El momento que atraviesa el cine español, despojado de ciertos complejos de antaño, se traduce en que son pocos los géneros con los que no se atreven los directores nacionales. Un gran ejemplo de ello podría ser El asesino de los caprichos, un thriller que llegará a las carteleras este viernes 18 de octubre, con la dirección de Gerardo Herrero (66 años) y Maribel Verdú (49) encabezando el reparto.
Por ello, la actriz madrileña visitó este lunes El Hormiguero para hablar de esta película. Ataviada con una blusa blanca y una falda verde, Verdú no tardó en recibir los primeros piropos. "Cada día que pasa estás más guapa, no sé qué haces, iluminas el plató", le espetó Pablo Motos (54), quien, tras el cumplido, se lanzó inmediatamente a preguntar sobre una película que fue preestrenada en el reciente Festival de Sitges.
Esa experiencia fue calificada por Maribel Verdú como "genial, porque además me dieron el premio 'La máquina del tiempo'". En el discurso de agradecimiento, la actriz reconoció que aún tiene "inseguridades". "Es lógico y es bonito, la adrenalina de querer estar bien siempre, de estar a la altura de lo que la gente espera de ti", razonó.
En este sentido, la madrileña le contó a Pablo Motos que uno de los momentos críticos para ella cuando se embarca en un nuevo largometraje es el día de la lectura del guion. "Se hace unos días antes del rodaje. Siempre tengo que ir con Lexatin en el cuerpo, porque mis piernas tiemblan, creo que lo leo muy nerviosa y que no me van a coger, que van a llamar a mi representante para decirle que finalmente no cuentan conmigo", confesó.
A lo que tampoco acaba de acostumbrarse es a verse en la gran pantalla y a oírse, "es muy curioso lo de la voz”, comentó. Una vez pasados esos tragos, Verdú reconoció estar pendiente de la acogida que tiene el film entre el público: "Sí, normalmente miro la recaudación que ha tenido la película en taquilla, aunque últimamente esto con el cine español es algo delicado", destacó.
Una lucha
Uno de los enemigos contra los que lucha el cine actual es la comodidad del usuario a la hora de suscribirse a diversas plataformas. En relación a ello, la intérprete valora que "también pasa con el teatro, cuando sales y ves las butacas llenas te das cuenta del mérito que tiene. Ir al centro de Madrid, tal y como está, gastarse el dinero en la entrada…".
En relación a El asesino de los caprichos, Maribel Verdú describe su papel: "Soy una inspectora de policía. Busco a un asesino en serie que reproduce todos los caprichos de Goya. Es apasionante". Al parecer, la madrileña se ha mostrado muy cómoda con este registro. Pablo Motos comentó que, según el director, el papel estaba escrito para la invitada, porque "es malhumorada, sin pelos en la lengua y bebedora". Con un toque de humor, la actriz destacó que "nunca me había tocado hacer un personaje así. El único papel chungo fue la madre de Blancanieves. Me ha gustado mucho, no he tenido que disimular nada en ningún momento".
Después de la entrevista, llegó el momento de uno de los nuevos colaboradores de la temporada, Antonio Resines (65), quien volvió a vestirse de juez para pronunciarse sobre aspectos como el sexo tántrico o el espiritismo, aunque lo curioso fue que reconoció que, cada 2 de octubre, la fecha del cumpleaños de Maribel Verdú, envía un ramo de flores a la actriz.
El programa entró en una línea distendida que siguió con el concurso habitual. Esta vez hubo suerte y una telespectadora se llevó nada menos que 6.000 euros. Cuando Maribel Verdú trataba de saber algo más sobre la ganadora, Pablo Motos dejó otra anécdota, al entender, de forma errónea, que el perro de la persona que estaba al otro lado del teléfono se llamaba Mierda en lugar de Niebla.
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