¿Por qué se ha crucificado a Nieves Herrero y no a Paco Lobatón? El caso Alcàsser
Justo cuando Netflix recupera uno de los casos más impactantes que zarandeó la sociedad, la crítica pone el foco en el tratamiento que la televisión le dispensó a la tragedia. ¿Se hicieron las cosas correctamente?
19 junio, 2019 03:55Noticias relacionadas
Netflix ha reabierto uno de los crímenes más sobrecogedores para la sociedad española a través de un minucioso serial: el caso Alcàsser. El 13 de noviembre de 1992 comenzaba el vía crucis para los familiares de Miriam, Toñi y Desirée, las tres jóvenes desaparecidas y finalmente asesinadas en el municipio valenciano. Ante la tragedia, las cadenas de televisión detuvieron su programación y se volcaron en el triple crimen. El documental de Netflix se centra en el tratamiento dispensado por parte de dos cadenas: TVE y Antena 3.
En concreto, Paco Lobatón (67 años) y Nieves Herrero (62) hicieron un exhaustivo seguimiento del caso a través de sus respectivos programas, Quién sabe dónde y De tú a tú. Sin embargo, pese a que ambos formatos obraron del mismo modo en la superficie, con conexiones en directo desde Alcàsser y entrevistas a los familiares -incluso en el mismo día del descubrimiento de los malogrados cuerpos-, las críticas se han cebado especialmente con Nieves Herrero.
Y es que, 27 años después, las redes sociales han calificado el comportamiento de la periodista con los familiares de las víctimas -en concreto, con los progenitores de Miriam en esa primera gran entrevista tras el fatal hallazgo- de "mal gusto" o "rozando el morbo y el ensañamiento". Así las cosas, ¿por qué se crucifica solo a Nieves y no a Paco Lobatón por extensión?
Con el único objetivo de informar a la ciudadanía, en un caso tan mediático en el que España estuvo en vilo durante dos meses y medio -y con la responsabilidad que conlleva una cobertura de esas dimensiones en un marco tan desagradable-, ambos realizaron preguntas que, en perspectiva, han resultado delicadas y han levantado alguna suspicacia. Ahí, Nieves, que tras el descubrimiento de los cuerpos, en ese espacio en directo apostilla mirando a cámara: "Hemos captado el momento, vamos a compartir ese dolor". Para, acto seguido, conectar con el interior de la casa de una de las madres, rota de dolor. En un estrecho pasillo, lágrimas y cámaras de televisión se dan la mano.
Otra escena. Lobatón, desde su programa, al padre de Miriam: "¿Se siente usted halagado por la repercusión?". Sea como fuere, interpelaciones propias de la agitación del directo que, observadas desde el presente, pueden entenderse desafortunadas. Una percepción que el dolor en los noventa, presumiblemente, no dejó apreciar. Fueron meses de intensidad informativa y Alcàsser se transformó en platós de televisión improvisados. En directos, en entrevistas a padres, vecinos, jóvenes apenados y expertos. ¿Son justas las críticas que está recibiendo Nieves Herrero? ¿Se procedió como se debía? ¿Cambiarían Nieves y Lobatón algo de sus trabajos entonces?
Cabe señalar en este punto que Herrero no ha participado en el serial de Netflix, mientras que Paco Lobatón sí lo ha hecho. JALEOS ha intentado ponerse en contacto con la periodista, pero la comunicación no ha sido posible. En cambio, el mítico presentador de Quién sabe dónde ha atendido a este periódico. "He participado en el especial después de un tiempo de reflexión, hasta que vi que el planteamiento era serio", asegura. Asume los errores que "la precipitación" y solo el tiempo dejan ver: "Fue una entrevista a saco (el día del descubrimiento de los cuerpos), con la cámara grabando sin parar, y pusieron un vídeo de una anciana diciendo unas cosas con las que no estuve de acuerdo".
Se muestra especialmente arrepentido de aquello: "Me dijeron 'mira este vídeo' y yo no lo recordaba. Si lo hubiera hecho, no se habría emitido. No me reconozco en esa decisión, pero sí soy el responsable". Cuenta, sin ánimo de exculparse de nada, que su programa Quién sabe dónde no era "un magacín contenedor, sino un espacio específico que buscaba a personas desaparecidas". Dato importante: "Actué siempre desde la libertad, a mí nadie me decía nada por el pinganillo". En definitiva, un formato que ya tenía un reconocimiento en la televisión y que, ante el caso Alcàsser, siguió trabajando en la línea de siempre.
Mantiene Paco que TVE, y él como director adjunto del programa, no quisieron en ningún momento competir con Antena 3: "A lo mejor suena un poco pretencioso, pero no teníamos necesidad". Durante su charla con este periódico, el comunicador aclara que aquel crimen no se vivió con el sensacionalismo desde el que hoy se aprecia: "Nuestro programa solo quiso darle la palabra a la familia, mostrarles las condolencias y grabar un mensaje para también agradecer al público ese apoyo y movimiento que se vivió". Pese a que Nieves Herrero no ha podido hablar con JALEOS, sí reconocía a principios de este mes durante una entrevista que volvió "a la radio porque es el lugar seguro donde no metes la pata".
Con Prensa Ibérica, y con motivo de la presentación de su última novela Esos días azules, donde desgrana la vida de Machado y su musa Guiomar, Nieves aclaró acerca del caso Alcàsser: "La televisión tiene esa línea roja que se cruza sin darte cuenta". Además, no duda en defender el trabajo que se realiza en televisión: "Soy incapaz de criticar a la gente que hace televisión porque es muy difícil. No se puede cubrir desde el lugar donde ha sucedido la desgracia porque es imposible no dejarte llevar".
De hecho, la periodista reconoce que al percatarse de lo que estaba ocurriendo en directo, en cada publicidad pedía que se cambiara la programación, e incluso llegó a amenazar con "irse a negro": "Nadie me hizo caso. Yo no podía ni respirar, pero por la conmoción, no porque supiera la trascendencia que iba a tener el programa". No cabe duda de que ni Paco ni Nieves hoy obrarían del mismo modo a tenor de sus palabras. Solo el tiempo deja ver los errores.
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