¿Se acuerda de 'Acorralados', el reality que metió en una granja a Leticia Sabater junto a El Dioni?

La semana pasada rescatábamos para esta sección uno de los numerosos reality shows que han tenido cabida en la televisión de nuestro país, Hotel Glam. Regresamos a ese terreno para hablar en esta ocasión de un espacio con algunas similitudes respecto a aquel, pero con bastantes diferencias.

Después de las experiencias en la casa de Guadalix de la Sierra, de un hotel y hasta de un autobús, las opciones para las localizaciones para dar forma a un concurso de este estilo se iban agotando. Por eso, en 2004 Antena 3 miró a la televisión escandinava y adaptó el reality de la productora sueca Strix bajo el nombre de La Granja. Nada menos que 14 famosos convivirían en un entorno rural, sin agua corriente ni electricidad, para subsistir a base de una explotación agrícola y ganadera.

Los concursantes procedían de diferentes ámbitos profesionales, desde el deporte (el esquiador Paco Fernández Ochoa, el exjugador de baloncesto Fran Murcia (48 años) o el nadador David Meca (45)), hasta personajes de la realeza como Olivia de Borbón (45), pasando por toreros, el caso de Cristina Sánchez (47) y presentadores de televisión (Loreto Valverde (52) y Alonso Caparrós (48)). 

Esta primera edición de La Granja estuvo algo más de dos meses en antena, con unos buenos resultados en materia de audiencias (la final fue seguida por más de 3.600.000 espectadores), coronando a Loreto Valverde y sentando las bases para una segunda entrega.

Pero en plena fiebre de realities y con el efecto sorpresa ya agotado, La Granja naufragó en la que debería ser la temporada de su consolidación. El elenco de participantes (Rappel (73), el humorista Arévalo (71) y quizás la modelo María Jesús Ruiz (36) eran las caras más conocidas) no estaba al nivel de la edición inaugural y las audiencias emitieron su veredicto desde la primera gala. Tras 69 días de convivencia, el programa echaba el cierre, con Miguel Ángel Redondo, el entonces novio de Marlene Morreau (50), como ganador, y el sello de producto sentenciado por parte de Antena 3. 

RESURGIMIENTO

Seis años después, este reality volvería a hacerse un hueco en la parrilla, en esta ocasión de la mano de Telecinco. Espoleada por el éxito de Supervivientes, la cadena de Mediaset apostó por este formato, rebautizando el programa como Acorralados: aventura en el bosque por motivos legales. Sus responsables parecían haber tomado nota del fracaso de su antecesora y pusieron toda la carne en el asador. Para empezar, las galas eran presentadas por el polifacético Jorge Javier Vázquez (49), con Raquel Sánchez-Silva (46) en el establo donde se grababa el concurso y Christian Gálvez (39) moderando los debates.

Respecto a los participantes, Acorralados congregó inicialmente a 12 concursantes: Bárbara Rey (69), Sonia Baby (38), Brenda Cerdá (28), Leticia Sabater (53), Raúl Hidalgo (34), Antonio David Flores (43), El Dioni (69), Pedro Reche (33), María Ángeles Delgado, Regina Dos Santos (69), Blanca de Borbón y Nagore Robles(36). Como el programa estaba dando buenos réditos a la cadena y ante las habituales expulsiones, se fueron sumando posteriormente Raquel Bollo (43), Liberto López de la Franca, Úrsula Aguilar y Álvaro Muñoz Escassi (44). Todo ello propició que el reality se extendiera durante el primer trimestre de la temporada 2011-2012, emitiéndose la gala final en plenas navidades, el 29 de diciembre de 2011.

Quizás por su experiencia acumulada en Gran Hermano 11, Nagore Robles fue la que mejor estrategia planteó y, por tanto, la que se ganó el apoyo del público para hacerse con el título de ganadora, por delante de Raquel Bollo y Blanca de Borbón. Ésta última protagonizó una acalorada discusión con la propia Nagore, en lo que fue uno de los momentos más tensos de Acorralados, junto con la denuncia de Anade (Asociación Nacional Animales con Derechos y Libertad) por mostrar una matanza de cerdo.

Con todo, la anécdota más divertida del programa corrió a cargo de varios jóvenes de una localidad asturiana vecina de Ludeña, donde se grababa el reality. Estos espontáneos proveían de víveres (queso de cabrales, jamón, callos y hasta tabaco) a los participantes, un hecho que saltó a la prensa local asturiana cuando uno de los jóvenes tuvo que prestar declaración ante la Guardia Civil.

A pesar de todas estas vivencias y de no haber bajado de la barrera de los dos millones de telespectadores en todas sus galas, el reality perdió la confianza de los dirigentes de Telecinco que decidieron no renovarlo.

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