La familia García Obregón está de celebración. Este sábado, 15 de junio, se ha celebrado una de las bodas más esperadas del año para ellos. Fue el pasado mes de mayo cuando contrajo matrimonio Javier García Pérez-Lago, sobrino de Ana García Obregón (69 años).
Ahora le ha tocado el turno a Juan Antonio, hijo de Juancho García Obregón, hermano mayor de la actriz, y Marta Vázquez de Castro. Esta cita ha hecho que la familia se haya desplazado hasta Asturias, concretamente hasta la localidad de Cangas de Onís.
El 'sí, quiero' ha tenido lugar en el Santuario de Covadonga. Aquí han unido sus vidas Juancho -como se le conoce en su círculo familiar y de amistades- y Cristina Gutiérrez después des cuatro años de relación. Quien no ha querido perderse esta cita es Ana Obregón, que ha acudido con una amplia sonrisa y mostrando un espectacular estilismo.
Tal y como pudo saber EL ESPAÑOL, la presencia de la actriz no estaba del todo confirmada, ya que se pensó muy mucho el desplazarse hasta Asturias con la pequeña Ana Sandra Lequio Obregón. Finalmente, ha viajado sola para asistir a este día tan importante para su familia. Ha estado arropada por sus hermanos y, en concreto, por sus hermanas Celia y Amalia.
Para la ocasión se ha decantado por un exclusivo diseño de Alejandro de Miguel. Ana Obregón ha querido hacerse una prenda única y a medida. Está confeccionado con más de siete metros de crespón de seda en un vibrante color rojo. Ha lucido un cuello envolvente y una gran abertura en la pierna y una cola. El modisto ha querido sumarle una diadema con plumas naturales y rejilla, una de las tendencias de este 2024.
La actriz se ha convertido en la invitada más esperada de la cita y así lo demuestran las fotografías tomadas a su llegada. Ha mostrado la mejor de sus sonrisas e incluso se ha visto la emoción que sentía en ese momento. Además de Ana Obregón, uno de los invitados más fotografiados del día ha sido Carlos Sainz Jr. (29) amigo de la novia y al que le une su pasión por los rallies.
Tras la finalización de la ceremonia, los invitados volverán a trasladarse al Parador Cangas de Onís para la celebración del banquete. Con capacidad para 250 personas es el lugar de encuentro de todos los asistentes. La pareja tuvo claro desde el principio que su boda se celebraría en el norte y después se trasladrían a Madrid a comenzar una nueva vida juntos.
El primero en llegar ha sido, tal y como marca la tradición, el novio. Lo ha hecho acompañado por sus padres y su hermano. Después aparecía Cristina en un coche de época bicolor impresionante junto a su padre. Con un vestido de lo más elegante, la novia entraba en la iglesia para jurar su amor por Juan Antonio y, minutos más tarde, la abandonaban celebrando su enlace.
Una de las cualidades que más destaca del novio es su discreción. Nunca ha querido pertenecer al mundo de la prensa del corazón. Algo que ha heredado de su padre, que sólo se ha dejado inmortalizar por los paparazzis en contadísimas ocasiones. Actualmente, trabaja en la empresa Neurored.