Fue en 2019 cuando Alejandro Sanz (55 años) y su por entonces mujer Raquel Perera (49), anunciaron, de forma amistosa, su separación matrimonial tras 14 años juntos y dos hijos en común. "Nuestra familia está por encima de cualquier cosa... es diversa y bella, como la vida y así permanecerá. El mundo cambia, nosotros también, siempre amorosamente", rezó el comunicado del intérprete de Corazón Partío.
Han pasado desde entonces cinco años y ambos pueden decir que, en efecto, han cumplido con su palabra: se llevan fabulosamente bien y entre ellos existe respeto, cariño y admiración. No obstante, pese a este extremo, Raquel Perera ha utilizado en las últimas horas sus redes sociales para sincerarse como nunca sobre los fantasmas que arrastra desde aquella ruptura.
Sostiene que todavía hay quien pretende hacerle daño tildándola de "la exmujer de", un lastre del que se ha sincerado como nunca. En plenas vacaciones, la psicóloga ha colgado un vídeo en su red donde se desahoga: "Hoy me he levantado con ganas de hablar. Estaba reflexionando yo sobre cuando uno está bien, cuando uno está disfrutando mucho de lo que le está pasando. Y lo digo muchas veces, yo no siempre estoy bien y no siempre he estado bien".
[Quién es Raquel Perera, la mujer que trabajaba para Alejandro Sanz y terminó enamorándolo]
En dicho vídeo, que dura en torno a cinco minutos, Raquel reflexiona sobre la felicidad, y cómo ese concepto ha cambiado sobremanera con el paso de los años: "El caso es que hay un concepto de 'la suerte'. Todos sabemos que la suerte existe y para mí es como el acompañamiento del plato. Yo creo más en que la suerte te acompaña cuando hay un trabajo detrás y sobre todo cuando uno está abierto a no tener miedo a fallar, a caerse, a equivocarse".
Y añade: "El caso es que sí, estoy en un buen momento, me siento bien conmigo misma y yo, pues, identificaba la felicidad con la euforia, porque soy una persona bastante pasional y me gusta sentir la vida cuando va bien y cuando va mal". En este punto del relato, Perera aborda el complicado mundo de los haters. Ella asume que los tiene.
"Yo no me considero una persona que tenga demasiados haters. Obviamente, no caigo bien a todo el mundo ni le gusto a todo el mundo. La mayoría de las cosas que recibo por Instagram son bonitas y muy cariñosas. Sin embargo, las poquitas veces que alguien me quiere disparar con algo feo, siempre es el mismo comentario: 'Claro, si no fueras la ex de quien eres, nadie te conocería'", pone de manifiesto.
Acto seguido, Raquel responde, desde la educación: "Voy a decir algo que nunca he dicho hasta ahora con respecto a este tema. Me siento muy afortunada, muy agradecida y muy orgullosa de haber sido la mujer de Alejandro Sanz y, claro, obvio, que Alejandro me colocó en el mapa público o mediático cuando me casé con él. Lógicamente, porque él es una persona muy mediática, muy popular y muchas personas me conocéis porque he estado con él".
Dicho esto, ahonda: "Pero, también tengo que decir que durante muchísimos años cuando yo he estado con Alejandro, mi función, mi labor, mi misión... No estaba tan de cara al público y ahora en este momento de mi vida resulta que tengo la oportunidad de poder transmitir un mensaje que me apetece mucho trasmitir. Quiero decir que lo que Alejandro me ha aportado son cosas muchísimo más importantes que la popularidad o la pequeña popularidad que yo pueda tener".
Tras este valiente pero al mismo tiempo duro mensaje, una buena amiga de Raquel, la periodista Sara Carbonero (40), le ha respondido públicamente: "Amiga, tú eres genuina, auténtica y una de las mejores personas que he conocido en mi vida. No necesitas etiquetas. Todos los que te queremos lo hacemos por lo necesaria que eres y lo que aprendemos contigo".
Remacha la también empresaria toledana: "Tú eres mucho más que todo, y has mantenido tu esencia intacta. Luciérnaga de los que tenemos la suerte de compartir tu luz. Nunca dejes de expresarte como lo haces. Te quiero, marciana bella".