Jordi Ballart, Ignasi Sagalés y sus tres hijos en una imagen de sus redes sociales.

Jordi Ballart, Ignasi Sagalés y sus tres hijos en una imagen de sus redes sociales. Redes sociales

Famosos ENTREVISTA

Jordi Ballart i Pastor, alcalde de Terrassa y LGTBI: "Pensé en dimitir cuando supe que mi hijo de 7 años tenía leucemia"

Con motivo del Orgullo, EL ESPAÑOL entrevista al edil catalán, que esta semana acompañó a su hijo en la última operación para vencer al cáncer. 

22 junio, 2024 01:39

En junio de 2019, con motivo del mes del Orgullo, EL ESPAÑOL creó la primera lista de alcaldes LGTBIQ+ más influyentes de España. Mujeres y hombres, como Jordi Ballart i Pastor (44 años), edil del municipio barcelonés de Terrassa, que desde su posición de poder como líderes de un Ayuntamiento rompieron barreras al vivir con absoluta naturalidad su orientación sexual en sus pueblos siendo ésta, en ocasiones, objeto de mofa por parte de determinados ciudadanos. Sus contrincantes políticos también usaron esas injustas armas empleando técnicas aún más reprobables: llegaron a desear la muerte al hijo del Ballart, menor de edad y enfermo de leucemia.

En la primera hornada de nombres de aquella lista creada por este diario -y que ahora cumple un lustro- se encontraba, como no podía ser de otra manera, el de Jordi Ballart i Pastor. Un egarense felizmente casado con otro, Ignasi Sagalés, su razón de amor desde hace diez años y su marido desde hace 13 meses. Juntos son padres de tres preciosos hijos a los que adoptaron en 2015 y que llegaron a casa, casualidades de la vida, la noche antes de que Ballart jurara el cargo de alcalde de Terrassa, su ciudad natal. 

En las elecciones municipales y autonómicas de 2023, Tots x Terrassa, el partido fundado por Ballart tras su salida del PSC, volvió a ser la lista más votada y el edil renovó su legislatura por cuatro años más. Valiente, apasionado y comprometido con sus 220.000 habitantes, su mundo frenó en seco el 12 de agosto de 2021. A su hijo mayor, al que cariñosamente todos llaman Xito, le diagnosticaron leucemia. Tenía sólo siete años. 

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Jordi Ballart se rapó el pelo a la vez que su hijo y permanecieron juntos medio año en el hospital en el verano de 2021.

Jordi Ballart se rapó el pelo a la vez que su hijo y permanecieron juntos medio año en el hospital en el verano de 2021. Redes sociales

Jamás Jordi bajó la guardia e hizo malabares para conciliar hospital, hogar y Ayuntamiento. Hoy, el pequeño está recuperado del cáncer, en su casa respiran paz y su concejo prepara con alegría su gran semana del Orgullo LGTBI: por la incansable lucha de los derechos del colectivo. Por todos estos motivos de júbilo, EL ESPAÑOL ha entrevistado a Jordi Ballart i Pastor, que accede a conversar con este medio en uno de los momentos más dulces y dichosos de vida personal y su trayectoria política. 

Empecemos por lo importante. Esta semana, su hijo ha sido operado como parte del proceso de curación de la leucemia que padece desde hace casi tres años. ¿Cómo está? 

Bien, todo bien. Ya vemos la luz. Muy contentos y agradecidos por el trato de todo el equipo médico del Hospital Sant Joan de Déu. Les debemos la vida. Esta operación ha sido la fase final de todo el proceso. Le han quitado el Port-a-Cat, es decir, el dispositivo por el que le han suministrado la quimio y por el que le han hecho las analíticas. Ahora sí que tengo esperanza, por esta nueva etapa y por la curación plena. Es verdad que tiene que seguir pasando todos los controles médicos, pero ya es diferente. 

¿Cómo recuerda aquel nefasto 12 de agosto de 2021?

