En la madrugada del pasado miércoles, 7 de agosto, desde Panamá, donde se encuentra de viaje de cooperación como embajadora de Buena Voluntad de UNICEF, la presentadora Sara Carbonero (40 años) publicó una durísima story en Instagram. Entre distintos posts relacionados con su labor humanitaria, la periodista sorprendió a propios y extraños con un mensaje cargado de dolor, rabia e impotencia.
"Nunca, nunca te vamos a olvidar. Va a ser muy difícil vivir sin ti. ¡Qué puto dolor! Qué injusto. (...) La mujer más valiente y más buena, la que desafió todos los pronósticos, la amante de la vida. (...) Te querremos y recordaremos cada día, en la plaza de Corral, en la mirada de tu virgen de la Muela", posteó la exmujer de Iker Casillas (43) junto a la canción No Surrender, de Bruce Springsteen.
Carbonero no desveló la identidad de esta mujer "valiente y buena" que había perdido la vida. Lo único que quiso compartir la manchega es que la protagonista de su triste story era natural de su pueblo toledano, Corral de Almaguer. Todos los medios recogieron el hondo dolor de Sara, y a esa mujer tan sólo la calificaron como "ser querido". ¿A quién se estaba refiriendo Sara? EL ESPAÑOL tiene la respuesta.
La persona de la que Sara se ha despedido, con gran pesar, a casi 8.300 kilómetros de distancia de España, se llama Merche, corraleña, fallecida a los 55 años. Según ha podido averiguar este medio, Sara estaba muy unida a esta vecina y amiga, también compañera de batalla contra la enfermedad.
Quien informa sobre esta emotiva aunque dura historia sostiene que la amiga de Sara era "un encanto, muy luchadora". Sara y Merche, como es natural en un municipio que no llega a los 6.000 habitantes -según el último censo de 2018-, se conocían desde hacía tiempo, pero la vida y sus circunstancias las unió especialmente en el último tiempo.
Carbonero, que bien conoce, por desgracia, lo que es la enfermedad, pues ella fue diagnosticada de un cáncer de ovario en 2019, se volcó sobremanera en la lucha de la vecina de Corral. La apoyó, la arropó e incluso la ayudó en todo cuanto pudo.
Cuenta el informante que Sara ha sentido especialmente no poder estar en Toledo, en su pueblo, para despedir a su amiga. "Le hubiera gustado venir al entierro y estar con la familia. Claro que sí", se asegura.
Sara, durante su viaje en Panamá, quiso, además de lanzar ese desgarrador texto, subrayar unas palabras del novelista estadounidense Jack Kerouac, y que definirían a la perfección el carácter y el espíritu de su amiga: "La única gente que me interesa está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo".
Y sigue Carbonero parafraseando: "La gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, que arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un ¡¡Ahh!!". "Escribo esta frase porque te encantaba", agregó, dirigiéndose a esta persona que ha perdido la vida.
Este fallecimiento ha tenido lugar en un verano agridulce, pero también intenso y frenético para Carbonero. Tras disfrutar de unos días de vacaciones en la costa de Almería junto a amigas como Isabel Jiménez, Raquel Perera o Vanesa Martín, Sara ponía rumbo este pasado lunes, 5 de agosto, a Panamá.
Tras este compromiso solidario, según se informa a este medio, la comunicadora emprenderá una escapada con su razón de amor, Nacho Taboada. Por otro lado, comenzó la manchega su cortísimo período estival en su pueblo de Toledo, con sus hijos, Martín y Lucas, su hermana, Irene, el marido y el hijo de ésta, y con la mujer más importante de su vida: su madre, Goyi.
Allí, la familia festejó, en la intimidad de su hogar, situado en el centro del municipio, el 36º cumpleaños de la hermana de Sara. "De todos los viajes, el más intenso, profundo y necesario siempre será hacia nosotros mismos. (...) Gracias, vida, porque aunque estos años no me estás dando mucha tregua y me estás retando fuerte, el aprendizaje no sería el mismo sin tanta piedra en el camino ", reflexionó Sara junto a varias fotos de la fiesta.
Gracias al material gráfico que facilitó Sara se pudo ver que en aquellos días manchegos la toledana también compartió tiempo con su abuela materna, "a la que se le va olvidando nuestro nombre, pero no nuestras historias de cuando éramos niñas. Es lo más salvaje que podemos vivir", como posteó ella misma.
EL ESPAÑOL confirmó, además, que al lado de Sara y de su hermana Irene también estaba su madre, Goyi Arévalo. Sara e Irene "no dejan sola" a su madre en ningún momento. Las hermanas Carbonero se turnan para acompañar a su progenitora en el delicado bache que atraviesa. Fue el pasado mes de marzo cuando este medio desveló que Goyi está haciendo frente a un revés.
Huelga decir que la progenitora de la que fue pareja sentimental de Casillas está muy unida a sus hijas, motivo por el cual en los últimos tiempos pasa largas temporadas en Madrid. Unas estancias especiales para disfrutar de Sara e Irene, y de sus queridos nietos, Martín, Lucas y el pequeño Leo, fruto éste último de la relación de su hija Irene y su esposo, Patricio.
Goyi se desvive por los pequeños de la casa y siempre que puede ejerce de abuela: un papel que disfruta especialmente. En estos días de julio de 2024, Goyi también está disfrutando de sus nietos en Corral de Almaguer. Debido a su bache de salud, la madre de Sara pasa más tiempo entre Madrid y Navarra, pero siempre que tiene ocasión viaja a su casa, a su raíz: Corral de Almaguer.