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El viernes 21 de noviembre de 2014, a las 7:55 horas, Isabel Pantoja (68 años) ingresó en prisión. Visiblemente afectada y cubriendo su mirada con unas gafas de sol, la tonadillera entró en la cárcel de Alcalá de Guadaira, en Sevilla, para cumplir una pena de dos años por blanqueo continuado de capitales. 10 años después -y pese a que quedó puesta en libertad el 2 de marzo de 2016-, la situación de la tonadillera sigue siendo difícil.

Este jueves, 21 de noviembre de 2024, cuando se cumple una década de su ingreso en prisión, Isabel Pantoja atraviesa una situación convulsa, aunque no precisamente por cuestiones judiciales. 

Solo cuenta con el respaldo de su hermano Agustín (60) y de su sobrina Anabel (33), pues ha roto todo tipo de relaciones con sus hijos, Kiko Rivera (40) e Isa Pantoja (29). Este, sin embargo, no es el único problema al que hace frente la cantante. La difícil situación de Isabel Pantoja se produce por varios motivos.

Isabel Pantoja ingresando en la prisión de Alcalá de Guadaíra el 21 de noviembre de 2014.

1. La 'guerra' con sus hijos

Ni el embarazo de Isa Pantoja parece estrechar las relaciones entre Isabel Pantoja e Isa P. Desde que salió a la luz la noticia el pasado 12 de noviembre, la tonadillera no se ha puesto en contacto con la joven. Su vínculo se rompió por completo después de que la cantante de Marinero de luces no acudiese a ver a su hija en su último ingreso hospitalario, a causa de una apendicitis que la obligó a pasar por quirófano.

"Cuando salgo de la operación espero una llamada, pero estar esperando algo que no llega ha sido una gran decepción", confesó Isa en el plató de ¡De Viernes! el pasado 18 de octubre. "Cómo si hubiera perdido por segunda vez una madre, ella no muestra ni un mínimo de atención hacia mí, es cuando realmente pienso que está acabada la relación", relató Isa P.

Isabel Pantoja con sus dos hijos en la gala de 'Supervivientes' 2019. Gtres

 

Un ingreso hospitalario en julio de 2023, debido a una intervención cardiaca, también acabó con la relación de la tonadillera y su hijo, Kiko Rivera. Así lo confirmó el DJ, hace tan solo cinco días en Poco se ahabla, el podcast de Xuso Jones (35) y Ana Brito (34). "Vino a verme al hospital con la angina de pecho, pero tuvimos un problema y la eché de la habitación. Hace casi dos años que no hablamos", rememoró el músico.

2. Problemas de salud 

El pasado julio, quien ingresó en un hospital fue la propia Isabel Pantoja. La cantante acudió de urgencia al Hospital Reina Sofía de Córdoba. Por suerte solo duró unas horas, pero lo referente a su estado de salud podría ser "preocupante", según se comenta en la crónica social.

Isabel Pantoja en un juicio en Málaga en 2022. Gtres

La tonadillera, siempre hermética con su vida privada, no ha confirmado nada al respecto. Pero la cancelación de algunos conciertos "por razones médicas" en plena gira por su 50º aniversario, así como su reciente mudanza a Madrid, han levantado las sospechas. El pasado 18 de octubre, la cantante dejó Cantora para instalarse en Madrid y ya se la ha visto en las inmediaciones del Hospital Puerta de Hierro, muy cerca de su domicilio actual, con su hermano Agustín y llevando mascarilla. 

"Su situación de salud es muy preocupante. Se tiene que trasladar a Madrid porque no hay más remedio", decía la periodista Gema López (53) en Espejo Público solo días antes de que la tonadillera se instalara en la capital. 

3. Deudas

Isabel Pantoja tiene problemas económicos y pretende solucionarlo vendiendo sus propiedades. Por un lado, quiere deshacerse de su piso de Triana, Sevilla, valorado en 350.000 euros y en el que vive su excuñada, Junco. 

Cantora, la finca que Isabel Pantoja heredó de Paquirri. Gtres

Tal y como revela Semana, la artista también ha asumido que debe vender Cantora, la finca que heredó de Paquirri y donde vivió hasta hace poco más de un mes, cuando se mudó a la prestigiosa urbanización La Finca, en Pozuelo de Alarcón. Además, otros bienes que atesora en Sevilla, como plazas de garaje.

Lo único de lo que no quiere deshacerse Isabel Pantoja, según informa la revista, es de la casa que posee en El Rocío, donde se hizo público su romance con Julián Muñoz, nueve años antes de su ingreso en prisión. La tonadillera no pretende venderla porque su voluntad es que allí se entierren sus cenizas.