En la madrugada del pasado miércoles, 7 de agosto, Carlos Goyanes fallecía mientras dormía a los 79 años en su casa de Marbella. Su mujer, Cari Lapique (72 años), recibió la noticia mientras estaba en Sotogrande e, inmediatamente, se trasladó hacia la localidad malagueña para enfrentarse al que, sin lugar a dudas, ha sido el momento más complicado de su vida.
Pese a que siempre se ha mantenido alejado del foco mediático, bien es sabido que Goyanes estaba completamente volcado en sus seres queridos. Hasta el fin de sus días llevó por bandera su orgullo como marido, padre y abuelo.
Casado con Cari Lapique desde hace casi cinco décadas, ambos han demostrado ser una de las parejas más sólidas y estables de la crónica social. Y, aunque siempre optaron por llevar su relación de una forma íntima y discreta, lo cierto es que Cari también encontraba los momentos adecuados para presumir del amor por su marido de forma pública.
Carlos Goyanes y Cari Lapique se dieron el 'sí, quiero' el 20 de septiembre de 1975 en la parroquia de la Virgen Madre de Marbella, es decir, apenas faltaba un año para que la pareja pudiera disfrutar de sus anisadas bodas de oro. En su enlace, Carlos Goyanes no pudo contener las lágrimas de la emoción, pues estaba a punto de casarse con la que describía como "la mujer de su vida".
El pasado mes de septiembre, la socialité recordaba con una imagen en blanco y negro este bello momento a través de su perfil de Instagram. En el post decía: "48 años tiene la foto. 48 años juntos". En las fotografías, Lapique aparece vestida con un diseño de manga corta con organza blanca con pequeñas flores de raso a tono con el cuerpo superior y el pelo semirrecogido con un vuelo. Además, mostraba el momento en el que se dirigía al altar, acompañada de su padre y padrino, Manuel Lapique, vizconde de Villamiranda. Allí, los novios se juraron amor eterno y así lo cumplieron hasta este inesperado final.
Frente a más de 600 invitados, entre los que se encontraban artistas de la talla de Lola Flores y personalidades como Pitita Ridruejo o Carmen Franco, la pareja se daba el 'si, quiero', convirtiéndose hasta hoy en uno de los matrimonios más longevos de la alta sociedad.
A lo largo de los años, muchas fueron las incógnitas alrededor del matrimonio, pues se convirtió en uno de los más estables de la sociedad española a la par que discreto. Eso, sin embargo, no les impidió confesar cuáles eran sus trucos para seguir teniendo la misma ilusión que el primer día. De hecho, Cari relataba hace unos años a la periodista Rosa Villacastín que "lo fundamental es mucha comunicación. El día a día puede ser difícil, pero si hay amor y paciencia, se sale adelante".
Y es que, Cari reconoció en algún momento haber pasado por crisis que superaron con amor, pues para ambos era imprescindible "hablar mucho".
Fruto de su unión nacieron sus dos únicas hijas: Caritina (46) y Carla (40), quienes hoy lloran la muerte de su padre y por las que este sentía verdadera devoción. Ambas estaban muy unidas a su progenitor, a quien convirtieron en abuelo de cinco nietos. La primera en otorgarle este título fue Caritina quien, tras contraer matrimonio con Antonio Matos, tuvo a Pedro y, tres años más tarde, a Cari, a quienes cariñosamente llaman 'MiniCari'.
Carla, por su parte, contrajo matrimonio con Jorge Benguría el 16 de julio de 2011 y le dio tres nietos más: Carlos (11), Santi (9)y Beltrán (4). Si bien Carlos Goyanes encontró en Cari la mujer con la que formar su proyecto de vida, lo cierto es que el empresario había estado casado previamente con uno de los rostros más destacados del mundo del espectáculo: Marisol.
El 16 de mayo de 1969, la frase "la niña prodigio se hace mayor" copaba los titulares de la crónica social. Fue entonces cuando un joven Carlos Goyanes contraía matrimonio con la estrella del espectáculo español Pepa Flores. El enlace entre la artista y el empresario representaba el paso definitivo hacia la adultez de la joven que encandiló a todo un país con su cabello rubio y ojos verdes.
La boda entre Marisol y Carlos Goyanes fue uno de los acontecimientos más aclamados del final de la década de los 60, pues llegó a congregar a más de 4.000 personas a las puertas de la madrileña iglesia de San Agustín. Ella tenía 21 años y Carlos, 23. Sin embargo, ambos se enamoraron cuando eran adolescentes y su historia desató una enorme histeria colectiva.
Este evento comenzó con memorables anécdotas, pues la representante de España en Eurovisión en 1968, Massiel, sufrió un desmayo en mitad del enlace. Unos días más tarde, la pareja se fue de luna de miel. El viaje fue perfectamente retratado por los periodistas de Lecturas. En las fotografías, Marisol y Goyanes posaban juntos en Marbella y el Algarve y ofrecían una imagen de felicidad que se acabó rompiendo unos años después, cuando ella sufrió un aborto y su relación contractual con su suegro, Manuel Goyanes, se rompió.
El apellido Goyanes ha sido toda una institución en España. De hecho, fue Manuel Goyanes, productor cinematográfico y responsable del éxito de numerosas películas, quien descubrió a Marisol y logró llevarla a lo más alto. Sin embargo, más allá del vínculo profesional, la artista fue acogida desde el primer momento en la familia Goyanes como una más.
Carlos Goyanes ha priorizado siempre su labor como padre, aunque eso no le ha impedido convertirse en un empresario al que envidiar. Hace más de 35 años fundó Agencia A Promociones Inmobiliarias, una empresa familiar dedicada al mercado inmobiliario de lujo tanto de venta como alquiler. Se trata de un proyecto que abarca viviendas de segunda mano, promociones de obra nueva, segunda vivienda en playa o montaña, oficinas, locales, etc.
Sin duda, la historia de un empresario, padre y marido de éxito que dice adiós en pleno verano en su lugar favorito del mundo, Marbella, donde ha pasado los mejores y últimos momentos de su vida.