Un golpe muy duro. Nunca te lo esperas. Te imaginas que esto le puede pasar a cualquiera menos a ti. Estábamos de vacaciones y, de repente, el cáncer llama a tu puerta y te cambia la vida para siempre. En los primeros momentos no sabes cómo reaccionar porque lo que importa es el niño, que esté bien atendido, que los tratamientos vayan rápido. Estábamos tan concentrados en el niño que al principio ni expresas tus emociones, pero realmente el 12 de agosto... nos cambió la vida: el trabajo, la logística, la rutina... 

¿Cómo lo detectaron?

Él llevaba 15 días encontrándose mal. Estaba todo el día durmiendo, no comía casi. Una semana antes de ingresar fuimos a un Centro de Atención Primaria porque tenía fiebre y veíamos que algo no cuadraba. De ahí lo mandaron a casa diciendo que tenía cuento, básicamente. Que había entrado cojeando y había salido andando y que esto igual era por el calor del verano. Que si se repetía la fiebre, que volviéramos. Al cabo de una semana, el niño no podía ni andar. No podía más. Tengo una imagen en la cabeza que es la del niño cogiendo las bolsas de la compra y no podía subir ni las escaleras. ¿Sabes cuando un hombre muy anciano no puede casi caminar porque todo le pesa? Ahí miré a mi pareja y le dije: "Hasta aquí hemos llegado. Vamos al hospital". 

¿Y qué les dijeron?

Estábamos en El Maresme, cerca de Mataró. Fuimos al hospital de Mataró, le palparon el abdomen, vieron una masa de 15 centímetros y nos fuimos corriendo a urgencias del Sant Joan de Déu. Entramos y no salimos hasta los seis meses. 

¿Se supera alguna vez el miedo teniendo dos niños más?

El miedo nos acompañará siempre. Tenemos dos hijos más y con cualquier pequeño síntoma, ya te aterrorizas. Enseguida vas a urgencias. Si no nos hubiera pasado esto, lo viviríamos diferente. De hecho, con él, los primeros síntomas ya eran síntomas de cáncer. Hicimos algo que no se debe hacer, mirar Google y al poner los síntomas, en las primeras entradas ya decía "cáncer infantil" y "leucemia". Antes del diagnóstico imaginábamos por dónde podían ir los tiros. Vives diferente para siempre. Miedo, angustia... con él también. Ahora cuando tiene dolor de barriga o de cabeza y vamos a urgencias y lo hacemos con miedo. Esto marca para siempre. A la mínima, corremos. 

¿En qué más cambia un golpe así a una familia como la vuestra?

Te parecerá contradictorio, pero somos más felices que antes. Relativizamos todo, vivimos el día a día, pequeñas cosas que antes no valoramos. Y es así: somos más felices. Saboreamos la vida diferente. 

¿Cómo le explicaron a los otros niños, a sus dos hermanos, que su hermano mayor estaba enfermo?

Esto es lo que más nos costó. El pequeño tenía cuatro años; la niña, cinco. Él tenía siete. Costó mucho. Lo hicimos progresivamente. Le dijimos que tenía "un bicho" en la barriga y que debía estar unos días ingresado. Pobrecito, fueron más de seis meses. Pero con ellos normalizamos al máximo la vida. Dentro de que las rutinas cambiaron, no notaron el vacío de sus padres. Con mi pareja nos alternamos y tanto mi hijo mayor como nosotros dos siempre estuvimos con ellos. Aparte de la atención al enfermo, con sus hermanos tuvimos claro que había que dedicarse también a ellos. Intentamos que notaran el cambio lo mínimo posible. 

¿Cómo fueron esos primeros momentos en los que tuvo que dividirse entre el hospital, su casa, con sus otros dos hijos y su marido, y el Ayuntamiento como alcalde de Terrasa?

Cuando me dijeron el diagnóstico, lo primero que se me pasó por la cabeza fue dejar el cargo. Eso de entrada. Lo tenía clarísimo. La primera prioridad era la curación de mi hijo y todo lo demás era renunciar a la alcaldía. Esto pasó en verano, y también gracias al equipo de regidores y regidoras y al equipo humano del Ayuntamiento me di cuenta de que podía compatibilizar las dos cosas. Eso hice: ser alcalde desde el hospital. Reuniones virtuales, todo desde el teléfono móvil con el niño allí. El niño ha participado en muchas cosas, ha aprendido mucho, lo impliqué en mi trabajo y eso nos fue muy bien. Él pasó momentos muy complicado después de las quimios tan duras que le ponían, pero cuando estaba más o menos bien él vivió el hospital como una aventura. Queríamos que lo pasara bien dentro del dolor.

