Desde que Rosario Bermudo (72 años) decidió recurrir a la justicia para velar por sus intereses como hija reconocida de Leoncio González de Gregorio y Martí, marido de la duquesa de Medina Sidonia, ha vivido momentos de todo tipo. Ha transitado por la alegría, cuando ha visto que sus titánicos esfuerzos daban resultados, y por la decepción en aquellos casos en que parecía que todo eran trabas.
Nunca, eso sí, cejó en su empeño de continuar, de seguir batallando y luchando por lo que entiende justo y, sobre todo, suyo: lo que le pertenece por ley como hijastra de la llamada duquesa roja. Esto es, su herencia, que se prevé millonaria. Para que los tribunales le den la razón, Rosario se puso en las manos del reconocido abogado Fernando Osuna.
El pasado día 27 de mayo, esta mujer vivió un día único. No sólo porque se celebró un juicio en Soria en el que se reclamó a sus hermanos, Javier, Leoncio, Pilar y Gabriel, su parte del legado paterno: también pudo Bermudo abrazar a uno de estos hermanos, Gabriel. Un encuentro, sorpresivo, que ni ella se esperaba, como pudo conocer EL ESPAÑOL.
Le llenaron de alborozo y de paz las palabras de su hermano Gabriel. No hay que olvidar que Rosario siempre ha mantenido, una y otra vez, que más allá de la razón económica lo que la ha impulsado siempre es tener trato con sus hermanos. Que hubiera cercanía y afecto y cariño. Ese día 27, la jueza instó a los letrados que capitanean este litigio a que alcancen un acuerdo.
Detalló a este medio Fernando Osuna, letrado de Bermudo, que la jueza puntualizó que, en caso de no conseguir ese entente, se enfrentarían todas las partes a "consecuencias muy negativas" y se volverían a ver las caras el 9 de octubre en Soria. Ahora, EL ESPAÑOL puede asegurar que ambas partes muestran gran disposición para acordar y acercar posturas y, para ello, se celebrará una reunión inminente entre los letrados.
De acuerdo a los datos que controla este medio, esa reunión tendrá lugar "a principios del mes de julio" y los abogados la harán realidad a través de una videollamada. Cuenta Osuna que no se podrán dar cita físicamente porque "hay un abogado fuera de la península, otro en Madrid y otro en Sevilla". En total, detalla Fernando, son cuatro los letrados que litigan.
Hay mucha esperanza en esta suerte de junta y ya se ha comenzado a hablar de "términos económicos". Todo hace indicar, pues, que las partes no volverán a darse encuentro en Soria. En otro orden de cosas, aquellas consecuencias negativas de las que habló la jueza tienen que ver con lo crematístico. Fernando deslizó, hace unos días, que ambas partes se juegan mucho a ese respecto.
La primera, su cliente: "Si perdemos, Rosario se queda sin un euro". Alcanzar ese acuerdo evitaría, además, el pago de las costas, las cuales, según Osuna, estarían fijadas en torno al "ocho o nueve por ciento" en relación con el dinero que se reclama de la herencia. El letrado estima que la herencia podría oscilar entre 1.250.000 euros y 2.300.000 euros, dependiendo de los criterios aplicados.
Fueron propios y extraños quienes se sorprendieron, el día 27 de mayo, con la presencia de Gabriel González de Gregorio en Soria y, además, con ese abrazo en que se fundió con Rosario. Osuna arguye que Gabriel siempre ha sido una persona "muy comunicativa" y se ha mostrado muy dispuesto a ayudar -a Rosario-.
El letrado, además, desliza que la relación entre los hermanos González de Gregorio no estaría pasando por su mejor momento y se vería marcada por los "pleitos" entre ellos.
El día del juicio, Gabriel se mostró muy conciliador. "Aparte de estas pendencias, es una alegría ver a mi hermana y a mis sobrinos. Espero que podamos olvidar las rencillas del pasado y construir un futuro juntos", expresó. Minutos más tarde, tras la celebración del juicio, González de Gregorio agregó: "A ver si llegamos a algún acuerdo antes de que nos coman los gusanos".
A la puerta de los juzgados, Rosario deslizó el delicado momento que vive: "Este año ha sido muy duro. Mi marido se ha quedado inválido y no puede salir a la calle. Mi hijo también va a ser operado. Necesito que todo esto termine para poder descansar".
800 euros de pensión
Rosario Bermudo vive, a día de hoy, con "800 o 900 euros" de pensión. Es una familia que nunca ha nadado en abundancia y así seguirá. Bermudo defiende que nunca la movió el dinero. No es una mujer ambiciosa, y si logra percibir el dinero que le corresponde como hija su día a día transcurrirá sin alteraciones.
"No soy nada avariciosa. Antes vivía en una casa muy humilde y gracias al Ministerio de la Vivienda me dieron este piso en que vivimos. Si no, seguiríamos viviendo en esa casa que no teníamos ni agua. Ahora, con este piso, es cuando mejor estoy viviendo", aseveró, tiempo atrás, a EL ESPAÑOL.