Sandra Barneda (44 años) ha visitado Planeta Calleja, el espacio que presenta Jesús Calleja (54) y no ha defraudado a nadie. La periodista y el conductor del espacio de aventuras se han desplazado a Borneo, en Malasia. Han escalado hasta la vía ferrata más alta del mundo -ahí, sus 4.095 metros de altura-, así como han visitado algunos de los espacios de mayor biodiversidad del continente asiático. Y durante su travesía, Barneda se ha abierto en canal como nunca antes lo había hecho. Desde la leucemia que sufrió uno de sus hermanos siendo ella pequeña hasta la hermana que se murió al nacer en los brazos de su padre.
Uno de los pasajes más duros de su vida, y que, desgraciadamente, encuentra interés en la actualidad, es su homosexualidad. Echando la vista atrás, Sandra reflexiona y se deja llevar. ¿Cuándo se dio cuenta de que le gustaban las mujeres? "Yo creo que fue en la universidad. Ni me lo planteaba. No sabía lo que era, me enamoré de una profesora de radio. Le escribí una carta y no la volví a ver. Sabía que tenía que descubrir, no podía seguir así". En ese punto del relato, explica lo que sigue: "Fue mi exnovio quien me presentó a una amiga suya. Yo no lo aceptaba, me costó mucho. Fuimos amigas, me llevó a una fiesta; fue la primera vez que vi a dos mujeres besándose". Suspira y vomita, guerrera: "El ser diferente cuesta".
¿Y a sus padres cuándo se lo confesó? Las primeras lágrimas afloran en sus ojos: "A los 27 ó 28 años se lo dije. Les costó asimilarlo. Costó mucho. Mi madre me dijo que era una fase. Y yo le dije que si era una fase, que mientras que durase se estaba perdiendo a una hija. Es injusto, ¡lo único que cambia es a quién quieres!". Con el tiempo, son los propios padres quienes lo edifican todo: "Tus padres solo quieren verte feliz". Pero antes de llegar a esa zona plácida, tocó pasarlo mal: nueve meses sin hablar con sus padres. "Que tu madre te llame y que no le cojas el teléfono". Con el tiempo, según Sandra, se dio cuenta de que, en realidad, "quien no lo encajaba era yo, los demás te sirven de espejo".
Y prosigue: "La única que sabía dónde estaba yo era mi hermana". Con el tiempo, y asentado todo, se armó de valor y, con una planta en las manos, llamó a ese timbre paterno: "Dije, soy yo, Sandra. Vi a mi madre en primer lugar, descolocada. Y a mi padre sentado; no se pudo levantar de la emoción. He venido a desearos feliz Navidad, pero no me quedo. Fue la conversación más bonita que he tenido. Mi padre me dijo que no me preocupase". Arrasada por la emoción, puntualizó: "Les dije que necesito tiempo. ¡Todo fue una parida!".
Y, mirando a cámara, Sandra suelta la siguiente arenga, tan poderosa: "Para padres que me estén viendo; que se piensen decir cualquier burrada. Escúchalo, infórmate. ¡Esa persona está abierta en canal!". Con el tiempo, relata Barneda, sus padres llegaron a confesarle: "Muchas gracias por la mejor lección que nos ha dado. Eso es evolucionar". Jesús Calleja, en ese punto, se interesa por cómo ha vivido su homosexualidad a nivel público. "En lo laboral, a mí me sacaron del armario en el día del Orgullo Gay. Toda la profesión lo sabía. Que no hable de mi vida privada, no significa que me esconda".
También aborda, rompiéndose directamente, su historia de amor con Nagore Robles (36). "Es lo más fuerte que me ha pasado en la vida. Ella me sacó, me descorchó. No me importaba nada ya. Nagore me hizo cambiar. No sabes la tensión que sentía en un programa en directo de cinco horas. Tu cuerpo tiembla y yo me decía que qué me pasaba". Y si se habla del 8-M y de la necesidad de echarse a las calles, Sandra saca garra y puño: "Se tiene que seguir reivindicando. Hay que salir a la calle y todavía más ahora". ¿Un ejemplo de lucha? Su madre Blanca: "Mi madre me ha marcado humanamente, en valentía. No ha tenido la oportunidad de estudiar, pero me ha enseñado muchos valores. Es lo que sirve".
Viajemos al pasado. A la Sandra pequeña, infante. De padres artistas, "ambos pintaban". Y, ojo, que no la familia sufrió importantes rasgones: "Mis padres perdieron a la primera hija. Dijeron que fue una negligencia médica y se le murió a mi padre en sus manos". Ese fue el primer golpe, el segundo llegaría pronto: la leucemia de uno de sus hermanos. Duró 10 años y, aunque la superó, Sandra reflexiona: "Te crías un poco sola. Se dice que uno gesta el disfrute los primeros años de vida. Yo conviví en la tristeza. No lo notas porque no eres consciente. No les reproché nada, pero cualquier cosa no podías hacerla, y no sabía por qué. Me hubiera gustado que me lo dijeran. Todos tenemos una barrera; la mía fue esa".
A nivel profesional, se define como una mujer completa que empezó donde pudo y que terminó haciendo lo que le gustaba. Hizo sus pinitos en Teledeporte, luego se fue a Antena 3, pasó por Telemadrid -"estaban demasiado politizados y yo di noticias que no quería". Luego, estuvo dos años sin trabajar en Barcelona: "No me cogían por exceso de currículo". Más tarde vendría SV, GH y los debates que le pusieran por delante. El éxito, en definitiva: "Me pone que todo ocurra en directo. Se trabaja con las bajas emociones". Sí, reconoce que es la "chica seria del entretenimiento", pero, lejos de algo peyorativo, lo ve algo positivo. Así es Sandra.
[Más información: Nagore Robles y Sandra Barneda rompen su relación sentimental]