Pablo Motos (54 años) lleva muchas temporadas al frente de El Hormiguero, pero Juan y Medio (57) no le va demasiado a la zaga con el espacio La tarde aquí y ahora en Canal Sur. Nada menos que once años lleva el almeriense con este programa vespertino que ha dejado muchos momentos ideales para los resúmenes de zapping.
Ambos se encontraron este jueves en el plató de talk show de Antena 3 y lo primero que llamó la atención, aparte del buen rollo entre ambos, es la diferencia de estatura: "Para saludarte tengo que ponerme de puntillas", bromeó Motos, quien alabó a su invitado la forma de entrar en el programa. "Siempre he estado un poco salido", contó con cierta ironía Juan y Medio.
Ya sentados sobre la mesa, Motos agradeció al andaluz el "esfuerzo enorme" que había hecho para ir hasta El Hormiguero. "Bueno, me desplazo y no pasa nada. Se ha quedado mi compañera Eva al frente y he venido porque merece la pena, este es el mejor programa de la historia de la televisión", alabó. Sobre su vida, considera que es un privilegiado: "Tengo salud, la mejor familia, los mejores amigos… Un día bueno es aquel que no es malo. Todo lo que perjudique a la gente que quiero me afecta mucho".
Poco tardó Pablo Motos en preguntarle a Juan y Medio por la definición de La tarde aquí y ahora, y aquí el almeriense mostró un lado muy humano: "Es un programa pionero que va dedicado a personas mayores que están solas, que es la peor enfermedad. Gente que ve menos, que tiene problemas de salud, que come casi todos los días lo mismo, que sufre el abandono de los hijos y no tiene sitios para relacionarse… Nadie les enseñó a dirigirse a ciertos sitios, tienen una castración cultural, sexual y religiosa muy grande. Económicamente no van bien y la soledad les destruye. No quiero presumir, pero me llaman de otras cadenas nacionales y no me veo saliendo de este programa, a mí me genera una gran satisfacción ver venir a dos personas mayores de la mano diciéndonos que llevan juntos 15 meses o 2 años", detalló.
"Me has dejado bastante seco, perplejo, porque has dicho cosas que no había pensado", comentó Motos, dando pie a que su invitado explicara que "la gente va allí a buscar compañía. Al principio decían los viejos verdes. No. Son gente mayor que tiene ganas de viajar, de vivir, que no quieren esta soledad, a mí me pesa en el alma y me parece fantástico que podamos paliarlo. Y no es tanto el que viene como el que está en casa, que encuentra algo de esperanza".
Labor social
Además de compartir experiencias, en La tarde aquí y ahora dan consejos para las personas mayores: "Hay gente que se piensa que se rompe la cadera al caer y no necesariamente es así. Cuando se han caído quieren abrir desde el suelo el pestillo y no pueden. Aconsejamos que los cerrojos estén a la altura de esa persona que puede estar en el suelo. También alertamos de las revisiones fraudulentas del gas".
Dejando a un lado toda esa labor social, Motos quiso destacar también el punto humorístico que tiene el programa de Canal Sur. "De vez en cuando se te duerme alguno que otro", apuntó. Juan y Medio lo explicó: "Hay gente que viene nerviosa, que come mucho porque está allí con nosotros, el calor… se relajan y entran en un sopor tremendo. Me da mucha cosa despertarles. A una persona le hicimos ver que había pasado la noche allí durmiendo y lo primero que nos preguntó es que si habíamos llamado a su hija".
Volviendo a la parte seria, el presentador andaluz argumentó que ha aprendido de todas esas personas que van a su programa que "solo han tenido obligaciones y nosotros derechos. Jamás han pisado un psicólogo. Esa gente salió de una guerra y levantó un país con una inteligencia natural y sin estudios. Cada día me da una lección de vida. Estoy orgulloso de que una cadena reconozca a esta gente".
En un plano mucho más íntimo y animado, Juan y Medio reconoció que, en una ocasión, había tenido una cita en un lugar un tanto peculiar: "No era exactamente una rotonda, pero sí una incorporación de una carretera nacional con la M-30. Era de madrugada, iba con la moto, no pasaba por allí nadie y pensé que era un lugar estupendo. Unos amigos rusos tocaron música cíngara. Fue un encuentro bonito".
Después del cuestionario de Trancas y Barrancas y una prueba con instrumentos, Cristina Pedroche (31) reapareció con su sección de inventos que no vieron la luz. Su intento con el perro de un familiar culminó en un verdadero desastre.
Hacía falta poco para encender la mecha en las redes, y la madrileña lo consiguió:
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