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Carolina Marín (31 años) se ha convertido en una de las protagonistas indiscutibles de este 2024. No ha sido un año fácil para ello en lo profesional después de la grave lesión que sufrió durante los Juegos Olímpicos de París disputados este verano. Pese a todo, la onubense ha demostrado la capacidad de recomponerse y sacar de todo lo malo un aprendizaje. 

Lo cierto es que ahora la jugadora de bádminton tiene mucho que celebrar. Será este viernes, 25 de octubre, cuando Carolina Marín reciba el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2024. Una noticia que conoció hace ya más de cinco meses y que llega después de ser una de las máximas exponentes del deporte a nivel nacional. 

La deportista ya se encuentra en Oviedo, hospedada en el mítico Hotel de La Reconquista, desde el pasado martes, 22 de octubre. Muy amable y cercana con sus seguidores, Carolina Marín ha destacado ante los medios allí presentes que este reconocimiento es un sueño cumplido y que no esperaba siquiera estar entre los candidatos. 

Carolina Marín en un encuentro de la agenda de los Premios Princesa de Asturias. efe

En estas intervenciones previas a su gran día, también ha querido destacar lo difícil que ha sido este último lustro, que ha estado marcado por las graves lesiones, las pérdidas y las rupturas. Pese a todo, su Huelva natal y su familia han sido su refugio cuando peor lo ha pasado. 

Siendo todavía una adolescente, la deportista hizo las maletas para ingresar en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid. No fue una decisión fácil para ella, que tuvo que abandonar algunas de sus aficiones como el flamenco para dedicarse al bádminton en cuerpo y alma. Pese a ser un deporte con poco seguimiento en España, ha conseguido llevar su nombre a lo más alto. 

2020 será un año que la laureada deportista no olvidará. Su padre, Gonzalo, fallecía por las secuelas de un accidente que sufrió en su puesto de trabajo en el que se golpeó la cabeza. Una vez conoció el suceso, Carolina no dudó en viajar hasta Huelva para estar más cerca de él y del resto de seres queridos

Siempre ha mostrado ser una persona muy discreta, pero ha abierto una ventana a su vida privada en redes como en TikTok. Es aquí donde comparte vídeos de su día a día, junto a sus amigas y donde se le puede ver muy feliz. La mayoría de ellos son de ella bailando las canciones del momento y siguiendo las tendencias de la plataforma. Lejos de mostrar solo lo personal, durante estos meses también ha estado compartiendo los avances en lo que respecta a su recuperación. 

Incluso consigue tirar de humor en lo que respecta a los episodios más complicados de su vida: "¿En qué nos parecemos mis rodillas y yo? En que a mí me llaman crack y ellas hacen catacrak". A principios de este año, también quiso mostrar al mundo su relación con su ya expareja, Gen Esteban San Millán, un joven atleta de la Real Sociedad. 

Era un habitual en los vídeos de Carolina, donde demostraban la complicidad y lo mucho que se admiraban. Pero ya nada queda de esos vídeos después de una discreta ruptura de la que no se conocen detalles. Juntos decidieron dar un paso en su relación y adoptaron un perro abandonado que buscaba hogar. Por desgracia, el animal falleció dos meses y medio después de la adopción tras sufrir un atropello. 

Gen Esteban había demostrado ser uno más en la familia de la onubense. Ya no queda ni rastro de su vida en común y solo se conserva unas fotografías en las que aparece junto al resto del clan. Cabe destacar que ya no estuvo presente en la celebración de su 31 cumpleaños en el mes de junio

Quien ha estado a su lado siempre ha sido su madre, Toñi. La progenitora de la deportista se ha trasladado hasta Oviedo para acompañar a su hija en esta cita que ninguna olvidará. En sus redes sociales, Carolina siempre ha destacado su fortaleza. Sobre todo, después de la dolorosa pérdida que tuvieron que afrontar juntas