Sin quererlo se ha convertido en una de las protagonistas absolutas del mes. Incluso del año. Bárbara Rey (74 años) pasaba a copar las portadas de todos los medios de crónica social de nuestro país tras la guerra pública con su hijo, Ángel Cristo Jr. (43), y posteriormente con la publicación de unas fotografías y audios en los que se mostraba de lo más cómplice con el emérito Juan Carlos I (86).
En medio de toda esta guerra, su hijo Ángel daba uno de los pasos al frente más importantes de su vida al contraer matrimonio con su razón de amor, Ana Hermidia. Una cita a la que, como era más que evidente, no acudieron ni su hermana, Sofía Cristo (41), ni Bárbara.
Y es que, aunque era de esperar que ambas no acompañarían a Ángel en este día tan especial, lo cierto es que Bárbara Rey no se ha escondido y refugiado en su domicilio. De hecho, todo lo contrario, pues la vedette era captada por varios medios de comunicación mientras su hijo se daba el 'sí, quiero'.
Después de varios días 'desaparecida' y asegurando a diferentes periodistas que estaba tranquila, que no quería saber nada de la boda de su hijo y que no se podría averiguar el paradero en el que se está refugiando de la polémica tras abandonar Marbella sin ser vista, Bárbara Rey reaparecía en el momento exacto en el que Ángel Cristo Jr. y Ana Herminia se daban el 'sí quiero' en la finca La Vega del Henares, a las afueras de Madrid.
Y lo ha hecho a 46 kilómetros del lugar del enlace, en plena Puerta del Sol, disfrutando de un paseo en solitario en el que, degustando una empanadilla de una de las pastelerías más famosas de la capital, dejaba claro que no está hundida y que no le ha afectado en absoluto estar ausente en el día más feliz de la boda de su hijo.
Perfectamente peinada y maquillada, con gafas de sol y una gran sonrisa, Bárbara aprovechaba para compartir distintos stories en su perfil de Instagram mostrando variadas partes del centro de la ciudad -como la Real Casa de Correos o la estatua ecuestre de Carlos III- y, mientras se comía el dulce, lanzaba un dardo a sus 'enemigos': "Mirad que empanadilla más maravillosa me estoy comiendo. A vuestra salud. Es de mala educación hablar con la boca llena, pero bueno".
"Mirad qué bien, qué guay, qué bonito. Aquí es donde se dan las Campanadas y estoy feliz", aseveraba, respondiendo a los que se han preguntado dónde estaría 'escondida' ante la boda de su hijo y Ana Herminia. "Otros preguntando dónde estará, dónde estará... Estoy aquí" zanjaba, demostrando que nada puede con ella y que no ha dejado que el 'sí quiero' de Ángel y el escándalo en el que está inmersa por la filtración de sus audios con el emérito dirijan el rumbo de su vida.