La vedette Bárbara Rey (74 años) ha dicho basta. Como madre, tiene claro que no va a aguantar más "maltratos" por parte de su hijo, Ángel Cristo Jr. (43). Así lo ha dejado claro ella misma en Instagram a raíz de que este pasado miércoles, 25 de septiembre, se hiciera público que su vástago ha vendido a la revista neerlandesa Privé unas reveladoras fotografías de ella junto al rey emérito Juan Carlos (86). 

Un material gráfico que llevaba 30 años guardado en un cajón y que Ángel Cristo Jr. habría decidido vender a cambio de una suculenta cantidad de dinero. En las imágenes aparecen Juan Carlos I y Bárbara Rey disfrutando de una paella y besándose apasionadamente en la casa que la vedette tenía en el municipio madrileño de Aravaca. 

"No tengo palabras. Voy a hacer lo mismo que he hecho hasta ahora, utilizar la justicia. Estas fotos son mías, pertenecen a mi privacidad y mi hijo las ha sacado sin mi permiso", ha manifestado la artista en las últimas horas en Vanitatis. No obstante, este pasado 25, por la noche, Bárbara ha vuelto a hablar, alto y claro, publicando un rotundo post en el que estalla como nunca contra su hijo.

[Ángel Cristo Jr., el niño de 12 años que fotografió a Juan Carlos besando a Bárbara Rey para que ésta lo chantajeara]

Junto a un primer plano de ella, esbozando una tímida sonrisa, Rey escribe: "Un día más de mi vida en el que soy maltratada. Lo fui por mi marido y desde hace un tiempo y ahora por mi hijo. Que Dios les perdone a los dos. Yo no".

Contundente, tiene claro Rey que no va a perdonar a su vástago y, por supuesto, ha puesto este caso en manos de sus abogados, que ya trabajan en una demanda

Las reacciones a su publicación no se han hecho esperar en su muro. La primera, y de seguro más importante para Bárbara, la de su hija, Sofía Cristo (41). "Te amo por encima de todo, y no te preocupes porque todo, todo, todo el mal que hace cualquiera les volverá multiplicado por mil", han sido las palabras que ha posteado la Dj. 

Sofía no ha sido la única que ha arropado, vía mensaje, a la artista. Otros rostros le han mostrado su apoyo y solidaridad, como Alba Carrillo (38), Eduardo Navarrete (30) o la actriz Josele Román (77). "No al maltrato. Desgraciadamente, los patrones a veces se repiten, él lo ha hecho, apóyate en tu hija que te ama con locura", "Todo mi cariño", "Mucho ánimo", son algunos de los mensajes que se pueden leer. 

La "venganza" de Ángel 

Revista 'Privé'.

La revista neerlandesa Privé sostiene que el hijo de Bárbara Rey se ha movido por su afán de "venganza" hacia su madre. Según relata Ángel Cristo Jr. a Privésu progenitora planeó todo -realizar las fotografías con Juan Carlos- porque se encontraba en una difícil situación económica y decidió usar su romance furtivo con el -entonces- rey de España para salvarse.

Fue el 22 de junio de 1994 cuando, según Ángel, tomó las fotografías, aleccionado por su madre. "Las fotos que Ángel tomó a su madre y al Rey sirvieron como chantaje para pedir 30 millones de pesetas. Era un juego de poder y pasión. Y para Bárbara Rey era una cuestión de supervivencia", reza la publicación. Hace unos meses, Ángel relató, con todo lujo de detalles, cómo se gestaron las fotografías en el espacio ¡De Viernes!

Ángel Cristo Jr. en una de sus entrevistas en '¡De Viernes!'.

"Mi madre se dejó influenciar por mi madrinaHortensia. Fue ella la que la instó chantajear al Rey. Mi madrina sugirió que mi tío -el único hermano de Bárbara, recientemente fallecido- tomara las fotos-, pero mi madre no confiaba en él. Ella pensó que sólo buscaba dinero. A mí me encanta la fotografía y siempre le pedía a mis padres cámaras como regalos. Mi madre no quería que nadie las hiciera excepto yo, porque valían millones. Estuvimos días ensayando. Hubiera sido un desastre si alguien se hubiera equivocado", explicó Cristo. 

Bárbara Rey niega todo, desmiente a su hijo y sostiene que él, Ángel Cristo Jr., jamás realizó esas fotografías. Asevera Rey que Ángel le sustrajo ese material sin su consentimiento, y advierte Vanitatis que, amén de una "inviolabilidad del domicilio", podría existir un atentado contra el derecho al honor, a la intimidad personal y a la propia imagen.