13 de octubre de 2024. Este día presente quedará por siempre grabado en la memoria colectiva de los españoles, pues es la fecha en que ha fallecido una grande de la televisión, una de las presentadoras más queridas y admiradas: Mayra Gómez Kemp. La comunicadora ha sido encontrada sin vida en su domicilio de Madrid, a los 76 años, por causas que, de momento, se desconocen.
Los restos mortales de la artista se encuentran, al cierre de este artículo, en el Instituto Anatómico-forense. Tal y como han informado en el programa Fiesta, este domingo, día 13, allí permanecerán hasta que el próximo miércoles, 16 de octubre, Roxana, una de las hijas del marido de Mayra, Alberto Berco, se traslade a la capital de España procedente de Buenos Aires, donde reside.
Ella, según se ha explicado en Mediaset España, será la encargada de organizar una gran despedida para Gómez Kemp, habida cuenta de que la emblemática presentadora no tenía hijos ni familia cercana. Para Mayra, Roxana y su hermana Viviana, sus hijastras, eran como sus hijas: así las trató y las cuidó y quiso. Nunca hizo distinciones y se convirtieron en su familia.
La relación de Mayra con Roxana y Viviana siempre fue fluida, estupenda, de madre e hijas. En nada afectó el fallecimiento de Albert Berco en 2021. Es más, se diría que al contrario: las unió muchísimo más. Ellas sabían lo importante que era para su padre Mayra Gómez Kemp, la mujer con la que compartió 47 años de su vida el célebre actor.
Roxana y Viviana eran conscientes de que el deceso de su progenitor hundió el ánimo de Mayra, saben que tocó fondo, que nunca se llegó a levantar del todo. Teniendo en cuenta la distancia geográfica -Buenos Aires y Madrid-, las hijastras de Gómez Kemp trataban de comunicarse casi diariamente con la que consideraron como una segunda madre.
Eran conversaciones telefónicas diarias en las que se ponían al lado de su vida. "Las adoro y tengo dos nietos preciosos", confesaba Mayra, hace un tiempo, a la revista ¡HOLA! Tal y como han confirmado este domingo, 13, en el programa DCorazón, "han sido ellas -Roxana y Viviana- quienes han dado la voz de alarma porque no les respondía el teléfono".
Roxana es fruto de la unión matrimonial de Alberto Berco con Susana Campos. La segunda hija del argentino, Viviana, está casada con Joaquín, componente del dúo Pimpinela. En otro orden de cosas, Mayra nunca tuvo hijos, y ella ha explicado en más de una ocasión el motivo por el que un día tomó esta determinación. Cierto es que, según las crónicas, al año de enamorarse de Alberto quedó encinta.
A pesar de su estado, Mayra no dejó de ensayar la obra teatral que estaba preparando en esos momentos. Se conoce que en aquellos frenéticos días perdió al bebé que esperaba. Algo que supuso un desgarro para su alma. Kemp quedó rota, destrozada.
"No quiero que suene mal, pero no podía hacerle 'competir' -a ese posible hijo- con mi marido. Es decir, no podía hacer competir a mi marido con un hijo, porque Alberto hubiese perdido. Un hijo debería ser lo más importante en la vida de una mujer, por eso nunca he entendido cuando un matrimonio se divorcia y utiliza a los niños como arma arrojadiza", aseveró en una entrevista con la citada revista.
"No siempre se acierta, pero yo encontré al hombre de mi vida, mi compañero de viaje, la persona que junto con mis padres me dio la felicidad y me hizo crecer", manifestó el día de la presentación de su libro de memorias. Eso sí, a la revista ¡HOLA! le reconoció que no todo fueron maravillas en el matrimonio.
"Tenía mucho carácter, ¿eh? Y quiero dejar claro que aunque quieras mucho a una persona, hay que normalizar que a veces no lo soportas (risas). Ha sido el gran amor de mi vida, y no todo el mundo tiene esa suerte", reconoció. Y agregó: "Lo más importante para mí fue que no teníamos conflictos. Me arrepiento de las veces que no le he dicho 'te quiero'. No lo decimos lo suficiente".
En otro orden de cosas, Mayra contó lo mal que lo pasó cuando tuvo que decirle a su marido que el cáncer había vuelto a su vida: "Decirle a mi marido que tenía cáncer, otra vez. Yo decía '¿cómo se lo digo?'. Antes no estaba tan al día la salud mental y la ayuda psicológica, yo me vi muy sola. Alberto no me acompañó a los tratamientos de quimioterapia, porque yo no quise que él pasase por ahí, prefería ir sola. Era consciente de que Alberto lo iba a pasar peor que yo".