Reggaeton, rock, pop… los artistas que han visitado frecuentemente El Hormiguero acaparan diversos estilos musicales, aunque pocas veces Pablo Motos (54 años) recibe a alguien relacionado con la ópera. Una de las excepciones tuvo lugar este jueves con Ainhoa Arteta (55).
La soprano visitó el talk show para presentar su disco de versiones La otra orilla, un álbum que tiene su raíz en un recuerdo muy bello: “El primer disco surgió con la canción La vida, que fue la última que canté con mi madre. A partir de ahí comencé a grabar los boleros que ella y mis tías me cantaban y por eso surgió este trabajo”.
Además de esa explicación, Arteta ve este disco como un acercamiento a países con los que tenemos mucho en común. “Viene mucha gente que dice que hay que querernos más y tú lo comentas respecto a Latinoamérica”, avanzó Pablo Motos. “Quererse siempre es muy bonito y está bien. En este caso tenemos algo que nos une la hispanidad, todo lo que nos hemos regalado ellos siempre nos lo han devuelto con más ritmo”, completó la soprano.
Llegado a ese punto de la entrevista, hilando de nuevo con el recuerdo de su madre, Ainhoa Arteta comentó un asunto que dejó boquiabierto al presentador de El Hormiguero: “Mi relación con las mariposas blancas también viene de ahí. Cuando iba al estudio de Javi Limón me aparecían, hasta en la M-30, yendo en un taxi vi una. El año que ella murió siempre aparecían muchas mariposas blancas a mi alrededor. Empecé a pensar en señales: la gente no se muere, se transforma. Te lo digo en serio, en los lugares más insólitos y hasta en épocas que no es habitual que haya mariposas, como en febrero”, detalló ante el estupor de Motos.
Dejando a un lado esos pensamientos metafísicos, Ainhoa Arteta dejó muestras de su indudable talento interpretando una parte del ‘Ave María’ de Schubert:
Su exhibición no quedó ahí. Tras el paso por publicidad, la soprano comenzó a explicar una serie de conceptos teóricos sobre el hecho de interpretar ópera, pero para que la gente lo entendiera mejor pidió que le anularan el micrófono por unos instantes y cantó a viva voz para demostrar la importancia de ‘los armónicos’.
Consejos y vida íntima
Nadie mejor que ella para cuidar la voz, así que recomendó a Motos usar jengibre y antiácido como el Almax, antes de contar una anécdota políglota: “En mi caso, cuando canto en francés y alemán sí que lo entiendo, porque son lenguas que hablo, pero con el ruso me pasó. Estuve como seis meses para aprender la letra. Me sorprendió que cuando acabó la actuación vinieran unos señores a felicitarme hablando en ruso y se sorprendieron de que no hablara su idioma, no les entendía, y que hubiera cantando tan bien”.
Justo ahí, cuando la conversación había entrado en calor, Motos entendió que era el momento de abordar la faceta más personal de Ainhoa Arteta: “Me he casado cuatro veces, pero no soy nada promiscua. Me enamoro y me caso, y así me salen las cosas”, contó sus relaciones. Hace poco selló su relación con un militar, un noviazgo sobre el que la soprano quiso romper algunos mitos: “No me pidió matrimonio en la primera cita. Coincidimos en una gala, quería sacarse una foto conmigo y con tantos galones le bromeé con que parecía un arbolito de Navidad y que esas fiestas le podía plantar en mi casa. Y así fue, en Navidad ya estaba en mi casa. Nos conocimos, intercambiamos teléfonos. Me empezó a conquistar porque me mandaba mensajes que eran poemas, y eso no lo había hecho ningún hombre. Lo que me acabó de ganar es que me mandó un foto del Hispania con todas las velas abiertas, que se relaciona mucho con mis mariposas blancas”.
“Pasó tiempo hasta que nos llamamos”, continuó, antes de valorar que “fue poco a poco, los noviazgos los llevo despacito, eso sí, luego me caso rápido. Por si la cosa falla, tengo apalabrado hasta el sexto”, confesó entre risas. “No te rías, me estarán viendo. Y a ellos se los presenté a mi marido cuando nos casamos. Sola no me gusta estar, así que si me falla este tendré un quinto que es muy majo, y el sexto es un cachondo”, detalló.
Tras un breve paréntesis en el que explicó que tiene documentados 32 apellidos vascos, se mojó en un asunto muy serio: las acusaciones realizadas contra Plácido Domingo (78) por presunto abuso sexual. “Ya lo dije en su momento y fui muy drástica, como en todo. La relación que he tenido con él ha sido respetuosísima. ¿Qué a Plácido le gustan las mujeres? Claro, pero de ahí a otras cosas… No lo he sentido jamás. Pienso que es un hombre tan caballeroso que no le veo forzando a nadie”.
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