El fallecimiento de Caritina Goyanes, a los tempranos 46 años, a causa de un infarto, mientras se encontraba en su residencia de verano en Marbella, ha dejado en shock a todo su entorno. Nadie podía esperar un deceso tan trágico en alguien tan joven, con tanta vida y, sobre todo, 19 días después de morir su padre, Carlos Goyanes, por la misma dolencia.
Más allá de sus amigos y familiares -mención aparte se merecen su viudo, Antonio Matos, sus dos hijos, una desolada Cari Lapique (72 años), y una hermana destrozada, Carla (41)-, hay un grupo de personas que todavía no se cree lo sucedido.
Una veintena de trabajadores que siguen noqueados, sin asimilar la fatídica noticia: los empleados de Sixsens, la empresa de catering que fundó Caritina Goyanes hace años. La hija del también desaparecido Carlos Goyanes, que inicialmente estudió la carrera de Derecho, pronto se dio cuenta de que en la cocina estaba proyectado su futuro.
Durante los años de carrera, Cari -como la conoció su entorno- hizo sus pinitos entre fogones y algo se despertó dentro de ella: la pasión y el gusto por la gastronomía. Pese al disgusto inicial de su familia, Caritina luchó por su sueño. Cuentan quienes la conocieron que la hija mayor de Lapique fue una empresaria entregadísima, que trabajó duro hasta que levantó su empresa de la nada.
Caritina no fue una autónoma y jefa al uso, según la remembranza que estos días se ha hecho de ella. La mujer de Antonio Matos llegaba la primera y se iba la última de la empresa. En cada servicio contratado, así lo recuerdan hoy, se la veía entre fogones, sudorosa y arremangada: dispuesta a ayudar para que todo saliera perfecto, al milímetro.
También han destacado las crónicas que Caritina era una excelente pagadora; sus trabajadores estaban felices con sus nóminas, generosísimas, sin contar con los detalles que ella tenía en su día a día. Prueba de cómo era Goyanes es que nadie hablaba mal de ella.
SixSens es una empresa de catering -hoy, una de las más punteras de España-, centrada en la organización de eventos, tanto para bodas, empresas y particulares.
"Después de trabajar casi un año en un despacho de abogados me junté con dos amigas y decidimos montar una empresa de organización de bodas y eventos. La idea era montar bodas a modo wedding planner, ya que en España esto no se llevaba mucho. Pero todo el mundo que nos llamaba nos pedía catering y sin quererlo ni beberlo nos encontramos con un negocio de restauración", recordó la propia Caritina en una entrevista Miazia.
En aquella interviú, una orgullosa Caritina hablaba así del secreto de su éxito empresarial: "Nos adaptamos a todo lo que quiere el cliente tanto en cuanto a servicio, menús, decoración y presupuesto". Caritina, amén de en su familia e hijos, volcaba toda su energía en su empresa, su creación más especial.
Para ella, cuenta una fuente de total solvencia a EL ESPAÑOL, "no existían los horarios, podías verla trabajar a las ocho de la mañana y a las once de la noche". Narran a este periódico que tal fue su implicación hasta el final de sus días que incluso en la mañana de su muerte estuvo atendiendo, a través del teléfono, cuestiones de su trabajo desde su casa marbellí.
Sus trabajadores, como no podía ser de otro modo, siguen impactados por su muerte. Detallan que "nadie entendía nada" el pasado y funesto lunes, 26 de agosto, cuando perdía la vida la empresaria y emprendedora. Los wasaps de los empleados "echaban humo", como lo califica el informante a este medio.
Precisamente, en los últimos días, desde la red social de Sixsens en Instagram, se le ha rendido una suerte de homenaje a Caritina. Desde dicho perfil profesional, el equipo de Caritina ha reposteado distintos mensajes de personas que contrataron los servicios de Goyanes Lapique.
"Hoy queremos recordar con gran pena a Sixsens y a Caritina. Esta fue nuestra última boda con ella y la recordaremos siempre con gran cariño", reza uno de los mensajes.
Otro, dice así: "Una gran profesional y mejor persona". "Nuestro último catering fue con tu equipo. A Ana, tu cocinera, le debíamos un post por aquí -estaba prometido, agradeciendo lo bien que se portó con nosotras-. Ese día, además, hubo magia. (...) Sin duda, puedes descansar en paz, Cari", postean otros clientes. "Hoy estamos de luto por una compañera del sector", publica otra cuenta.
Las muestras de dolor y condolencias, pues, se suceden y su equipo de Sixsens las recoge, con gran pena y orgullo. Es su particular y emotivo homenaje a una jefa única. Según detallan a EL ESPAÑOL, fuentes de sobrada credibilidad, la empresa seguirá al frente, cumpliendo sueños, como gesto hacia Caritina, su fundadora.
"Nuestro equipo es nuestra mejor arma. Juntos conseguimos hacer cosas divertidas, sorprendentes o sencillas, siempre en función de lo que cada situación requiera. Y sobre todo creemos en nuestro sexto sentido, ese que nos hacer ser quiénes somos: un catering diferente y personal", se puede leer en el apartado de Staff.
Hay un detalle clave del que se ha percatado este medio, y que denota cómo era Cari en su trabajo. En la página web de la empresa aparece un teléfono móvil de contacto. A su lado, un nombre, "Cari". Cuando se registra el contacto, se puede ver en WhatsApp una fotografía especial y familiar: la de Caritina, posando feliz y sonriente, junto a su marido, Antonio Matos.
Según se desliza a este periódico, este extremo es así porque la hija de Cari Lapique atendía y supervisaba personalmente todos los pedidos. Sea como fuere, hoy todos los trabajadores de Sixsens lloran y están tristes y se encuentra un poco perdidos sin su guía y referente, sin el alma de todo: Cari.
Es más, Sixsens era el nombre oficial, pero todos se referían a la empresa como El catering de Cari. La familia de la empresaria seguirá con su legado.