Aunque en principio no era una de las apuestas más fuertes de Mediaset, Ven a cenar conmigo gourmet edition ha ganado protagonismo con el salto al prime time en la noche de los martes en Telecinco. La temporada, además, acarreaba una importante novedad en su inicio: por primera vez las concursantes eran íntegramente mujeres.
Rosa Benito (63 años), Loles León (68), Belinda Washington (55) e Irma Soriano (55) se pusieron delante de las cámaras para mostrar sus dotes culinarias. La primera en romper el hielo fue la exmujer de Amador Mohedano (66), ejerciendo de anfitriona y, por tanto, pasando por los fogones para someterse al examen de sus compañeras de concurso.
Las diferencias entre las participantes ya quedaron patentes con las presentaciones. Rosa Benito se definía como una persona a la que le "encanta ir a la compra". La economía es una de sus preocupaciones, como quedó reflejado en el comentario de que el euro "es una moneda que nos ha generado muchos problemas", aunque tampoco rehuyó los comentarios sobre su vida personal: "Siento el cariño de la gente. Mis hijos son Jurado, y eso es maravilloso, que me digan qué se ha roto en mi familia. Que yo me haya separado es algo que podía pasar. Ahora estoy soltera. Tengo mucha fe y soy devota de la Virgen de Regla, de Santa Gema y de Juan Pablo II".
Para Loles León la interpretación es un don con el que prácticamente nació, aunque matiza que "evidentemente cuando empecé era muy difícil". En su tiempo libre asegura disfrutar con la visita a una tienda de una amiga: "Ella me conoce, sabe lo que me gusta, lo que me sienta bien y siempre piensa en ponerme algo que me resulte muy atractivo".
En el caso de Irma Soriano, la televisión y su canal de YouTube constituyen sus dos grandes pasiones, aunque lo más extraño de su personalidad sale a flote cuando se siente tensa: "Me encanta doblar calcetines, cuando estoy nerviosa es lo que hago. Me siento a doblar ropa y me da la vida". Más escueta fue en su presentación, Belinda Washington: "Hago de todo: presento, canto, pinto… Hay que tener cuidado conmigo cuando voy con los pinceles. Delante de una cámara me siento como en casa".
Poco sofisticado
Una vez hechas las presentaciones, tocaba saber qué menú había dispuesto Rosa Benito para su aventura como anfitriona. El entrante, bautizado como Pasión del sur, consistía en un gazpacho, para dar paso al plato principal, Recuerdos de tu persona, en recuerdo a su madre, porque es un plato que hacía ella: "Es patatas a lo pobre y solomillo, aunque ella ponía filete", explicó. Para rematar, un postre (Cielos de Rosa de pitiminí), con una mención especial: "Lo he llamado así por una canción de Rocío Jurado que ella me cantaba muchas veces". Este fue el primer recuerdo a la mítica artista de Chipiona, que estuvo presente en varias conversaciones de la velada.
La primera en llegar fue Loles León. Rosa Benito la recibió visiblemente emocionada, llegando incluso a llorar. "Hacía mucho tiempo que no la veía, yo con Rocío Jurado tuve una relación muy bonita y ella siempre estaba presente", recordó la actriz. La visión era recíproca, puesto que la anfitriona destacó que "lo que veo de Loles es que es una mujer alegre, que te ríes con ella".
La siguiente en llegar fue Belinda Washington, quien se abrazó con Rosa Benito dando varios gritos. Lejos de lo que pudiera pensarse ante tanta efusividad, la presentadora comentó que "es la segunda vez en mi vida que la veo, es una mujer a la que admiro, aunque nunca he trabajado con ella". La última en presentarse fue Irma Soriano, quien no hizo buenas migas con Loles León, incluso desde la primera toma de contacto. "Me ha sorprendido que Irma viniera con nosotras tres, la veo con otro discurso, está en otra sintonía", valoró la barcelonesa.
Eso sí, una vez juntas, los comentarios fueron positivos. “Las cuatro somos muy alegres”, lanzó Belinda Washington. En ese clima de confianza, Rosa Benito se puso profunda, comentando que le gustaría saber el día en el que va a morir. Para Loles León, la percepción es diferente: "Yo ya tengo hecho el testamento vital. No me gustaría saber el día que me voy a morir, cuando llegue que me pille en la cama con muchos hombres".
Fue en este momento cuando conocimos una de las novedades de esta temporada de Ven a cenar conmigo gourmet edition: cada concursante goza de un poder, asignado estrictamente al azar. Así, Rosa Benito podrá el último día bajar dos puntos al rival que ella elija; a Loles León le tendrán que decir los votos a la cara; Irma tendrá el poder de subir dos puntos a la persona que elija; mientras que Belinda podrá saber una votación a la cara, pero solo de la persona que elija ella.
A la mesa
Los prolegómenos tocaron a su fin y las concursantes se sentaron para degustar el menú. "Espero que os guste, y si no, disimulad", espetó la anfitriona. Las valoraciones del entrante fueron bastante unánimes, aunque este momento dio pie al segundo roce entre Irma Soriano y Loles León. "Hablaré cuando terminéis de hablar", zanjó la actriz, antes de comentar que "normalmente no me gusta el gazpacho, lo hago muy de cuando en cuando, me repite mucho pero este está muy ligerito. El tomate se nota muy natural".
Para liberar tensiones, las comensales propusieron un brindis "por la nueva Rosa Benito", quien aseguró respecto a su vida personal que "no necesito un hombre en mi vida, ya he convivido 36 años con uno". Después de eso, y a la espera de que llegara el plato principal, las concursantes se dedicaron a cotillear un poco el salón.
Respecto a la carne, todas se mostraron satisfechas, especialmente Irma Soriano, quien se emocionó al recordar que era un plato que su madre también hacía en varias ocasiones. Y como los recuerdos del pasado parecían estar ganando terreno, Rosa Benito se acordó de Rocío Jurado: "Para mí era una hermana. La sigo queriendo, no hablo en pasado, para mí está ahí. Hemos vivido tantas cosas juntas… fue muy cómplice conmigo". Ante la emoción, las invitadas acabaron brindando por la cantante de Chipiona, con cuyo hermano, Amador Mohedano, Rosa Benito aseguró haber estado recientemente durante una semana en Madrid, "y estuvimos muy bien".
El broche llegó con el postre y un lío tremendo de la anfitriona con el cabello de ángel, ya que juró y perjuró que el hojaldre lo había sacado del huerto de su hija. Para rebatirlo, Irma Soriano cogió el móvil y se puso a explicar la diferencia entre ambos productos, lo que irritó a Loles León. Después de decirle varias veces que se callara, le preguntó: "Tú, de esa frase, ¿qué es lo que no entiendes?". Quedaban pocas dudas de cuáles eran las dos concursantes que peor relación estaban teniendo.
Y así, entre recuerdos del pasado y algún reproche, llegó el final de fiesta, amenizado con unas canciones interpretadas por Rosa Benito, quien recibió 23 puntos de sus compañeras de concurso. El resto de programas definirán si ese bagaje es suficiente para proclamarse ganadora.
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