Dolor y muchas lágrimas han protagonizado este sábado, 21 de septiembre de 2024, en Marbella, la misa funeral de Luis Ortiz, quien durante décadas fuera uno de los personajes más icónicos de la alta sociedad de la Costa del Sol.
El exmarido de Gunilla von Bismarck falleció el pasado lunes, 16 de septiembre, en el Hospital Quirón de Marbella, a los 80 años, tras un tiempo aquejado de un cáncer de próstata. Ortiz murió acompañado por su inseparable exmujer y su único hijo en común, Francisco José Ortiz von Bismarck.
Hacía tiempo que Luis vivía apartado de los focos y las glamurosos fiestas de las que un día fue indiscutible icono. Este sábado, día 21, se ha celebrado una misa en su honor, en su querida Marbella, en la parroquia de San Pedro de Alcántara. Hasta allí se han desplazado algunos rostros conocidos y seres queridos para despedir y arropar a la familia.
Su exmujer, Gunilla, no ha podido contener las lágrimas a su llegada. Acompañada por su hijo Francisco y por algunos familiares, Gunilla ha vestido un atuendo de luto riguroso y ha mostrado su rostro desencajado ante el dolor por la pérdida de Luis.
Francisco José, el único vástago de Luis y Gunilla, también se ha mostrado muy afectado y atribulado por la partida de su progenitor, guía y referente. Fran, como lo conoce su entorno más próximo, intervino esta semana en el espacio Y ahora Sonsoles, y manifestó su orgullo y amor de hijo.
"Que me llamen Luis es un halago. Mi padre era único. Su filosofía de vida era muy clara: ser feliz y divertirse", comentó, afirmando que sus dos hijos, Luisito y Fran, de 12 y 10 años respectivamente, eran "su bálsamo para seguir viviendo. Y una de las cosas que más feliz le hacía era ir con nosotros los domingos a jugar al golf. Al principio él les ganaba, pero ahora jugaban los tres contra mí. Era muy divertido".
"Estamos destrozados. Mi madre aunque sea alemana, y pueda ser un poco más fría, es bastante de corazón y muy española. Está sufriendo mucho", aseveró Luis. "Tiene sus momentos como los tengo yo. Lo está pasando mal. Nos acordamos muchísimo de mi padre porque era un genio. Nos hacía felices cada día, sobre todo a mi madre, que para ella ha sido lo más especial que ha tenido nunca", agregó.
Volviendo a la misa funeral, también se ha dejado ver por la parroquia Hubertus von Hohenlohe (65), quien ha definido a Luis Ortiz como "una gran persona, que dio mucha alegría a la ciudad e insustituible. Era todo, era música, deporte, padeltenis, buena gente, español, una persona muy entrañable".
Por su parte, Yeyo Llagostera -íntimo amigo de Luis e hijo de Rogelio Llagostera, médico fundador de los laboratorios Liade S.A- ha llegado emocionado al funeral: "Ha sido mucho más que un amigo, desde el colegio", y ha desvelado qué ha significado en su vida: "Tener un compañero de viaje todo el tiempo al lado, con confianza ciega el uno en el otro y ahora me he quedado cojo".
También se han dejado ver por el templo la periodista Rosa Villacastín (77) -gran amiga de Luis y Gunilla-, en compañía de Luis Rollán (48), y Elia Muñoz, la hija de Julián Muñoz (76), junto a su esposo, Raúl Barriocanal.
Ortiz, que estaba aquejado de cáncer de próstata desde hace varios años y recibía tratamiento con quimioterapia en el servicio de Oncología de este centro sanitario, falleció "rodeado por los suyos", según confirmaron a EFE fuentes cercanas al hospital marbellí.
Invitado habitual en los eventos más exclusivos de la Marbella de los años ochenta y protagonista frecuente de las revistas de sociedad, Ortiz formó junto a la bisnieta del canciller Bismarck una de las parejas más populares y carismáticas de la época dorada de la Costa del Sol.
La fiesta del 70 aniversario del hotel Marbella Club, que se celebró el pasado mes de abril, fue una de las últimas ocasiones en las que se pudo ver a la pareja en un evento público.
El delicado estado de salud de Luis Ortiz impidió que este verano acompañase a su inseparable Gunilla von Bismarck a la gala benéfica de Starlite, a la que la alemana acudió sola.
Hijo de un alto funcionario del Ministerio de Información y Turismo, que desempeñó el cargo de censor en Televisión Española durante la época de Franco, se casó con la aristócrata en octubre de 1978.
Ortiz y Von Bismarck tuvieron un hijo, Francisco José, y se separaron una década después de contraer matrimonio, aunque continuaron manteniendo una relación muy estrecha hasta el final, que siempre despertó la curiosidad de la prensa. Por expreso deseo de Ortiz no se celebró un velatorio al uso ni se instaló una capilla ardiente.
Años dorados
Desde que Luis conquistó a Gunilla, su fama de mujeriego fue a menos porque él cacareaba por todos los foros que había encontrado al amor de su vida. Atrás quedaron aquellos años 70 en los que todo el mundo temblaba cuando aparecían en escena los temibles Choris, como cariñosamente llamaban al cuarteto formado por Luis Ortiz, Yeyo Llagostera, Antonio Arribas y Jorge Morán, hijo de Manolo Morán, actor de Bienvenido, Mr. Marshall.
Luis Ortiz se casó con Gunilla von Bismarck en 1978, en el castillo de Friedrichsruh, propiedad de la dinastía en Schleswig-Holstein, en Alemania. Dos años después, en 1980, tuvieron a su único hijo, Francisco José, quien ayer acompañó a su padre hasta su último aliento.
En 1989, hace ya 35 años, Luis y Gunilla decidieron divorciarse aunque siguieron viviendo juntos. Al principio residiendo en Villa Sagitario, un megapalacio que se subastó por 50 millones de euros. En los últimos años, residían en la Loma de Istán, un pueblo cercano a Marbella, un lugar más discreto donde habitaban tranquilos y campestres.