Alba Carrillo (33 años) se ha convertido en una de las finalistas sorpresa de Gran Hermano VIP, tras protagonizar un inicio de concurso bastante reservado y casi ausente de polémica. Ahora, a solo una semana de que el reality llegue a su fin, la modelo ha querido explicar por qué se ha comportado así y ha desvelado que ha sufrido una depresión contra la que todavía está luchando.
La maniquí estaba situada en uno de los atriles dispuestos por la organización, cuando el colaborador Miguel Frigenti ha entrado en directo para hacerle una pregunta complicada. Su compañero de Ya es mediodía ha querido saber si Alba se cree merecedora del maletín "teniendo en cuenta que ha estado en la cama" gran parte del concurso y que "atacó al programa".
Carrillo, que antes del reality ya no tenía buena relación con Frigenti, le ha contestado: "Por temas de mi vida personal que por supuesto a ti no te lo voy a exponer, pasé la primera parte del concurso muy triste".
La tensión entre el colaborador de Ya es mediodía y la concursante de Gran Hermano VIP ha continuado aumentando. Frigenti ha aprovechado para pedirle que no le atacara ni a él ni a su familia: "No vuelvas a decir que soy un muerto de hambre", ha esgrimido.
La expareja de Feliciano López (38) ha negado completamente que ella hubiese dicho eso, algo que el colaborador le ha rebatido: "Te pondrán las imágenes cuando salgas de la casa y quedarás a la altura del betún".
La finalista de Gran Hermano VIP, visiblemente emocionada, ha querido reprocharle a Frigenti su actitud tan crítica hacia su concurso. "Gracias por decir que mi concurso es una mierda, quedas retratado. Eres un excelente colaborador y periodista, que no sabes nada, ni de la vida política del país, que ya nos reímos bastante en las reuniones de antes de Ya es mediodía ¡Que hay que tener clase, ten un poco de respeto!".
Más tarde, la expareja de Fonsi Nieto (41) no ha podido reprimir el llanto, y Jordi González (57) ha querido saber qué era lo que le ocurría: "Me parece injusto que se haya dicho que he hecho un concurso de mierda. Me gustaría explicar muchas cosas y no puedo, son cosas del exterior y no puedo. Lloro de rabia y de impotencia porque no puedo hablar como me gustaría. No era el día de ir tan a machete".
La concursante ha asegurado que quería mantener cierta información en secreto, pero al final ha terminado confesando por qué ha estado tan agazapada en la primera parte de su concurso: "He tenido una depresión, han tenido que darme aquí mayor dosis aquí", ha explicado la maniquí.
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