El 3 de octubre de 2022, el mundo de la comunicación se despedía de una de las grandes personalidades del periodismo en nuestro país, Jesús Quintero. El respeto en la televisión y en la radio se lo ganó a pulso. Sus entrevistas, su forma de ser y su estilo fue referente para muchos profesionales de la época. El comunicador perdía la vida a los 82 años en la residencia Nuestra Señora de los Remedios en Ubrique, Cádiz.
Dos años después de su fallecimiento, sus hijas, Andrea (31 años) y Lola (25) hacen un retrato personal y profesional a través de archivo inédito y testimonios exclusivos en una serie documental que se ha estrenado en RTVE Play y que llegará el próximo 27 de noviembre a La 2 de Televisión Española. Además, varios rostros conocidos y amigos de Jesús Quintero han dejado unas palabras acerca de cómo era el artista en las distancias cortas.
Las hijas de El loco de la colina confiesan cómo han sido estos años sin él, sin una de las piezas claves de su vida. El periodista fue un padre ausente, pero con una gran capacidad afectiva. Así lo recuerdan. Además, su exmujer Joana Bonet (58), se ha sincerado sobre su bonita -y tormentosa- historia de amor con el padre de sus hijas, del que se acabó desenamorando.
Engaños y libertad nocturna
La vida amorosa de Jesús Quintero ha sido motivo de debate en las calles de Sevilla y Joana Bonet, en la serie documental de RTVE, ha querido dejar claro cómo fue su vida con él, su amor quebrado y la razón por la que se les rompió el amor.
"Lo que le había atrapado de mí, mi independencia, mi emancipación intelectual, mi autonomía, todo eso que le atrajo de mí, cuando nuestra relación se consolidó y fuimos padres, se convirtió en un problema. Y llegaron las broncas por la falta de compromiso. Hubo un momento que llegó el engaño, él intentó convencerme de que no pasaba nada pero, a mí me rompió la pureza de ese amor y empecé a mirar para otro lado", así es como describió el comienzo del fin Joana Bonet, en su relación.
Pero, lo más complicado es que sus hijas se daban cuenta de todo esto. De hecho, su hija Andrea resumió en una frase las preferencias de su padre: "Mi padre siempre decía que sus tres pasiones eran la noche, la radio y sus hijas, Lola y Andrea. Y ese era el orden, le pese a quien le pese". Esto explica la ausencia de amor por parte del periodista, en muchas ocasiones.
Un padre ausente
Para sus hijas su padre era ejemplar, alguien a quien admirar, pero ambas saben que su padre no fue todo lo bueno que pudo haber sido: "No estás presente, no estás siendo buen padre, ¿a qué juegas? Esto no es ser padre. Te separas de las parejas, no de los hijos, ¿por qué no estás en mi vida más? Claro que nos quería pero no éramos el proyecto principal de la vida de mi padre. Esto es una realidad", confesaba Andrea, su hija mayor.
Sin embargo, y aunque sabía de la realidad de Quintero, su hija pequeña, Lola, entendió que era más que un padre: "Era un desastre como padre, menos como Loco de la Colina, no era perfecto en nada. Lo he entendido perfectamente, ese es el tiempo que implica dedicarte a algo que te gusta", explicaba en la serie documental.
La amistad con Rocío Jurado
Jesús Quintero tenía mucha afinidad con los personajes más conocidos de la época, entre ellos, Lola Flores, Fran Rivera (50) o Rocío Jurado, con la que tenía una gran amistad, siempre fue su gran confidente. La hija de la más grande, Rocío Carrasco (47), ha hablado sobre qué significó el periodista para su familia.
"Siempre fue muy amigo de mi madre y a mi padre lo quería muchísimo, ha pertenecido a mi núcleo, a mi gente. A los míos, desde que tengo uso de razón. Fueron como dos piezas de un puzle que casan, una relación de amistad, de amistad fraternal, era algo muy bonito. Ya no solo por cómo se trataban, sino cómo se miraban. Tenían una complicidad maravillosa y yo creo que es porque eran dos genios. Se miraban el uno al otro y sobre todo, se admiraban", afirmó Carrasco mientras se emitía uno de los momentos más especiales de la vida y carrera de Quintero.
El legado de Quintero
Tras el fallecimiento del periodista, la herencia y su legado ha quedado en manos de sus hijas. Actualmente, su hija mayor, Andrea es la que se siente más cómoda frente a las cámaras y siempre da la cara por la familia. Mientras que Lola, la hija menor del locutor, está en un segundo plano, aunque ha querido ser uno de los testimonios más importantes de esta historia contada en la docuserie de RTVE.