A pesar de ser uno de los actores más reconocidos de España, Pablo Carbonell (61 años) ha conseguido que su vida privada quede alejada del foco mediático y no se conozcan apenas detalles de cómo es en la intimidad.
Después de casi 20 años de relación y nueve años de matrimonio, el actor y su hasta ahora mujer, María Arellano, han decidido separar sus caminos en lo sentimental. Así lo ha confirmado en exclusiva la revista Semana. La última vez que la pareja se dejó ver en compañía fue el pasado mes de febrero, en el estreno de la nueva temporada de Machos Alfa.
En esta cita se mostraron cómplices, lo que parecía una señal del buen momento que estaban atravesando. Sin embargo, meses después han decidido separarse. Tal y como ha explicado el citado medio, esta ruptura se ha producido de mutuo acuerdo.
Según han explicado fuentes cercanas a la revista, Pablo Carbonell continúa residiendo en la vivienda familiar situada en la sierra de Madrid; por su parte, Arellano se ha trasladado junto a la hija que tienen en común, Mafalda. Por el momento, no se conocen los motivos de esta ruptura.
Después de nueve años de relación, el también humorista y su pareja decidieron darse el esperado 'sí, quiero' en septiembre de 2015. Fue una boda íntima y a la que sólo acudieron las personas más allegadas. No faltó Mafalda, que en aquel momento tenía seis años y protagonizó uno de los momentos más bellos del enlace. Cada una de las mesas del banquete contaba con un dibujo de la pequeña en el que se podía leer: "Hoy se casan mis padres".
La benjamina de la familia ha sido el nexo de unión en la vida de sus padres desde su nacimiento. El matrimonio de Pablo y María ha estado marcado por la rara enfermedad que le fue diagnosticada a Mafalda y que les ha obligado a estar centrados en su cuidado.
Padece el síndrome artrogriposis múltiple congénito, que afecta a uno de cada 3.000 nacimientos, y que afecta a las extremidades del cuerpo. Todo hacía presagiar que nunca caminaría y que tendría, además, dificultades de movimiento. Sin embargo, gracias a la lucha tanto de ella como de sus padres estas predicciones no se cumplieron.
Tuvo que pasar por quirófano hasta en siete ocasiones, lo que le obligó a estar años en sillas de ruedas. Ahora está siguiendo los pasos de su padre en el mundo de la interpretación y ha demostrado que es una luchadora desde pequeña y que todo lo que se proponga lo puede conseguir.
María Arellano se ha mostrado siempre muy unida a su familia, tanto que a pesar de preferir mantenerse en el anonimato, les ha apoyado públicamente en cada uno de sus pasos en el mundo de la interpretación.