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9 de noviembre de 2016. Todo un planeta habla del mismo tema una y otra vez. La victoria del conservador Donald Trump (78 años) como Presidente de los Estados Unidos deja sin palabras a millones de civiles que, aún a día de hoy, continúan sin entender cómo esto fue posible. Un hecho que hoy, 9 de noviembre de 2024, vuelve a repetirse tras la derrota de Kamala Harris (60) frente al empresario multimillonario. 

En aquella fría mañana de noviembre de 2016, al filo de las 12:00 horas, salía a la luz una noticia que dejaba sin palabras a propios y extraños a este lado del charco. Se trataba de la muerte de Cristina Ortiz Rodríguez, conocida popularmente como La Veneno, a los 52 años de edad. La artista era encontrada sin vida en el sofá de su casa de Madrid con un golpe en la cabeza, dando pie a numerosas especulaciones sobre el verdadero motivo de la muerte. 

De ese hecho han pasado ocho años ya y, lejos de esclarecerse los motivos del fallecimiento, las incógnitas alrededor de la triste pérdida de La Veneno continúan siendo objeto de debate. Cristina marcó un antes y un después en la vida de muchos españoles -e incluso traspasó fronteras-, llegando a tener una placa conmemorativa en el Templo de Debod, su propia serie y hasta un pódcast en Onda Cero que ve la luz este sábado, 9 de noviembre, coincidiendo con el octavo aniversario de su muerte. Ahora, EL ESPAÑOL ha contactado con su hermana María Belén para conocer cómo vivirá esta complicada fecha. 

Cristina La Veneno en la presentación de su libro en octubre de 2016.

"Ella tenía un estilo de vida que le hacía mucho daño". Con esta directa, pero clara frase, comienza la conversación telefónica entre EL ESPAÑOL y María Belén, la hermana mayor de la artista, que ha querido revivir con este periódico los duros años sin su hermana y el homenaje que le llevará a cabo en el octavo aniversario de su muerte. 

Cristina Ortiz fue encontrada sin vida en su residencia de Madrid, situada en el reconocido barrio de Tetuán. Inmediatamente, todas las miradas apuntaron sobre su -por entonces- pareja, Alin Bogdan. Y es que tan solo unos días antes, la artista fue ingresada en el Hospital de La Paz por lo que se dijo era una caída accidental, cuyo recuerdo llevaba tatuado en forma de moratones en la cara, manos y pies. Sin embargo, la muerte de La Veneno fue recogida como una "una grave caída". 

Pese a que ha pasado ya casi una década, el caso todavía sigue estando en boca de muchos -especialmente de su familia-, pues en 2021 se consiguió la realización de una nueva autopsia, en la que se pudo comprobar que La Veneno habría sufrido "graves signos de violencia", aunque la Justicia decidió no reabrir el caso. Una dura realidad que aún denota tristeza en su hermana María Belén. "Si fuera el hijo de Julio Iglesias, las cosas se hubieran tratado de otra forma, pero con mi hermana todo se ha hecho mal", sostiene a EL ESPAÑOL. 

Cristina Ortiz, La Veneno, en una imagen de archivo.

En marzo de este presente 2024, el principal sospechoso para la familia, Alin, daba un paso al frente concediendo una entrevista para Equipo de Investigación (Atresmedia), en la que se abría en canal con respecto a este asunto. "No tuve nada que ver con su muerte", admitió Bogdan. Precisamente es este mismo medio el que hoy, 9 de noviembre de 2024, ha estrenado de La muerte de La Veneno, el capítulo que Equipo de investigación, con Glòria Serra, ha dedicado a revelar todas las incógnitas que rodean la muerte de la conocida vedette y cantante

A pesar de que María Belén confiesa que "las cosas no se han hecho bien", con el paso de los años admite "haberse dado por vencida" y no valora reabrir el caso. "La Justicia lo ha hecho muy mal con mi hermana. Se quiso cerrar de forma inmediata", apunta. 

A día de hoy, ocho años después del triste fallecimiento de la celebridad, la hermana mayor de Cristina reconoce que no tiene contacto con el resto de la familia, por lo que el homenaje a la artista es individual. Ana Belén, por su parte, reconoce a EL ESPAÑOL que cada año hace una misa en honor a su difunta hermana. Además, sostiene que, en su camino para Galicia -ciudad a la que se traslada frecuentemente- hace parada en Madrid para visitar la placa de La Veneno

Placa en honor a La Veneno en el Parque de Debod, Madrid. Gtres

Cristina Ortiz La Veneno marcó un antes y un después en el paradigma LGTBIQ+. Su -indirecta- lucha por ser reconocida quien verdaderamente es ha llevado a muchos a considerarla un auténtico referente, algo que hace inmensamente feliz a Ana Belén. "El Karma existe y al final la gente reconoce el sufrimiento de Cristina". 

Turbulentas relaciones

Cristina Ortiz se enamoró perdidamente de Andrea Petruzzelli, un italiano que conoció a finales de la década de los 90 y con el que acudió a Esta noche cruzamos el Mississippi, el programa de Pepe Navarro (72) que la descubrió por aquella época. Allí, sentada frente al reconocido presentador, una joven Veneno presentaba a su novio, sin saber que años más tarde sería el principal causante de gran parte de sus problemas.

Una relación tóxica en la que las supuestas adicciones y situaciones de abuso más los delitos de estafa hicieron que la artista tuviera que enfrentarse a una condena de tres años de prisión en una presión de hombres. Situación que marcó el rumbo posterior de la vida de Cristina, tal y como apostilla su hermana mayor a EL ESPAÑOL. Sostiene María Belén que, como Andrea era la única persona autorizada para ir a ver a La Veneno a prisión, ella se tenía que poner en contacto con el italiano

Cristina La Veneno y Andrea Petruzzelli en un evento juntos a finales de los 90.

De aquella época, Ana Belén hace especial hincapié en la preocupación que sentía por la propiedad de su hermana en Madrid. Y es que cabe recordar que Cristina poseía un piso en el barrio de Tetuán, en el que su novio Andrea pasaba horas y horas. "Además de la inquietud por saber cómo estaba mi hermana en la cárcel, tenía que estar pendiente de que no vendiera nada de la casa. Siempre he visto en él una persona tóxica", sostiene. 

Tras la turbulenta relación con el italiano, llegó Alin Bogdan, un joven rumano al que conoció en el año 2014, cuando él tenía 20 años y ella, 50. Él había venido a España a buscarse la vida como scort, pero cayó en las garras de La Veneno, aunque su historia acabó más bien "como el rosario de la aurora".