Fue recién estrenado el año 2024, en las primeras horas de enero, cuando vino al mundo, en el Hospital Quirónsalud San José, en Madrid, el hijo que la esteticista y modelo Gabriela Guillén (32 años) engendró fruto de su romance, ya por entonces finiquitado, con Bertín Osborne (69). La noticia del alumbramiento sacudió, como no podía ser de otra forma, los medios de comunicación especializados en crónica social.
El cantante de rancheras se convertía en padre por séptima vez a los 69 años. Y lo hacía, para más inri, en un escenario convulso, marcado por una ruptura con la paraguaya, que se produjo en las primeras semanas del embarazo. Esta circunstancia habría motivado al jerezano a solicitar una prueba de paternidad para confirmar la filiación del niño. Todo lo que vino después es bien sabido ya.
El artista aseguró, en un primer momento, que no iba a "ejercer" como padre. "Si se confirma que es mío, ayudaré", manifestó. Cinco meses después, y con una dura intermediación de un buen amigo, la expareja ha llegado a un entente y Bertín ha reconocido la paternidad. Ahora bien, en medio de este ruido mediático, existe un gran misterio del que nadie quiere hablar: el nombre del hijo de Gabriela.
Su género: es un niño, eso es lo único que se conoce hasta la fecha del vástago en común de Bertín y Gaby, como la conoce su entorno más próximo. No hay más datos al respecto. Silencio sepulcral en el entorno más próximo a Gabriela. Nadie sabe, nadie resuelve.
EL ESPAÑOL ha intentando averiguar cómo se llama el pequeño, pero ninguna de las personas consultadas sabe dar respuesta a esta cuestión. Un simple nombre, algo tan común y hasta anodino, la forma más directa y sencilla de identificarnos, ha sido elevado por Gabriela -se entiende que también por Bertín- a la categoría de secreto de estado.
"No, no lo sé. No lo va a decir", "No lo quiere decir, es por unas creencias que tiene ella. Tampoco quiero escucharlo, no vaya a ser que se filtre el nombre", son algunas de las declaraciones que ha dado el entorno más directo a la modelo. "No lo va a soltar", se agrega. Por otro lado, hay quien apunta a que la que fue pareja sentimental de Bertín Osborne no desea que el nombre de su bebé circule por los platós de televisión.
Consideraría Gabriela que el hecho de que se conozca el nombre de su vástago es el principio para abrir la veda y que lo próximo que se quiera descubrir sea su rostro. Quiere Gaby blindar la infancia de su hijo y, en aras de esto, lo está protegiendo al máximo. La cuestión de la identidad del pequeño se ha tratado como de refilón en la prensa y los programas de televisión han pasado de puntillas por el tema de marras.
La realidad es que el nombre es sabido por muy pocas personas y sobre él hay orden expresa de que bajo ningún concepto se filtre. El hecho de que, cinco meses después de su nacimiento, nada se sepa de la identidad del pequeño demuestra que, pese a todo, Gabriela Guillén cuenta con un valioso grupo de amistades, que es fiel y discreto.
¿Se sabrá algún día el nombre del hijo de Gaby? Ahora que Bertín ha dado un paso al frente, se ha allanado y ha reconocido la paternidad, ¿será el momento en que Gabriela hable del menor y, al menos, descubra su nombre? Sólo el tiempo dará respuesta a estas cuestiones que, de momento, se hace imposible despejar.
En paz y conciliadora
En las últimas horas, EL ESPAÑOL ha podido conocer cómo se encuentra Gabriela Guillén tras el comunicado conjunto que emitió la expareja el pasado miércoles, 12 de junio. La rúbrica de Gabriela hace entender que, por fin, tras meses convulsos, de reproches y desatenciones, ambos han alcanzado, al menos, un entente y cierta cordialidad.
Ella y Bertín, a través de una tercera persona, nunca directamente, llevaban "semanas" acercando posturas y barajando una "solución privada". Desliza una fuente amiga y muy cercana a Guillén que ella está "en paz" y "muy conciliadora".
Quiere "olvidar el pasado", hacer borrón y cuenta nueva y ver qué le depara esta nueva etapa con Bertín. Existe una frase o suerte de idea en la que las fuentes consultadas confluyen: Gabriela y Bertín siguen sintiendo el uno por el otro, eso no cambia de súbito. "Quién sabe si después de todo vuelven", aventura una persona que los conoce y asevera que ambos estuvieron "muy involucrados".
También se habla a EL ESPAÑOL de un pacto de silencio. Una línea que el propio Bertín ha admitido este pasado jueves, día 13, en su reaparición pública: "Lo único que os pido es que entendáis que no vamos a hablar de nada ni dar más detalles. (...) He dicho que es mío y ya está. Hemos hablado y como os digo, no hay ningún problema".