"Me va que te cagas", aseguró la vedette Bárbara Rey (72 años), entre risas, hace unas horas, desde la localidad Hellín, en Albacete, donde regresó a los escenarios en pleno escándalo. Le imprimía Bárbara a su frase un toque de sarcasmo, pero también de resiliencia, aptitud ésta última que ha tenido que practicar con demasiada frecuencia en el último tiempo.

Rey está en boca de todos y tiene dos grandes frentes abiertos: la traición de su hijo, Ángel Cristo Jr. (43) -autor de la venta de las fotografías de su madre con el rey Juan Carlos (86) a una revista holandesa-, con el consiguiente drama familiar que ello supone, y el regreso al couché, con más fuerza que nunca, de su relación con el Emérito. 

En medio de esta marejada, la artista murciana trata de lidiar con la presión mediática al tiempo que confía en la justicia, en sus dos abogadas, con las que tanto ella como su hija Sofía Cristo (41) mantienen un contacto diario. Bárbara y Sofía, madre e hija, están cogidas de la mano en este convulso tiempo, fuertes y convencidas de su verdad. 

A Bárbara, cierto es, la han traicionado mucho en su vida, pero no está sola. Ése es el mensaje que se hace llegar a EL ESPAÑOL: que la de Totana tiene grandes apoyos, que la cuidan y protegen, y que no buscan de ella ningún interés, ni mediático ni crematístico. Familiares y, por supuesto, grandes amigos, tanto en Madrid, como en su querido pueblo. 

De entre esa red de afectos, hay una persona muy especial: su hermana Petra, la única que le queda con vida, pues en noviembre de 2023 ambas tuvieron que despedir a Salvador, el hermano varón, tras años haciendo frente a un cáncer. Esta figura tan importante para la familia García pereció, cosas de la vida, horas antes de que el hijo de Rey debutara en televisión.  

Petra y su hermana, Bárbara Rey, el 25 de noviembre de 2023, tras el deceso de su hermano. Gtres

En su entierro, en Totana, estuvieron Bárbara y Petra, abrazadas, consolándose, una estampa que va más allá del dolor que sintieron: reflejaba una realidad en sus vidas. Las dos están, cuenta a este medio una fuente de sobrada credibilidad, que prefiere no identificarse, unidísimas y "hablan todos los días". Petra, a la que Rey llama cariñosamente Petri, es su apoyo y la guardiana de todos sus secretos.

Petra García García sabe mucho, todo en realidad. Ha sido la mujer en la que se ha confesado Bárbara; no ahora, con la trama de su vástago en su punto más álgido, sino desde siempre. Petra conoce el "penar" y el sufrimiento de la vedette, tanto como mujer y como madre. La historia de Bárbara es dolorosísima, ella misma lo ha puesto de manifiesto. 

Bárbara Rey y Petra García, muy unidas tras el fallecimiento de su hermano. Gtres

Hace unos días, posteó lo que sigue en Instagram: "Un día más de mi vida en el que soy maltratada. Lo fui por mi marido y, desde hace un tiempo y ahora, por mi hijo. Que Dios les perdone a los dos. Yo no". Esa declaración ponía de relieve una realidad, según su relato, que sólo Bárbara puede contar.

Este pasado miércoles, día 2, intervenía en Y ahora Sonsoles, y aseveraba: "A mi hijo Ángel, mi hija y yo siempre le hemos tenido miedo". En realidad, ese escenario, esa realidad, ese maltrato -del que ella misma habla- no es nada nuevo en su vida. Ni para ella ni para su hermana, Petra: fueron víctimas de su madre. 

La vedette ha considerado a Petra como una suerte de hija por la protección que tuvo que ejercer sobre ella por los malos tratos que le dispensaba su progenitora. Un duro episodio que relató Bárbara Rey en su documental Una vida Bárbara, emitido por Antena 3 y donde la propia Petra tuvo una breve participación. 

"Mi padre fue un hombre maltratado por mi madre. Nunca pensé que el gritarle, el insultarle o el faltarle al respeto fuera un maltrato, pero sí... él fue un hombre maltratado. Mi hermana y yo lo fuimos, psicológica y físicamente", reveló Bárbara Rey en el primer episodio de su documental, De María a Bárbara

Entre lágrimas, la presentadora recordó las palizas que le propinaba su madre a su hermana pequeña. Su progenitora, Salvadora García Molina, no quiso que nacieran y, según dijo, lo demostró siempre, aunque era "un ama de casa ejemplar".

"Por su enfermedad, mi madre no se controlaba. Yo me acuerdo menos de los malos tratos míos que los de mi hermana porque para mí, mi hermana es como si hubiera tenido una hija de pequeñita. Ver pegarle a mi hermana con tan sólo cuatro años...Pues no podía. Se la quitaba de las manos", relató Rey sobre uno de los tantos episodios de su vida. 

Hoy, pareciera que el rol se ha invertido. En este momento en el que Bárbara Rey se muestra tan vulnerable, enfrentándose a uno de sus trances más agitados, es Petra quien intenta protegerla. Menos de lo que le gustaría, en realidad, pues la distancia geográfica hace mucho: Bárbara está afincada en Madrid, junto a su hija, y Petra hace su vida en Totana, con su familia.  

Explica el informante que Petra es una "tumba" y nada nunca saldrá de ella, pero que "sorprendida no está" con "todo" lo que está pasando, haciendo referencia a la situación que vive Rey con su hijo, Ángel Cristo Jr. 

La intervención de Bárbara 

De forma inesperada, ante las informaciones, según ella, falsas que se estaban vertiendo en el programa Y Ahora Sonsoles, Bárbara ha intervenido por teléfono. "Se están diciendo cosas que no son verdad

La vedette ha aclarado, en primer lugar, que el material que ha visto la luz estos días -las fotos de Privé- no es el mismo que le robaron en su casa a finales de los noventa: "El material que robaron no existe y el que me robó mi hijo es el que están utilizando. Hay otro material que desapareció y que no sabemos dónde está".

Y aseguró: "El mío, el que estaba en mi casa, me lo robó una persona de mi familia, muy cercana, y se están beneficiando ahora. (...) Se me está haciendo un juicio moral por algo que, si hubiera sido verdad, ya habría tenido sus consecuencias legales".