No cabe más dolor este miércoles, 28 de agosto, en el Tanatorio Parcesa La Paz, en Tres Cantos, en Madrid, donde se han instalado, desde primera hora de la mañana, los restos mortales de Caritina Goyanes, la hija de Cari Lapique (72 años) y el malogrado Carlos Goyanes, fallecida a los 46 años, a causa de un infarto.
Tras la misa funeral celebrada este pasado martes en Marbella, ciudad donde la empresaria perdió la vida, el cuerpo sin vida de Caritina -Cari para su entorno más próximo-, se ha trasladado, en las últimas horas, a la capital de España, donde recibirá cristiana sepultura, como era su deseo.
Antes de ser enterrada en el tanatorio de San Isidro, junto a su padre, este miércoles se la ha dado el último adiós. Multitud de rostros conocidos se han desplazado a la capilla ardiente, pero hay una imagen en especial que ha sobrecogido a los allí presentes.
Además del dolor que reflejaban Cari Lapique y su hija Carla Goyanes (41) desde la distancia -han accedido por la puerta de atrás del centro fúnebre-, hay una desgarradora instantánea que se ha producido a las puertas de La Paz.
En torno al mediodía de esta dolorísima mañana, Antonio Matos, el viudo de Caritina Goyanes -quien entró en el tanatorio, por detrás, a primera hora, junto a Carla y Cari-, ha salido por la puerta principal junto a su hermano, Jaime.
Sin poder articular palabra, por el hondo dolor, con la prensa allí agolpada, Antonio ha hecho acto de presencia ante las cámaras por una razón de peso. De uno de los coches detenidos en la entrada se han apeado los hijos de Caritina y Antonio, Pedro (13) y Mini Cari (10).
Antonio y su hermano no han dudado en acercarse a la puerta del coche y todos se han fundido en un fortísimo y desgarrador abrazo, rotos, destrozados y entre lágrimas. Pedro -oculto tras unas gafas de sol- y Mini Cari se han derrumbado a las puertas del tanatorio.
Tras este duro trance del abrazo, los pequeños, junto a su padre y su tío Jaime, han entrado en el tanatorio. De esta manera, saliendo a la calle a recibir a sus hijos, Antonio, el viudo de Caritina, ha querido arropar a sus vástagos y, en la medida de lo posible, protegerlos en este aciago momento.
No sólo por el desconsuelo de la pérdida de su madre, también por ese difícil instante de enfrentarse a las cámaras de los fotógrafos. En los últimos 20 días, Pedro y Mini Cari han encajado no sólo la pérdida de su queridísimo abuelo, Carlos Goyanes, al que estaban muy unidos, sino también han encarado, de forma abrupta y cruda, la orfandad de su progenitora.
Carla Goyanes, la tía de los pequeños, ha hecho público en las últimas horas que se hará cargo de ellos. "Ten por seguro que voy a ser muy fuerte y voy a cuidar a tus hijos todo lo que me dejen como si fueran míos, voy a cuidar a mamá por las dos y voy a cuidar a Matos porque sé cuánto le querías. Verás crecer desde el cielo a tus hijos y vas a estar muy orgullosa de ellos", ha sido parte del texto que la hija menor de Cari Lapique ha hecho público en su Instagram.
En estos últimos días, Carla Goyanes Lapique también se ha convertido en el sostén de su cuñado y sus sobrinos. "Todavía no me creo que no vayamos a hablar más, ni abrazarnos, ni consolarnos, ni disfrutar más de la vida juntas con nuestros hijos. (...) Has sido una madre entregada, una hija superpendiente de tus padres", remachó Carla su post.
El entierro
Tras la misa, celebrada a las 14:00 horas de este miércoles, Cari Lapique, su hija Carla, y el viudo han presidido el cortejo fúnebre encabezado por el coche donde yacía el cuerpo sin vida de Caritina, rumbo al cementerio de San Isidro. En las durísimas fotografías se puede apreciar, además del gran dolor, la inmensa unión y adhesión de una familia que ha demostrado ser una piña en los momentos más complicados.
No sólo han estado presentes en el entierro los vástagos de Caritina, también han hecho lo propio los hijos de Carla Goyanes, fruto de su historia de amor con Jorge Benguría. Carlos, Santi y Beltrán, los tres descendientes de la hija menor de Cari Lapique, han arropado especial a su madre y a su abuela, Cari. Ambas, completamente destrozadas.
Especialmente emotivo ha sido el emotivo abrazo que Pedro, el nieto mayor de Cari Lapique, le ha dado a un abuela a la salida de la ermita, minutos antes de poner rumbo al entierro. La ermita se ha quedado pequeña para acoger a los allegados de la familia que se han acercado hasta Marbella para despedir a Caritina tras su inesperada muerte.
De hecho, unas 500 personas han tenido que seguir la misa desde el exterior, pese a las altas temperaturas. La ceremonia ha dado comienzo a las 11:30 horas y ha durado aproximadamente una hora.
Uno de los momentos más emotivos se ha vivido al terminar la misa en el exterior de la capilla, cuando poco después de llevarse el féretro, familia y amigos han abrazado entre lágrimas a los familiares más cercanos de Caritina Goyanes para trasladarles fuerza y ánimo.
El fallecimiento por infarto de Caritina este lunes a los 46 años en Marbella se ha producido solo 19 días después de que muriera su padre, el empresario, productor y exmarido de Pepa Flores -Marisol-, Carlos Goyanes, y tras la muerte este domingo de su tío, conocido como Tito.