El vínculo familiar que une a María Pombo y al Premio Cervantes, Álvaro Pombo: un linaje de históricos rostros
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El escritor y poeta cántabro Álvaro Pombo (85 años) fue galardonado este martes, 12 de noviembre, con el Premio Cervantes 2024. Se trata del galardón más importante en lengua castellana, concedido por el Ministerio de Cultura, y que cuenta con una dotación de 125.000 euros. De él han destacado "su extraordinaria personalidad creadora y su original narración".
Un premio a una larga trayectoria que ya suma casi medio siglo de publicaciones. El autor nació en 1939 en el seno de una familia aristócrata cántabra y que ha dejado tras de sí un gran linaje de rostros populares y conocidos de la cultura española en diferentes épocas históricas.
Actualmente, el apellido Pombo ha pasado a ocupar un lugar protagonista gracias a la exposición mediática de María Pombo (30) y el resto del clan que han convertido las redes sociales en su diario personal y profesional. La realidad es que Álvaro Pombo y la influencer no sólo comparten un apellido, sino que son familia.
Hay que remontarse más de un siglo para entender los orígenes de esta saga. Es aquí donde aparece Ana Pombo, considerada por muchos como la primera influencer y una de las españolas más universales del siglo pasado. Su nombre real era Ana Caller, pero al casarse adoptó el apellido de su primer marido: Cayo Pombo Ybarra.
Su marido tenía un hermano, Juan, del que apenas se conocen detalles y que, casualmente, es el tatarabuelo de las hermanas Pombo. Por tanto, Ana y Cayo Pombo son los tataratíos de María y el resto del clan. Fruto de esta relación nacieron dos hijos: Álvaro, fallecido durante la Guerra Civil, y Cayo, padre de Álvaro Pombo, reconocido escritor que acaba de hacerse con el Premio Cervantes.
Precisamente, una de sus novelas más conocidas, Un gran mundo, está inspirada en la historia de su abuela. Y no es para menos. Ana decidió fundar su propia casa de costura, Elviana, entre cuya clientela se encontraban incluso royals, como la reina Victoria Eugenia. No obtuvo los éxitos esperados y tuvo que cerrar. Pero le esperaría algo mejor.
El conde de Koutosoff, director de publicidad de Coco Chanel en aquel momento, le ofreció un puesto de trabajo como relaciones públicas de la firma. Durante años fue la encargada de captar a las clientas más distinguidas y hacer de la maison lo que es hoy en día. En 1931, la mismísima Chanel la convertiría en su secretaría personal. Su historia con ella terminaría en 1934, cuando decidió abandonar el proyecto después de tener discrepancias con el ilustrador y amante de la creadora, Paul Iribe.
Años después se instalaría en Argentina donde volvió a probar suerte con su propio proyecto de moda. Fue en esta nueva etapa de su vida donde también vistió a algunas de las mujeres más influyentes del país como Evita Perón. Con su tercer matrimonio regresaría a España y en 1960 abriría La Maroma, una boutique de sombreros y que contó con clientas de la talla de Lola Flores. Se ha conocido más de esta increíble historia gracias a Mi última condena, un documental en el que se rencontruye la vida de Ana de Pombo, y que también ha sido adaptada a obra de teatro.
Pero Álvaro y Ana Pombo no son los únicos rostros conocidos e importantes que tiene la familia. Cabe recordar que la tatarabuela de María es la escritora Concha Espina, de quien guarda con orgullo su colección de libros en una antigua estantería. De hecho, forma parte de manera indirecta de la primera temporada de la docuserie en la que la familia habla de su vida. "¿Tú no te acuerdas de quién era Concha Espina?, le pregunta Víctor, padre de las influencers. La mayor de las hermanas, Lucía, responde: "Sí, claro, 'mi tata'".
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La escritora se casó con Ramón de la Serna y Cueto, con quien tuvo cinco hijos. Uno de ellos fue Víctor de la Serna, periodista que fue uno de los fundadores de El Mundo y que falleció hace poco menos de un mes. La descendencia continúa hasta llegar a María Pombo.
La creadora de contenido ha conseguido ser uno de los nombres más reconocidos de la cultura española. La influencer es sinónimo de éxito en lo personal y profesional. El pasado mes de octubre daba la bienvenida a los 30 y lo hacía, tal y como reconoció a EL ESPAÑOL, con el deseo de que todo continuase igual. La vida de la familia Pombo siempre ha estado ligada a Cantabria y así continuará siendo. Todos ellos han decidido construirse sus propias casas para disfrutar del que consideran su lugar seguro.