Nadie podía imaginar que la grabación del funeral ficticio de María Teresa Campos (78 años) en El cielo puede esperar iba a convertirse en la última aparición pública de la presentadora y su pareja, el cómico Edmundo Arrocet (70).
Y es que en los gestos de cariño y complicidad que desprendieron ambos se podía apreciar cómo su amor seguía latente después de casi seis años de relación. Una situación que estaba muy alejada de la realidad por lo que se ha podido ver después.
A los pocos días de grabar este espacio para el canal #0, Edmundo envió un mensaje de WhatsApp a María Teresa para romper su relación. Un final muy abrupto que llegaba después de que el propio chileno le dedicase estas bonitas palabras de 'despedida' a su pareja en el programa: "Estoy muy contento de ver tanto amor y tanto cariño a María Teresa", empezaba diciendo el cómico, "la humorista era ella, ella era la buena para chistes. A la hora de las comidas no comía nada, pero los pasteles la volvían más loca que a Terelu una porra", bromeaba. "Una de sus canciones favoritas era Gracias a la vida y yo hoy doy gracias a la vida por haber conocido a María Teresa", concluía emocionado.
Además, Edmundo sacó su vena interpretativa para dedicarle a María Teresa el tema de Rocío Dúrcal Amor eterno, toda una declaración de intenciones que ahora queda en agua de borrajas tras la repentina ruptura.
Quien también dedicó unas emotivas palabras hacia la veterana periodista fue su hija Carmen Borrego (53), que fue la encargada de abrir la velada antes de la intervención de Edmundo: "Si algo recuerdo de mi madre es su honestidad. Ya me hubiera gustado parecerme a ella como profesional, pero también como madre", comentaba.
Pero el testimonio más sorprendente fue, sin duda, el de Jaime Peñafiel (87). El periodista aprovechaba la vertiente cómica del programa para hacer una revelación, sembrando la duda sobre la veracidad de sus palabras: "Estuve muy enamorado de Teresa. Me dio calabazas pero a mí me hubiera gustado ser el padre de Teresa y Carmen", confesaba. "Siempre la quise, la quiero y la querré", concluía Peñafiel.
Finalmente, Terelu Campos (54) era la encargada de cerrar el funeral, hablando sobre el carácter de su madre: "Mi madre era una persona muy especial. Pocas cosas se le podían echar en cara", afirmaba. Aunque la colaboradora asegura que Teresa "no escuchaba cuando le hablabas". Terelu aprovechaba para mostrar el orgullo que siente por ser hija de la Campos: "Siempre seré la hija de Mari Tere, de María Teresa Campos, o de Teresa Campos, en definitiva, la hija de mi madre".
Mientras tanto, la protagonista del funeral era testigo de todos los discursos desde una sala contigua. Teresa pasó de la risa a la emoción al ver el cariño que sus allegados y familiares le dedicaban, siendo el discurso de Bigote uno de los que más conmovió a la periodista. Unas palabras que la Campos guardará en el recuerdo ahora que su relación con el humorista ha terminado.
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