El 27 de junio de 2023, España perdió a una de sus grandes figuras: Carmen Sevilla. La actriz falleció a los 92 años a causa de una neumonía. Padecía alzhéimer y durante una década había vivido en una residencia, alejada del foco mediático. Su rutina trascendía en el más absoluto hermetismo y fue ésta la línea que siguió su hijo, Augusto José Algueró (59 años), para despedirla. El último adiós a la presentadora se llevó a cabo con máxima discreción. No asistieron sus seguidores ni sus compañeros.
Para homenajearla, sus amigos se reunieron 16 días después de su partida en una misa funeral organizada por Rappel (78) en la iglesia San Antón de Madrid. "Ha sido una mujer que ha vivido con alegría, todo le motivaba, era feliz en todo, cantando, bailando, tomándose un aperitivo, de excursión, en la playa, era feliz en todos los momentos de la vida. Se le echa en falta, era un espíritu de luz", recordaba entonces el futurólogo.
Hoy, un año después del fallecimiento de Carmen Sevilla, sus palabras de cariño siguen siendo las mismas. A propósito del primer aniversario de la muerte de la actriz, EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con Rappel, quien sólo puede deshacerse en halagos hacia la inolvidable presentadora. "Era un gran ser humano. Una amiga muy especial a la que no olvidaremos nunca. Era muy divertida", expresa el vidente.
Aunque fue él quien por iniciativa propia le organizó una misa funeral a Carmen Sevilla dos semanas después de su muerte, hoy, con motivo del primer aniversario de su fallecimiento, no ha programado ningún homenaje. "No tengo nada previsto", confirma Rappel en su conversación con este medio.
Moncho Ferrer, íntimo amigo de la actriz y quien estuvo a su lado hasta el fin de sus días, tampoco tiene constancia de que haya un homenaje previsto en recuerdo a Carmen Sevilla. No le han informado sobre una posible ceremonia, pero lamenta que hace un año, tras su muerte, no se le haya dado un último adiós acorde a su figura.
"España amaba a Carmen y ha sido un error no darle una despedida como se merecía, como a muchas grandes", expresa apenado Moncho Ferrer. "Carmen se merecía todo", ha insistido en su charla con este periódico.
Ferrer no quiere entrar en polémicas y prefiere recordar a su amiga como una mujer "extraordinaria". Le agradece su "lealtad, cariño y compromiso". Insiste en que la ha "querido y siempre" y asegura que con ella vivió "muchas cosas" que no va a olvidar jamás.
Carmen Sevilla y Moncho Ferrer se conocieron trabajando en 1985 y no se separaron hasta que la actriz falleció. Para él, la presentadora era una figura imprescindible en su vida y así se lo hacía saber con cada visita a la residencia en la que vivía. Tal y como él mismo desveló en alguna ocasión, veía a la intérprete "casi todas las semanas". Era el único, además del hijo de la actriz, que tenía permiso de hacerlo.
Moncho Ferrer, además, se convirtió en su portavoz. Era una de las pocas personas que informaba sobre el estado de salud de la veterana actriz, así como de su rutina, mientras se encontraba ingresada en una residencia de Aravaca.
La familia de Carmen, en cambio, optó por apartarse de los focos y llevar el tema con absoluto hermetismo. Su único hijo, Augusto José Algueró, siempre ha querido mantenerse al margen. El año pasado, en el funeral que organizó Rappel en recuerdo de la actriz, no pudo estar físicamente debido al dolor profundo que sentía por la pérdida de su progenitora. No obstante, envió una carta que fue leída durante la ceremonia.
En su misiva Augusto agradecía a Rappel por la iniciativa y al resto de asistentes anónimos "por su cariño y recuerdo hacia ella. Como ella misma les diría, qué Dios os bendiga a todos". En el texto también aseguraba que Carmen "en el cielo se sentirá feliz y contenta por este recuerdo" y explicaba que su ausencia en este homenaje era por falta de fuerzas.
Fiel a su discreción, desde que falleció su madre, Augusto Algueró desapareció -aún más- de la vida pública. Al hijo de Carmen no se le volvió a ver hasta el pasado 30 de mayo, cuando reapareció en Sevilla para recoger la medalla de oro que la capital hispalense otorgaba a la actriz. Conmovido y sin poder contener las lágrimas, recibió este homenaje póstumo a casi un mes del primer aniversario de la muerte de su progenitora.