Cuenta quien bien la conoce que Paloma Cuevas (51 años) está viviendo el verano de su vida. La exmujer de Enrique Ponce (51) está feliz siguiendo a su actual razón de amor, Luis Miguel (54), con su extensa gira musical por España. Paloma se ha convertido en una persona esencial en la vida del intérprete de La Bikina y en su suerte de talismán.
No en vano, la imagen del artista se ha revalorizado especialmente en España, desde que inició su historia de amor con la empresaria e hija de Victoriano Valencia (93). Fiel a su habitual discreción, Cuevas disfruta de cada uno de los shows de su pareja sentimental desde el backstage. Hace unos días, la revista Semana publicó unas fotografías de la enamorada dupla en Barcelona.
Un material gráfico que obedecía al recital que Luis Miguel protagonizó en la Ciudad Condal. Paloma y Luis Miguel cenaron con unos amigos y con la hija del artista, Michelle Salas (35), en un reconocido establecimiento barcelonés. No obstante, más allá del plan en sí, a propios y extraños les ha llamado la atención la nueva imagen que presenta la flamante diseñadora.
En concreto, su rostro parece haber experimentado un cambio. Las facciones de Paloma se muestran ligeramente modificadas; una tez sin una sola arruga, unos poderosos pómulos. ¿Se ha sometido Cuevas a algún tratamiento o retoque estético en estas semanas, previas a su gran verano? Sabido es que es una persona que cuida muy mucho su afeite personal.
"Ella se hace sus cositas y está muy a la última. No olvides que es embajadora de Clarins y se pone sus productos", desvela a EL ESPAÑOL alguien próximo a la empresaria. Para apoyarnos en una opinión más experta y profesional, este medio se ha puesto en contacto con una experta profesional en cirugía estética y plástica y dueña de las Clínicas Sopeña.
Para esta profesional no hay duda: Paloma se ha retocado. "Si nos fijamos en el antes y el después de Paloma Cuevas, podemos observar que su rostro es más armonioso, ha perdido esos ángulos tan marcados que tenía, que en una persona joven favorecen y, además, funcionan muy bien fotográficamente, pero que con el paso de los años envejecen", ha comenzado su explicación Sopeña.
Añade, en esa línea: "Muy probablemente, Paloma se haya realizado lo que denominamos un Full Face, que es un tratamiento global del rostro mediante la infiltración de distintos productos par recolocar volúmenes, eliminar arrugas y conseguir una armonización facial que lo haga más atractivo. En la zona superior del rostro no muestra nunca una sola arruga, esto se consigue con la infiltración de toxina botulínica".
Esta infiltración ronda los 350 euros, bajo la óptica de esta clínica. Se sigue detallando: "Y para la zona media e inferior que la vemos más rellena, y redondeada, se habrá trabajado con hidroxiapatita de calcio para conseguir efecto lifting. Los dos viales cuestan 900 euros. También puede haber empleado ácido hialurónico para recolocar volúmenes y armonizar facciones. Los cuatro viales a 300 euros dan un resultado de 1.200".
Es decir, según los cálculos de Sopeña, Paloma Cuevas podría haber desembolsado en su nueva imagen cerca de 2.200 euros. ¿Cómo valora Lola Sopeña el resultado final? "El resultado es bueno, es un rostro más cariñoso, más cercano, más infantil y, por consiguiente, más juvenil".
Se remacha: "Esto se realiza en consulta, en unas dos horas y lo que puede ocurrir es que en los siguientes días tengas un poco de inflamación o que te salga algún hematoma. Por eso, es importante no hacerlo nunca muy cerca de fechas señaladas. La duración del tratamiento es de un año aproximadamente, excepto la toxina, que dura de 4 a 6 meses".
En otro orden de cosas, EL ESPAÑOL ha podido confirmar que las hijas de Paloma Cuevas y Enrique Ponce, Bianca y Paloma, van a disfrutar de unos días de verano en compañía de su padre este mes de agosto. Hay que puntualizar que las menores han vivido también un trepidante y emocionante mes de julio, entre conciertos de Luis Miguel en España.
Cuentan a este medio que las jóvenes, a base de escuchar cantar a la pareja de su madre, y de verlo en acción, han terminado por caer rendidas a su arte. La letra de algunas de las canciones más emblemáticas de Luis Miguel aún se le resisten, sobre todo a la hija pequeña de Cuevas y Ponce.
El susto de Paloma
A este maravilloso y excelso verano, Paloma Cuevas sólo le pone un pero, una tacha: el gran susto que se llevó hace unas semanas con el doble ingreso hospitalario de sus padres, Victoriano Valencia y Paloma Díaz. Ambos se vieron obligados a ingresar en un hospital aquejados de neumonía y Covid-19, respectivamente.
Se trató de un contratiempo que mantuvo a Paloma y a su hermana, Verónica, sumamente preocupadas. Se especificó a EL ESPAÑOL que en ningún momento revistió excesiva gravedad el estado de ninguno de los progenitores de Paloma, pero que, dada la avanzada salud, sobre todo de Victoriano, la inquietud se apoderó de la, siempre discreta, familia Cuevas Díaz.
Finalmente, Victoriano y su esposa, Paloma, recibieron el alta hospitalaria. Victoriano y Paloma pudieron acudir, como tenían previsto, al concierto de Luis Miguel en Madrid. Un recital que vivieron con gran afecto y admiración. Han sido varias las ocasiones en que Victoriano ha hablado maravillas de Luis Miguel, e incluso ha opinado de esa futura y posible boda entre el cantante y su hija.
"La boda ya depende de ellos. Él es un muchacho extraordinario en ese aspecto. Yo estoy muy contento porque es un caballero, es un señor y está enamorado, están enamorados. Cuida y quiere mucho a mi hija".
En uno de sus últimos actos públicos, el padre de Paloma habló, ilusionado, de la gira musical de Luis Miguel, y manifestó su intención de acudir a todos los recitales: "Iremos a todos porque va a ir a Córdoba, a Barcelona. En Madrid en el Bernabéu está ya dos tardes, dos días, y están agotadas las localidades".
Conviene recordar en este punto que Victoriano y Paloma Díaz fueron un apoyo clave en la vida de su hija, cuando en 2020 se anunció la separación matrimonial de la diseñadora y el diestro de Chiva. Fueron meses muy convulsos a nivel mediático, tiempo en que Cuevas sufrió mucho.
A su lado, incondicionalmente, estuvieron ellos, sus padres. Cuando llegó a la vida de su hija, tras tanto sufrimiento, El Sol de México ambos mostraron su inmensa felicidad.