¿Lo lograron?

Yo creo que sí. Él tiene un recuerdo positivo del hospital. Cuando vamos a que le hagan pruebas, tiene ganas de ir... Le gusta ir a la cafetería y comerse un Donut y tomarse el Cacaolat. Tiene buenos recuerdos de las personas del hospital y de todo lo que significó para él. No lo vivió mal, dentro del golpe tan duro. 

¿Han tenido que recurrir a ayuda psicológica o a algún tratamiento para poder gestionar esta situación tan excepcional de trabajo y familia?

No, a profesionales no. Nos hemos apoyado entre nosotros. Si en un momento así una pareja no tiene una relación muy fuerte, realmente puedes poner en peligro la convivencia con tu pareja. Esto ha sido una prueba de fuego. Nos apoyamos muchísimo mutuamente. Mucha gente nos decía que nos cuidáramos porque muchas parejas no sobreviven a estas situaciones. Llevamos 10 años, nos casamos hace uno. 

¿Y eso? Es muy reciente esa boda. 

Decidimos casarnos cuando el niño estaba ingresado en el hospital. Nunca pensamos en casarnos, pero con todo lo que pasó, lo hicimos por un tema legal y también porque no pusimos en lo peor... Arreglamos todos los documentos, nos caducaron. Y al final nos casamos hace un año, en plena campaña electoral. Sin ceremonia y sin nada. Firmamos el documento en mi despacho y ya está. 15 de mayo de 2023, una firmita y ya está. Tenemos pendiente la gran celebración. Algún día. 

¿Cómo lidia uno con insultos homófobos y con insultos contra sus propios hijos?

Relativizas todo. De alguna manera me he acostumbrado a vivir con los insultos. Hubo algunos que aprovecharon políticamente la situación del cáncer de mi hijo. Un partido político, que ahora ya no existe, Ciudadanos, me hicieron una revista que buzonearon por todas las viviendas de Terrassa con mi silla del despacho vacía y el titular era: "¿Dónde está el alcalde?". Pues el alcalde estaba en el hospital, a los pies de la cama de su hijo de siete años, que tenía leucemia y estaba ingresado. Todos los partidos me apoyaron, pero algunos quisieron aprovechar que físicamente no estaba. En realidad estaba más que nunca. Como no tenía la parte representativa de alcalde, de ir a actos de agenda, siempre estaba pendiente de todo. El alcalde está en todo, en todos los temas y más que nunca. 

El alcalde Ballart junto a su esposo y sus tres hijos en una imagen cedida a EL ESPAÑOL.

El alcalde Ballart junto a su esposo y sus tres hijos en una imagen cedida a EL ESPAÑOL. Cedida

¿Ha tomado medidas legales contra eso?

He tomado muchas medidas legales. Al principio no dejaba pasar ninguna. Cualquier mensaje o insulto era denunciado. Me he reunido con la Fiscalía de Delitos de Odio y he denunciado todo, he ido a juicios y todo está archivado porque están amparados en la libertad de expresión al ser yo un cargo público. En los últimos tiempos se ha multiplicado esto una barbaridad.

¿A qué cree que se debe?

Tiene que ver la llegada de la extrema derecha. Tienen un altavoz de odio y lo noto mucho más que antes: mensajes, insultos, amenazas por la condición sexual. A mí me pueden criticar lo que quieran de la gestión, pero meterse con los niños y desear la muerte de niños enfermos, como ese mensaje que recibí en el que le deseaban la muerte a mi hijo... 

¿Compensa? ¿Tal es la vocación de servicio?

Hay momentos de reflexión, pero sí que vale la pena. Hay mucha gente que sufre y que no tienen el puesto o el privilegio que tengo de para ayudar a otra gente. He ayudado a adolescentes en el proceso de salir del armario. No he hecho bandera de nada, pero todo lo he llevado con la mayor normalidad posible. 

¿Hace mucho caso a las redes?

