El equipo de El programa de Ana Rosa ha sufrido los contratiempos propios del directo durante la emisión de este miércoles. Mientras los colaboradores comentaban la actualidad del corazón, la luz del plató se esfumaba y les dejaba completamente a oscuras. Tras la confusión inicial y las bromas sobre las facturas pendientes, Ana Rosa Quintana (63 años) improvisaba un 'foco' casero con la luz de su móvil para que Joaquín Prat pudiese dar paso a un vídeo.
Sin embargo, tras la emisión de la pieza persistían los problemas y se veían obligados a recurrir a un fuente de luz temporal con la que la mala iluminación seguía siendo evidente: "¡Qué mala luz!", comentaba Isa Pantoja. "Hemos ido Joaquín y yo a cambiar el automático, pero...", bromeaba Ana Rosa ante la inesperada situación.
El apagón pareció solucionarse en varias ocasiones, pero la luz volvía a desaparecer al instante, por lo que el programa afrontó su recta final sin poder arreglar el problema. "Qué importante es la luz en un plató", destacaba Joaquín Prat, mientras que la presentadora trataba de hacer humor con el asunto: "El color blanquito es muy elegante, ahora se lleva no estar moreno", ironizaba.
La misma suerte corría Ya es mediodía, espacio que se emite desde el mismo plató, que en sus primeros minutos continuaba sufriendo este contratiempo hasta que finalmente fue resuelto. "Cuando estábamos solos siempre pagábamos el recibo de la luz", comentaba con sorna Ana Rosa al dar el relevo a su compañera Sonsoles Ónega (42).
Esta es la segunda vez que el plató de El programa de Ana Rosa se queda a oscuras, aunque la primera no fue accidental: en septiembre de 2018 los tertulianos del espacio aparecían en penumbra para comentar el máximo anual que había alcanzado el precio de la factura de la luz, un gesto de protesta que estaba medido y que, por tanto, tuvo un resultado mucho más atractivo para el espectador.
El incidente de este miércoles se produce tras la vuelta de la presentadora al programa, que durante el puente de diciembre decidía alejarse de los focos -esos que ahora han fallado- y pasar unos días de desconexión en su casa de la playa, situada en la lujosa urbanización de Sotogrande.
Iluminada por el radiante sol que ha lucido en la comunidad andaluza durante estos días, la periodista se tomaba un descanso y daba el relevo a su compañera Patricia Pardo para sustituirla antes de retomar el mando y afrontar la recta final del año antes de sus vacaciones de Navidad.
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