Era su sueño, así lo manifestó a su entorno más próximo, pero no ha podido ser: el diestro José Antonio Morante de la Puebla (45 años) causará baja en La Maestranza, este sábado, 12 de octubre, en el homenaje a Curro Romero (90). La esperanza no la perdió Morante hasta el final, pero su salud no le permite vestirse de luces.
EL ESPAÑOL ha confirmado que la razón de su cancelación tiene que ver con sus problemas de salud. De la Puebla será sustituido por el torero de Salteras Manuel Jesús El Cid (50). El diestro no atraviesa un buen momento. Lo cierto es que lleva tiempo, años -cerca de 20-, batallando contra sus dolencias de salud mental.
El diestro padece una enfermedad que arrastra desde hace décadas. En concreto, se trata de un trastorno de la personalidad y bipolaridad. Su débil estado lo llevó, incluso, a retirarse un largo tiempo en 2004. Esas dolencias han rebrotado en los últimos tiempos obligando al matador a seguir un estricto tratamiento.
Los facultativos que le atienden le recomendaron retomar el ejercicio de su profesión, pero hay etapas que no son fáciles. El pasado mes de junio su apoderado, Pedro Marques, anunció lo que sigue: "No responde a los antidepresivos y además en los últimos días le hemos hecho pruebas de todo tipo. Le fallaban las piernas y se quedaba como sin fuerza".
Fue entonces, antes del verano, cuando Morante se retiró de los ruedos por tiempo indefinido. Tocaba cuidarse, reponerse. Lo que iba a hacer este sábado en La Maestranza era algo especial, puntual, un gesto de cariño y admiración hacia Curro, al que tanto quiere.
Quien conoce la situación de Morante apunta que su situación es y estado es cambiante. Visiblemente afectado se le pudo ver el pasado mes de febrero cuando fue a recoger el Premio Andalucía de Tauromaquia, junto a Curro Romero, pero después ha seguido toreando en distintas plazas.
La persona con la que EL ESPAÑOL contacta resalta la gran importancia que tiene la familia para José Antonio. A su lado, incondicionalmente, están su mujer, Elisabeth Garrido, y sus tres hijos. Esa es la red de apoyo, el asidero donde se refugia De la Puebla en sus peores momentos. Detalla quien lo sabe que Garrido no deja solo a su esposo en sus distintas corridas.
En el tendido, siempre está ella. Es de las pocas mujeres de torero que acompaña a su marido a la plaza. Siempre discreta, Elisabeth, natural de La Puebla del Río -Sevilla-, lugar al que el diestro debe la mitad de su nombre, es la segunda mujer de Morante desde hace 14 años. La dupla se conocía desde que ambos eran niños. Se casaron el 2 de noviembre de 2010 después de apenas un año de noviazgo.
La ceremonia tuvo lugar en la Hacienda Los Ángeles, en la localidad de Alcalá de Guadaira. Alrededor de 150 invitados fueron testigos del amor. No fue éste un enlace tan multitudinario como el primero que protagonizó el andaluz. Entre los asistentes, hubo algunos rostros conocidos como Curro Vázquez. El feliz matrimonio tiene dos hijas: María (13) y Lola (11).
A la familia se suma José Antonio (17), el primogénito de Morante fruto de su pasada historia de amor con Cynthia Antúnez. Con Antúnez, José Antonio se estrenó en la vicaría en 2005. El amor duró poco: en 2008 se divorciaron. Aquel también fue un tiempo convulso para el diestro, pues encaró una severa depresión que provocó, incluso, que se retirara del toreo temporalmente.
Quienes tratan y frecuentan al matrimonio De la Puebla Garrido dicen que, pese a todo, o puede que debido precisamente a ese todo, José Antonio y Elisabeth están unidísimos. Son un equipo de vida. La familia reside en la Huerta de San Antonio, una finca que el diestro posee y que, con el paso del tiempo, acondicionó con mimo: instaló un campo de fútbol y una plaza de tientas.
Esta insigne hacienda sufrió un aparatoso incendio allá por el año 2019, justo después de que unos vándalos hicieran unas pintadas dirigidas al torero, puede que motivadas por la presunta inclinación política de Morante con el partido Vox. En otro plano, Morante y su actual esposa son propietarios de un conocido bar de copas, La Capilla.
Este establecimiento goza de una gran popularidad en la localidad, y hasta allí se desplazan grandes amigos de Morante, y aficionados al toro, que a veces son recibidos por el propio diestro detrás de la barra. Elisabeth conoce bien el ambiente taurino ya que ha nacido en un lugar de gran tradición ganadera y cuna de grandes toreros.
Las otras bajas de Morante
Morante tampoco pudo actuar el pasado 29 de septiembre en el tercer festejo de la Feria de San Miguel siendo sustituido por Pablo Aguado para acompañar, junto a Juan Ortega (34), al rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza en su despedida de la plaza de la Maestranza.
El diestro de La Puebla permaneció anunciado como cabeza de cartel del festival de este 12 de octubre, aunque los rumores crecientes apuntaban a que no podría afrontar ese compromiso mientras sigue recuperándose de los trastornos psiquiátricos que le obligaron a cortar la temporada en agosto.
Con esta incomparecencia se cierra definitivamente una temporada plagada de intermitencias que ha estado marcada por el recrudecimiento de esos problemas de salud mental que atormentan al torero de La Puebla desde hace más de dos décadas.
Morante ya había interrumpido circunstancialmente su campaña antes de hacer el paseíllo en Sevilla en la tarde del Domingo de Resurrección. Pero el torero, que evidenciaba el problema en su aspecto y su rendimiento profesional, se vería obligado a cortar por lo sano entre el 1 de junio y el 23 de julio, fecha en la que reapareció en Santander en plenitud artística.
Siguió un mes largo de actuaciones de alto nivel, pero todo empezaría a torcerse el pasado 28 de agosto en Linares -Jaén-, el mismo día que se conmemoraba el aniversario de la cogida mortal de Manolete, a raíz de caerse del cartel en unión de Manzanares por unas supuestas desavenencias con la presidencia del festejo y el equipo veterinario.