Tras toda una vida ligada al mundo de la interpretación, Concha Velasco (79 años) sigue en la cresta de la ola. La vallisoletana estrenó recientemente la obra Metamorfosis, la razón que justificaba más si cabe su visita de este jueves a El Hormiguero, donde fue entrevistada por Pablo Motos (53).
A pesar de que reconoció, nada más entrar al plató, que no podía bailar, sonó el famoso tema de Chica ye ye, lo que sirvió para que la acogida del público fuera aún más calurosa. Dado que no era la primera vez que visitaba el programa, la conversación entre Motos y Velasco comenzó con los achaques: "He mejorado últimamente. Desde la última vez que vine se me ha ido quitando el complejo de mayor, porque lo soy, más vale que lo acepte. He traído un cuello alto, lo único es que me encuentro un poco bajita, me vais a tener que traer un cojín", reconoció la actriz.
Una vez solucionados esos problemas con el asiento, la actriz no se cansó de regalar piropos al presentador de El Hormiguero: "Te veo todas las noches de mi vida, eres maravilloso, qué gran persona. Pero, las gafas, ¿por qué?", le preguntó. Motos recordó que una vez se operó de la vista pero, entonces, se dio cuenta de que "todo lo que tapa la cara me hace bien".
En un guiño de complicidad, Concha Velasco declaró que también se ponía las gafas por una cuestión estética: "Me veo más guapa". "Tú estás guapa te pongas lo que te pongas. No se te olvide que eres Concha Velasco", le animó Motos, quien continuó la charla hablando del reciente Premio Max de Honor que ha recibido la actriz: "Lo que más me gustó del discurso previo a la entrega es que dijeron que habías sido una pionera".
El teatro es un ámbito que siempre ha estado muy presente en su vida, incluso de cara al futuro a corto plazo. "He parado la obra de El funeral porque no me creo que a punto de cumplir 80 años vuelvo a Mérida. Soy la narradora, porque estoy mayor, pero feliz de volver allí con estos actores. Está Edu Soto (41), Secun de la Rosa (49), Adrián Lastra (35), que forman un reparto maravilloso, y no me quiero olvidar de ninguno. El problema es que lo hacen tan bien que me río mucho, es que los dioses eran tremendos. Preciosa función que no se debería perder nadie", describió Velasco.
Vida personal
Además de sus proyectos profesionales, hay otra cosa que la actriz tiene muy claro: cómo y dónde celebrará su próximo cumpleaños. "No quiero celebrarlo en el escenario. Siempre me toca en Barcelona, que es una ciudad que me encanta, porque además hablo muy bien catalán. Este año me gustaría cumplirlos en mi casa, invitándote a ti, por ejemplo. Tengo una casa, con una tele enorme, y mi habitación es como un camerino enorme. Me gustaría estar en mi cama ese día", detalló.
Precisamente hablando sobre su casa, Concha Velasco contó que "es la decimoquinta vez que me he cambiado de casa. Esta vez es porque tenía una deuda con Hacienda. Mi hijo me dijo que no debía echar la culpa a nadie. Así que estoy en una casa más pequeña, donde me caben los premios, por lo que no quiero que me den más. No hay que quejarse de nada".
Al margen de esas cuestiones personales, Pablo Motos refrescó una frase que un día dijo la actriz: "El público es el único amante que no me engaña y me permite vivir con dignidad". La propia Velasco lo corroboró: "Es cierto. Lo malo es retirarse y a mí me han visto siempre. Me admiten como soy. He tenido una vida, no ajetreada, equivocada, me he enamorado mucho, sin preguntar. Por eso digo que el único amante que no me ha defraudado nunca es el espectador".
Sobre su salud, recordó que tras haber sufrido dos infartos, nunca faltaba en su bolso un fármaco, la cafinitrina. "Ha habido un momento que no lo había en las farmacias. Alfredo Pérez Rubalcaba siempre lo tomaba, éramos muy amigos". En relación al político, recientemente fallecido, contó que "hablamos tres días antes y me dijo que de la política ni hablara que estaba muy raro. Su mujer incluso me ha llamado para consolarme a mí. Es una gente maravillosa".
Después de volver a colmar de piropos a Motos, la actriz les contó a Trancas y Petancas que "me he quedado delgadita porque no como, no tengo tiempo, tengo demasiado trabajo. Llega un momento en la vida en el que no puedes decir que no cuando a la gente le hace tanta falta”.
La prueba habitual de las hormigas dejó paso a la sección de Nuria Roca (47 años) que recurrió a uno de los grandes temas de los últimos días: la boda de Sergio Ramos (33) y Pilar Rubio (41). "Este evento me ha dado qué pensar, porque la gente me ha echado muchos piropos sobre cómo iba. Así que voy a contar todo lo que he hecho, porque ellos lo tienen muy fácil". Tras ese adelanto, publicó una imagen en la que se veía uno de los tratamientos a los que se sometió: "Me puse una mascarilla, te cierra el poro y te brilla la cara. Me di ondas de choque en el cuerpo, que estimulan el tejido corporal y es como si hicieras un montón de ejercicio. Me puse pestañas postizas, aunque no me dio tiempo al ácido hialurónico".
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