Dejando a un lado las amargas polémicas que ha protagonizado en los últimos tiempos, Isabel Pantoja (68 años) ha puesto el broche de oro a uno de los años más agridulces de su vida subiéndose de nuevo a un escenario para cerrar por todo lo alto y ante su público madrileño su gira, 50 Aniversario, con un concierto único y muy diferente.

En el festival Starlite Christmas, y ante un auditorio con numerosos huecos libres -a pesar de que había esperanzas de que el recinto se llenase a última hora, no se obró el 'milagro navideño'-, la tonadillera repasó su repertorio de éxitos más icónicos, como Veneno, Así fue o Se me enamora el alma, pero también demostró su arte cantando villancicos populares.

Acompañó los shows con una zambomba flamenca de Jerez con su hermano Juan Pantoja -con el que llevaba un tiempo distanciada- entre sus integrantes. Demostrando por qué está considerada una de las grandes divas de la canción española, Isabel hizo un alarde de voz y emoción ante un público completamente entregado que no dejó de corear y aplaudir a la artista durante las casi tres horas que duró el concierto.

Deslumbrante, lució dos diseños tan diferentes como espectaculares con los que estaba simplemente radiante: en la primera parte del show apostó por un vestido de gala en color plata muy clarito de corte asimétrico con capa de gasa a juego con la falda y original escote tridimensional cuajado de brillos y bordados.

Posteriormente, se decantó por un original traje fucsia con volantes, manga larga abullonada y apliques metalizados en dorado, de inspiración zíngara. Dos looks inéditos que quiso estrenar en su último concierto del año y, sin duda, uno de los más especiales por su temática navideña.

Y se notó, ya que incombustible Isabel emocionó a sus incondicionales con uno de sus shows más memorables -bajo la dirección de Luis Cobos (76)- en el que, como no podía ser de otro modo, hubo despistes, dedicatorias, emoción hasta el punto de no poder contener las lágrimas, y muchas sorpresas.

El concierto comenzó con una voz en off repasando los inicios de la tonadillera en el mundo de la música y reivindicando su "grandeza artística": "Una niña trianera de padre gitano que nació predestinada para ser una reina de la copla y que paseó la copla por los escenarios del mundo con empaque de reina. Son infinitamente más los que la admiran y la quieren, pero los que la odian o hacen negocio atacándola, gritan más".

Como no podía ser de otra manera, Isabel se emocionó y rompió en llanto al recordar a sus hijos Kiko (40) e Isa Pantoja (29) al cantar su éxito Quisiera decir no. 

Sentada en una silla frente a un público completamente entregado, Isabel fue incapaz de contener sus emociones y dio rienda suelta a su dolor al entonar estrofas como "quisiera decir no continuamente, y estoy diciendo sí horas tras horas / quisiera destruirme de repente / quisiera revivir en cada aurora (...) Te veo cuando cierro las pestañas / te llamo sin llamar con voz de plomo". 

También dedicó unas emotivas palabras a su madre, Ana -fallecida en septiembre de 2021-, confesando que "tanto la extraño y tanta falta me hace".

Con su invitada estrella de la noche, La Húngara (44), interpreto su famoso Garlochí, desatando la locura entre el público. También hubo una especial dedicatoria a su sobrina Anabel Pantoja (38), a la que dedicó unas cariñosas palabras. 

"Vamos a hacer el baile de mi Ana, mi Anabel. Un besito, amor mío, y para la niña, ¡que te quiero amor mío, ¡la más guapa del mundo! La coreografía es de ella, así que se la vamos a dedicar todo el público presente". expresó Isabel, desmintiendo así que exista mala relación entre tía y sobrina. 

Un concierto en el que Isabel Pantoja ha contado con el apoyo de su hermano Agustín (60), entre bambalinas, y de Juan, en el escenario. Numerosos rostros conocidos la han arropado en su gran noche, como Lara Álvarez (38), Cayetana Guillén Cuervo (55), Marta Hazas (46), Eduardo Navarrete (30), Susi Caramelo (44) o José Manuel Parada (71), entre otros.