Por fin, después de años de infatigable y desesperante y agotadora lucha, este lunes pasado, 7 de octubre de 2024, Rosario Bermudo (72 años) vio algo de recompensa, una luz en medio de la negritud de los tribunales: su letrado, Fernando Osuna, alcanzó un acuerdo con tres de sus hermanos paternos y Bermudo ha recibido ya parte de su herencia.
Como hija reconocida de Leoncio González de Gregorio y Martí, esposo éste, a su vez, de Luisa Isabel Álvarez de Toledo, Rosario no tuvo más remedio que poner su situación en manos de los tribunales. De este litigio mucho se ha escrito en EL ESPAÑOL y justo cuando las esperanzas parecían haberse diluido para Bermudo -las negociaciones se rompieron-, algo cambió.
"En el juicio -que se celebra este 9 de octubre en Soria- puede pasar de todo", fue lo último que aseveró Osuna en su charla con este medio. En efecto, aconteció lo inesperado: Rosario llegó a un entente económico con tres de sus hermanos, Leoncio, Gabriel y Javier, y ya ha percibido parte de su herencia. EL ESPAÑOL conoció que sólo su hermana Pilar se opuso a este convenio.
Como consecuencia de este entente con Gabriel, Leoncio y Javier, Rosario ha recibido "una horquilla grande, no una miseria" de lo que le corresponde por ley: aquello que su progenitor legó. Es una pequeña victoria que Bermudo celebra con su familia, pero aún queda camino. La oposición de Pilar González de Gregorio ha complicado el ya de por sí pedregoso trámite.
"No vamos a claudicar, seguiremos", ha dejado patente Fernando Osuna en conversación telefónica con este periódico. Este miércoles, 9 de octubre, se celebrará otro juicio, como informó EL ESPAÑOL. Una cita judicial que, de haberse sellado un acuerdo total -en vez de parcial- entre todos los hermanos, no habría tenido lugar. Hasta Soria, así lo revela Osuna, se desplazará su representada.
Fernando Osuna estimó, hace unas semanas, que la herencia podría oscilar entre 1.250.000 euros y 2.300.000 euros. ¿Sólo ha solicitado Fernando Osuna una recompensa económica o también se reclaman bienes inmuebles?, es la pregunta que este medio ha formulado en las últimas horas. Conviene puntualizar que la herencia de Leoncio, fallecido en 2008, es vasta.
"La herencia de Leoncio González de Gregorio y Martí estaba sobrevalorada en el momento de la partición. Ninguno de sus hijos recibió los dos millones que ahora pide la nueva heredera", opinó con Vanity Fair un conocedor de su legado, en mayo de 2017. Para quien no lo sepa, el aristócrata madrileño, campeón de hípica, forjó una fortuna en torno a la agricultura y la ganadería.
Tras su muerte, la herencia se dividió entre dinero, fincas rústicas y obras de arte. Leoncio declaró a su hija Pilar heredera universal. Fue la encargada de entregar a sus hermanos la legítima en efectivo y el legado con el que su padre obsequió a sus hijos. Explica hoy Fernando Osuna a EL ESPAÑOL que Pilar fue la hija más "mejorada", pues recibió, además, el tercio de libre disposición.
Pilar, siempre según la versión de Osuna, está "molesta" con Rosario Bermudo, puede que porque a la aristócrata nunca le gustó el proceder mediático de su hermana. Volviendo a la pregunta inicial, Fernando aclara que sólo se ha solicitado "la cuota, la parte y la porción numérica".
"Sólo hemos pedido dinero, porque en realidad las propiedades que tenía Leoncio, en Soria, son agrícolas en su mayoría y eso es muy difícil de vender y darles salida", agrega el letrado de Bermudo. Mención aparte merece la joya de la corona familiar, el Palacio de Quintana Redonda, un regio edificio construido en 1757 por el noble Juan Baltasar González de Gregorio y Rodríguez-Carabantes.
En otro orden de cosas, ¿en qué tanto por ciento va a cambiar la vida de Rosario Bermudo y de sus tres hijos a partir de ahora? No es ningún secreto que hay un importantísimo cambio, de 180 grados, radical: Bermudo pasa de ser mileurista a ser millonaria. Y no sólo ella, también afecta a sus tres vástagos.
Rosario, así se traslada a este medio, no quiere nada para ella, tan sólo "tapar agujeros" y solucionar "los pequeños problemas" de sus hijos.
El sueño de Bermudo es "poder pagar con dinero la salud de su marido", para que mejore, pero como eso no es posible intentará facilitarle la vida con "las mayores comodidades". Tanto Rosario como sus tres hijos viven con gran humildad, son personas "corrientes", y así seguirán siendo.
Conviene recordar que Bermudo fue reconocida como hija de Leoncio después de cinco años de pleitos tras autorizar un juez la exhumación del noble español para la obtención de muestras óseas con las que poder contrastar el ADN del fallecido con el de ella.
Marido e hijo, enfermos
La vida personal y familiar de Bermudo va más allá de esta circunstancia legal que, inevitablemente, ha marcado su vida. "Este año ha sido muy duro. Mi marido se ha quedado inválido y no puede salir a la calle. Mi hijo también va a ser operado. Necesito que todo esto termine para poder descansar", apuntó Rosario el pasado mes de mayo, a las puertas de los juzgados de Soria.
Bermudo no quiere guerras con sus hermanos, antes al contrario: busca la paz y la conciliación. "Yo les diría que llevan razón en que estén dolidos porque el padre no ha querido nunca contarles la verdad. Lo comprendo, pero no es para que me odien a mí", aseguró, conciliadora, Bermudo, cuando charló con este medio.