Cuando se habla del concepto reality show, en España aparece, casi de forma inevitable, el ejemplo de Gran Hermano. Sin embargo, no todos los casos de este producto televisivo han sido sinónimo de éxito en materia de audiencias. Algunos programas pasaron con más pena que gloria por la parrilla, llegando incluso a acelerar su desenlace.
Esa fue la situación que vivió El castillo de las mentes prodigiosas. En la primavera de 2004 Antena 3 quiso rizar el rizo de los realities metiendo en un castillo a brujos, magos y videntes para mostrar sus dotes a través de diversas pruebas que proponía la audiencia pero que debían contar con el beneplácito de 'El Señor del Castillo', un personaje al que la productora (Gestmusic) quiso rodear de un aura misteriosa del inicio, definiéndolo como "un millonario filántropo y excéntrico que desea permanecer en el anonimato".
Toda esta parafernalia la coronó Antena 3 poniendo como presentadora a Alicia Senovilla (50 años), una de sus caras más conocidas allá por la primera década del siglo XXI. Con ella al frente y un jurado compuesto por Sebastià d’Arbó, Aramís Fuster (64) y el Padre Apeles (53), la cadena del Grupo Planeta se lanzaba a la conquista de un tipo de audiencia que hasta entonces se decantaba, en su mayor parte, por las propuestas de Telecinco.
Lo que mal empieza
Desde sus comienzos, la línea que separaba la seriedad de la parodia fue tan difusa que resultaba complicado etiquetar al reality. Quizás ni el propio Iker Jiménez (46) habría dado pábulo a las situaciones tan dispares que se vivían en el castillo, protagonizadas por personajes llegados desde varios puntos del planeta. Así, la lista de participantes la conformaban Pitonisa Lola (70), Divino Otelma (Italia) Santi Molezún, Profesor Mercury, Paco Porras (59), Astyaro (México), Leevon Kennedy (Argentina), La Santera Miguelina (República Dominicana) y Conde Luconi (Reino Unido).
Uno de los intentos por Gestmusic de aportar cierto picante a la convivencia de todos ellos radicaba en el hecho de que las 54 cámaras colocadas a lo largo y ancho del castillo estaban ocultas a los participantes, con la finalidad de que se comportaran de la forma más natural posible y, por tanto, que la audiencia pudiera en cada momento saber qué estaban haciendo.
La primera emisión de El castillo de las mentes prodigiosas tuvo lugar el 23 de marzo de 2004, con unos datos de audiencia que no invitaban al optimismo: 1.662.000 espectadores y un 14% de share. Desde ese momento, las cifras fueron bajando sin remisión, a pesar de los intentos de Antena 3 por dar cierto picante al concurso, introduciendo en la tercera gala a dos nuevos concursantes como la tarotista Josefina Valero y el telépata Khofranhk; o los momentos hilarantes protagonizados por Paco Porras, quien llegó a hacer el amor en directo con la tierra. Así, justamente un mes después, el 23 de abril, se anunciaba la retirada de la parrilla de este espacio.
La noticia aceleró el final del concurso, que cuatro días después, el 27 de abril, celebraba su última gala, coronando al mentalista mexicano Jorge Artyaro como vencedor. Pitonisa Lola, Santi Molezún y Leevon Kennedy se quedaron con la miel en los labios al haber llegado hasta las últimas rondas.
De este modo El castillo de las mentes prodigiosas bajaba el telón antes de lo esperado y con unos datos de audiencia que no respondieron a las expectativas creadas. A pesar de ello, el reality deparó algunas secuencias que se recuerdan con el paso del tiempo, como la caída de un techo que causó heridas a varios concursantes. Fuera obra de los espíritus o un simple fallo humano, afortunadamente todo quedó en un susto.
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