Este pasado viernes, 26 de julio, Elena Tablada (43 años) se ha sentado en el plató del espacio ¡De Viernes!, en Telecinco, para contar su verdad tras ganar, hace unos días, la batalla judicial a su exmarido, Javier Ungría (43), en relación a la custodia de su hija en común, Camila (4).
En todo este proceso, la polémica ha estado más que servida y es que, hace justo un año, se conocía que Tablada había contactado y contratado a un detective privado para que siguiera cada paso de su exmarido y, de esta manera, aportar más pruebas en el juicio por la custodia de su hija pequeña.
Fue el periodista Aurelio Manzano quien desveló, días atrás, que le han concedido a la diseñadora la custodia total de su hija. Ahora, Tablada ha expuesto su testimonio en el plató de Mediaset. En primer lugar, Elena ha querido aclarar la razón por la que contrató al detective: "Fue una recomendación de mi letrada y acepté porque pensé que era lo mejor".
Y añade: "No le pongo un detective ocho meses. El detective estuvo siete días en dos meses diferentes, dos compañías diferentes que a mí me lo paga un amigo mío porque yo no tengo la capacidad de pagar a un detective. En esos seis días se ve cómo no hay rutinas y cómo es el nivel de vida, una calidad y estilo de vida que no es el que yo quiero para mi hija".
"Hay que saber qué es lo mejor para un hijo y hay que ser honesto, y reconocer si no eres lo mejor para un hijo. (...) Yo no sabía en qué lugar estaba la niña cuando le tocaba estar con él, porque con él no estaba, la dejaría con otra persona, con los abuelos. Y, por ejemplo, las once de la noche no son horas para que una niña de dos años esté en un bar".
Tablada reconoce al punto: "Yo digo que Javier es buen padre porque cuando está con ella juega y demás, pero ser un buen padre es mucho más que eso. Son un cúmulo de cosas que la jueza ha visto que no son beneficiosas para la menor". En otro orden de cosas, Tablada ha admitido: "Cuando me dijeron la sentencia pasé miedo porque me dio pinta de que esto por desgracia irá para largo".
Según Elena Tablada, para la sentencia fueron determinantes que "en el juicio se admitieron todas las pruebas menos los testigos. Pero todos los informes de detectives, del organismo social, del psicosocial… Todo se admitió y no había nada que hablar porque estaba todo muy clarito".
Fue Javier Ungría quien interpuso la demanda, solicitando la custodia compartida. Elena Tablada, por su parte, quería que Camila creciera junto a su primogénita, Ella (14), fruto de su relación con David Bisbal (45). Finalmente, ha ganado la diseñadora, consiguiendo la custodia compartida.
Tras varios meses de aplazamientos, el pasado abril se produjo el encuentro judicial. No pudo ser cara a cara porque Javier Ungría se encontraba en Honduras como concursante de Supervivientes. La vista, así, se llevó a cabo de forma telemática.
"Estoy contenta porque he contado la realidad. Nunca me han gustado los conflictos y siempre he puesto de mi parte para que todo sea lo menos traumático posible", explicó entonces Elena Tablada sin desvelar mayores datos.
Elena, que hasta ahora se hacía cargo de los gastos importantes de la menor -situación que continuará al haber conseguido la custodia total-, ha ganado la batalla a Javier Ungría a punto de cumplirse dos años de su ruptura. Fue en agosto de 2022 cuando se confirmó que la diseñadora y el exconcursante de Supervivientes ponían fin a su historia de amor tras seis años juntos y una hija en común.
Javier Ungría habla
Javier Ungría ha roto su silencio en los últimos días. "Yo quiero a mi hija, nada más, y lo que venga, pues que venga". Además, añade: "No me extraña que ella esté cansada, normal. Después de este proceso tan largo e incómodo, no me extraña. Llevamos dos años con esto e imagino que estará cansada, me parece muy bien lo que diga, no voy a criticarla".
Ungría ha explicado, además, que "los dos queremos lo mejor para nuestra hija, lo que pensamos que es lo mejor, cada uno en su papel. Ella tiene una idea, yo tengo otra, en algunas zonas coincidimos y en otras no. (...) Yo no pido nada para mí, solo estar con ella el mismo tiempo, ella que diga lo que quiera".
En cuanto a si va a recurrir la sentencia, el empresario contestaba que "tengo claro que me lo estoy planteando, y seguramente si, tengo que seguir peleando porque yo solo quiero estar con ella siete días de cada catorce". Concluye asegurando que "la niña no es propiedad de nadie, somos dos padres".