En medio de constantes críticas desde que abrió las puertas de su nuevo restaurante, Casa Salesas, Íñigo Onieva ha contado con el apoyo incondicional de sus familiares y amigos más cercanos, sobre todo el de su suegra Isabel Preysler.
En esta ocasión, la reina de corazones ha acudido este pasado viernes, día 21, una noche más al restaurante de su yerno. Disfrutó de una agradable velada entre amigos en la que su hija Tamara Falcó fue la gran ausente.
Tras varias horas en el interior donde coincidió con el empresario, Isabel abandonaba el local con la mejor de sus sonrisas en el rostro, demostrando que está en un momento muy relajado de su vida.
Con la elegancia que le caracteriza, la madre de Ana Boyer eligió para la ocasión un sencillo traje de dos piezas en color blanco con cinturón marcando la silueta. Una opción ideal para esta temporada que estiliza y resalta el bronceado.
En cuanto a los complementos, Isabel apostó por unas cómodas cuñas también en blanco y un bolso a modo de cartera de mano. En uno de los momentos más felices de su vida en el que está disfrutando al máximo de sus amistades, Isabel comentó: "Estoy muy bien, muy feliz, gracias".