en alguno de los actos de Díaz.
Al contrario de lo que por ejemplo ha hecho recientemente Pedro Sánchez con su mujer Begoña Gómez, Yolanda dejó de ser vista junto a su pareja en sus apariciones públicas y también dejó subir publicaciones con él a sus redes sociales. Poco después, en enero, la vicepresidenta segunda del Gobierno hizo saltar todas las alarmas cuando confirmó en el programa Late Xou de TVE que vivía solo con su hija Carmela: "Soy supermonoparental".
El motivo de esta ruptura radicó principalmente en las dificultades de Meizoso para adaptarse a vivir en Madrid, donde Yolanda pasa buena parte de su tiempo por cuestiones laborales. Esta situación provocó un distanciamiento evidente entre ambos hasta que decidieron poner fin a su relación de mutuo acuerdo. Ahora, ambos mantienen una relación absolutamente cordial cuyo centro sigue siendo su hija Carmela.
Su ruptura después de casi 20 años de matrimonio, se casaron en noviembre de 2004, ha marcado en gran medida los últimos meses de la ministra de Trabajo, los cuales han sido de lo más intensos y estresantes. No obstante, en todo este tiempo ha contado con el apoyo incondicional de su hija Carmela.
Carmela, swiftie y pilar de Yolanda
Carmela Meizoso Díaz, 'Carmeliña' para su madre Yolanda y para su núcleo familiar, ha sido durante estos últimos meses el mayor apoyo que ha tenido la política. A pesar de sus 11 años, destaca por ser una niña muy madura y capaz de asimilar situaciones tan importantes como la que han atravesado sus padres o las dificultades propias de la vida laboral de su madre.
Ambas viven en la última planta del Ministerio y lo que más ha trascendido de la pequeña es su gran afición por Taylor Swift. Carmela es toda una fanática de la cantante de Pensilvania, una 'swiftie' como se hacen llamar las fans incondicionales de la artista más mediática del planeta en estos momentos.
De hecho, tanto la política como su hija acudieron juntas al primero de los conciertos que Taylor Swift dio a finales de mayo en el Santiago Bernabéu. Una oportunidad perfecta para hacer un plan en familia asistiendo a un espectáculo histórico.
Tras el concierto, la política gallega reconoció su admiración por el increíble evento que habían presenciado: "Mi hija es swiftie total y fue espectacular. Salgo más swiftie de lo que entré y todo el público se sabía sus canciones. Es un fenómeno y un concierto que merece la pena".
La relación entre Carmela y su madre es muy poderosa, lo que les lleva a compartir gustos musicales. La pequeña se ha convertido en toda una inspiración para Díaz, quien cada vez más se ha aficionado a los ídolos de su hija. Y es que a Taylor Swift habría que añadirle también el caso de Rosalía.
Durante su intervención en el Congreso de los Diputados en pleno debate de investidura de Pedro Sánchez el pasado año, Yolanda Díaz mencionó a la cantante para evidenciar la influencia que tienen la música, el cine o la literatura en la sociedad.
"Ahora quiero hablaros de cultura. La cultura es vital. Es la expresión más viva de nuestra plurinacionalidad. La cultura es la materia prima de nuestra identidad. ¿Quién sería yo sin los poemas de Xohana Torres y Lois Pereiro? ¿Quién sería yo sin el cine de Paula Ortiz y Jonás Trueba? ¿Quién sería mi hija sin las canciones de Rosalía? La cultura nos ayuda a saber quiénes somos, construye nuestros deseos y señala la forma que pueden tomar la esperanza y el futuro".
Preocupada por la moda
Tras su dimisión como líder de Sumar, Yolanda Díaz da un paso al lado en cierto modo. Sin embargo, seguirá siendo una parte importante de la actualidad política nacional, ya que mantiene sus cargos de ministra de Trabajo y de vicepresidenta segunda del Gobierno. Por ello, sus apariciones seguirán siendo frecuentes.
De esta forma, se podrá seguir siendo testigo de su manera de expresarse a través de la moda, ya que la política gallega suele mandar ciertos mensajes a través de sus atuendos. Dentro del pantone habitual de su vestuario, Yolanda Díaz suele apostar por colores como el morado o el blanco, referencia dentro del feminismo político y que muestran pureza y liderazgo.
De hecho, a través de este último presentó su proyecto más personal, su candidatura al frente de Sumar a las últimas elecciones generales. Yolanda es firme defensora de que a través de la moda también se puede, y se debe, hacer política. Generalmente, apuesta por un estilo vanguardista y minimalista, optando casi siempre por pantalones.
Aunque a veces también se decanta por más desenfadados looks con vaqueros o vestidos de corte lápiz o fluidos de largo midi en tonos rojo, camel o coral. En líneas generales, todos los expertos aseguran que cuida su imagen al máximo incluso con sus peinados, apostando decididamente por sus semirrecogidos trenzados. Una imagen que, eso sí, ha ido moldeando con el paso del tiempo, apostando cada vez más por una línea sofisticada, elegante y equilibrada.