Mis redes las utilizo yo por cercanía con la gente. Yo dedico tres horas a las redes todos los días. No tengo un equipo que responda a los mensajes. Lo hago yo. Al final, pagas el precio de la cercanía. Ahí se ven los insultos. Cuanto más dar la cara, más te la parten. Más atacan. Es el precio de la proximidad y hay momentos en los que uno se pregunta si todo esto vale la pena. 

Estamos en el mes del Orgullo, donde se celebra la diversidad de las familias. En su caso, está casado con un hombre y es padre de tres niños adoptados, ¿cuál es su posición en relación con la gestación subrogada?

Respeto absolutamente cualquier decisión que tome cada uno. De hecho, estuvimos mirándolo y valorándolo, pero no nos convenció el sistema. Lo encontramos muy frío, con un catálogo... además del coste económico. Hay otras vías aquí en España para cualquier persona que quiera adoptar niños. Y relativamente rápida. Nosotros lo hicimos por la vía de necesidades especiales. No es la vía de adopción ordinaria. Hay muchísimos niños en Cataluña, en España, que están en centros y están deseando tener una familia. Teniendo niños aquí que necesitan unos padres, no tenía mucho sentido hacer el otro proceso. Pero tenemos el máximo respeto a todas las parejas y personas que accedan a la gestación subrogada.

¿Cuánto tiempo tardó su proceso de adopción?

Es un proceso largo. La formación es larga. Nos dieron el certificado de idoneidad en enero de 2019 -empezamos la formación años antes-, nos dijeron que la media de espera era un año desde que obtenemos el certificado. Nos dijeron "aprovechad estas vacaciones, que serán las últimas en pareja". Curiosamente, en mayo, que no esperábamos para nada la llamada, la recibimos. Todo esto fue dos días antes de empezar la campaña electoral de las elecciones de 2019, tras mi salida del PSC, la creación del partido... A los dos días de ganar las elecciones nos reunimos y ahí vimos la foto de nuestros hijos: tres hermanos, dos niños y una niña. Desde el día de las elecciones hasta el pleno de Constitución, que son tres semanas, hicieron el proceso de acoplamiento. Los niños llegaron a casa la noche antes del pleno de investidura. 

¿Juró el cargo de alcalde y se convirtió en padre a la vez?

Sí, y los primeros 100 días de ser padre tienes que garantizar estar al cien por cien, todas las horas del día con los niños. Durante los primeros 100 días de alcalde no pude ejercer de alcalde. Bueno, de noche, de madrugada... el pacto de Gobierno lo hice desde casa, venían aquí a hacer las reuniones porque yo tenía que estar con los niños. La llegada de los niños te cambia la vida por completo. 

Es usted un mago.

Nada, nada, de mago, nada. Son horarios diferentes y dormir poco y ya está.

¿Qué tienen planeado hacer desde el Ayuntamiento de cara al mes y la semana del Orgullo, que ya se acerca?

Tenemos una concejalía específica LGTBI, la primera de toda España. Tenemos el pacto de la diversidad sexual: reunir a todos los agentes que pueden incidir en las políticas de igualdad. Cuerpos de seguridad, sindicatos, profesionales de la sanidad... Desde ese pacto se impulsan todas las acciones. Lo que nos está funcionando mejor y está totalmente consolidad es el Servicio de Atención, donde tenemos a cinco profesionales. Es un servicio de referencia. Se han incrementado muchos casos, sobre todo de hombres trans. Hay actividades de concienciación, haremos actos más simbólicos, la bandera. Y además nos coincide con el inicio de la fiesta mayor. Haremos una fiesta para la diversidad, charlas, conciertos... No habrá desfile, pero son actividades con agentes locales. 

Cuénteme más de ese servicio.

Acompaña a las personas LGTBI en su proceso, los ayudan si son agredidos, se canalizan las denuncias, está muy bien valorado. 

Para concluir, cuénteme un deseo personal y profesional de cara al verano o a lo que nos queda de 2024.

Personal: salud. Cuando pasas por una situación grave... sólo pienso en salud. Y a nivel profesional, una ciudad sin desigualdades en la que todas las personas puedan vivir con sus derechos garantizados.