Guerra abierta entre Helena Aldea (37 años), la actual pareja sentimental de Miki Nadal (56), y la exmujer del humorista, Carola Escámez. Si bien la relación entre las partes nunca ha sido todo lo fluida que debería, teniendo en cuenta que existen menores de por medio, el último mensaje público de Helena Aldea ha hecho estallar como nunca a la deportista olímpica. 

Todo ha comenzado con unas, a priori, sentidas y emotivas líneas que le ha dedicado en redes la empresaria Helena Aldea a su pareja, Miki. "Te conocí haciendo de padre y madre. Por entonces me fascinaba tu esfuerzo y labor porque tu primogénita se educase con unos valores familiares y honestos", comienza exponiendo Helena.

"Has lidiado y lidias con situaciones provocadas por una maldad huérfana de inteligencia, y aun así siempre has sido un caballero con la infinita prioridad de la felicidad de tu hija. Llevas casi dos años demostrándomelo con Galatea y sé que será igual con Ángela", ha añadido Aldea. Ante esto, la exmujer de Miki Nadal ha dicho basta y ha emitido un comunicado al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL en primicia. 

[El motivo del viaje de Miki Nadal y su pareja, Helena, a Ibiza: por qué viven separados y el gran misterio de su boda]

Carola Escámez en un acto público, en Madrid, en 2021. Gtres

El escrito de Carola Escámez reza así: 

Hablan porque saben que siempre guardo silencio, como todos estos años. Hablan porque saben que estaré callada por respeto a una menor y juegan con esa baza. Hablan porque saben que no me defiendo, ni ataco en RRSS y porque no necesito tener likes, ni robados posados, ni fama, ni caer mejor o peor. No voy a eventos excepto que sean de amigos, no doy exclusivas, ni filtro cosas inciertas por detrás.

Me dedico a mis hijas, familia y amigos 24/7. Recordad que quienes hablan públicamente y filtran (contando su versión), son quienes pasan tiempo (poco, por cierto) con mi hija mayor. Imaginad qué oirá de esos adultos sin público, en privado, de su madre. Aterrador, para una estabilidad emocional de un menor. Guardo silencio, sobre todo, por que mi hija no se entere de este tipo de cosas que hacen públicas y privadas en redes sociales y fuera de ellas.

Me encargo encarecidamente (llamadme idiota, ya sabéis que soy huérfana de inteligencia y de madre hace unos meses, también) que ella piense que está rodeada de los mejores por ambas partes y así seguirá siendo, desde el lado que me corresponde. Lo que veis en redes son migas y lo que os cuentan: por el mar corren las liebres y por el monte las sardinas. No sé si me preocupa más que escriban este tipo de cosas o que se aplaudan entre ellos.

Personas que, definitivamente, no corren el riesgo de ser acusados de sobrepensar las cosas y que tienen una capacidad única para llegar al fondo de cualquier tema... siempre y cuando no sea muy profundo. No me tengo que defender de nada y menos por aquí, porque sé quién soy, porque los que me conocen y quieren, que son muchos, lo saben, como persona, amiga y madre.

Carola Escámez, feliz, junto a su marido, Roberto Martín.

Quienes hablan así, se catalogan ellos solos. De esa persona no hablaré, ni en público ni en privado, como he hecho estos años. La estabilidad de mi hija siempre será mi prioridad. De los/las demás tampoco, porque siendo mujer y madre, se me caería la cara de vergüenza hacer algo de esta forma. Pero ya se ha encargado de hacerlo sin necesitar a nadie más, que hable por sus actos. Yo no permitiría que mi compañera/amiga/pareja/mujer hablara así y menos en público, de un familiar de mi hija.

Porque los perjudicados son los menores (y los menores son sagrados) Y yo no hablaría de esta manera si fuera esa persona novia/amiga/compañera, por respeto a los hijos de mi pareja. Clara-mente, he sabido elegir. No es la primera vez que una de estas personas 'escriben' sobre mí, pero sí va a ser el único minuto que le daré de el protagonismo que necesita y busca. Buscar apoyo en redes sociales es una forma fácil pero superficial de validar opiniones, donde todo comentario se transforma en un veredicto y se busca un jurado virtual. Un machaque psicológico innecesario sostenido en el tiempo.

Mis hijas tienen una gran madre y una gran familia. Simio no ataca a simio. No hace falta lanzar malas palabras a los demás para ensalzar a nadie, eso es de débiles. Después de estos comentarios, deseo que tenga la misma felicidad que tuve yo en esa relación. Ni más, ni menos. Sólo pido que el poco tiempo que esas personas pasan con mi hija, sean capaces de ser tan buenas como aparentan ser en redes sociales y tengan la madurez necesaria que no demuestran en ellas. Gracias por los mensajes. La maldad y envidia se combate con amor y en mi casa hay mucho de eso.