A pesar de ser de su ascendencia estadounidense, la cara de Elisabeth Moss (37 años) es sobradamente conocida en nuestro país. La razón es su aparición en series de éxito como Mad Men o El cuento de la criada, aunque su carrera no se limita solo a la pequeña pantalla, ya que dentro de poco llegará a las salas de nuestro país El hombre invisible, un film de terror que protagoniza la propia Moss.
Todo ello fue a explicarlo este miércoles en El Hormiguero, donde Pablo Motos (54) quiso mostrar un papel halagador desde el inicio. "Me gusta tu criterio a la hora de escoger los trabajos. Teniendo ese criterio, ¿qué te ha movido para hacer El hombre invisible?", preguntó el presentador. La actriz explicó que "la verdad es que quería hacer una película de terror, algo que diera mucho miedo y por eso lo escogí. Luego leí el guion que es muy complejo y me encantó".
A partir de ahí, parece que Moss se relajó e incluso se permitió bromear con el hecho de llevar en secreto los detalles del film: "Sobre la película no puedo contar absolutamente nada. Hay un hombre invisible, yo salgo en la película y no soy invisible. Nada más", aseguró.
Más seria se puso la norteamericana a la hora de explicar que El hombre invisible se puede ver como "una metáfora precisamente de lo que estar en una relación tóxica o de violencia doméstica y tener que huir de eso. Habla de la necesidad de que haya lugares seguros para que pueda hablar de ello".
En ese momento, Motos decidió dar otro giro a la entrevista y volver a un lado más desenfadado, bromeando sobre cómo llevaba la invitada el hecho de que en sus series y películas siempre se usen muchos primeros planos de su cara. "Ya estoy bastante acostumbrada a ese primer plano extremo. Me he hecho a la idea de tener a un hombre sudando muy cerca", destacó entre risas.
Más complejo fue el rodaje de una secuencia de El hombre invisible, donde Moss supuestamente pelea con el protagonista. Ella misma explicó el truco: "Hubo muchas semanas de entrenamiento y se rodó justo al final. Me peleé con un hombre vestido de verde, y no, no me hice daño en la pelea".
Sin embargo, esto no ha sido lo más surrealista que ha hecho en su trayectoria: "Una vez grabé con un mono francés, no podías mirarle a los ojos, ni tocarle. Pensaba que era por razones de seguridad y luego me dijeron que si quería conocerle. Me negué porque pensaba que me iba a matar", bromeó. Otra anécdota destacable fue cuando en El cuento de la criada también rodaron una escena en la que pringaron a un bebé con queso de untar y mermelada.
Menos criada que cuento
Para todos los que quieran ver la nueva película de Moss, Motos ya avisó de que "pasé tanto miedo en el pase privado que luego por la noche daba manotazos por si había alguien". Una sensación parecida tuvo la actriz norteamericana: "Sí, yo también la vi sola en una sala de proyecciones de Nueva York y es verdad, pasé mucho miedo".
Después de destacar que le había gustado mucho la voz de la persona que le doblaba en versión española, llegó uno de los momentos más esperados: hablar de la exitosa El cuento de la criada. "Ha sido una experiencia que para mí ha tenido un impacto tremendo. Fue un gran reto, pero muy gratificante. Intentamos recordar que no era ciencia ficción, sino que es algo que puede suceder".
Llegados a este punto, la actriz californiana no dudó un instante en criticar ciertas tendencias del presidente de su país, Donald Trump (73): "Se están poniendo en duda cosas que lograron nuestros padres, y lo que es peor, están en serio peligro".
Volviendo a El cuento de la criada, Moss argumentó sus razones para ser productora de la serie: "Quería tener un mayor control y poder por ser la protagonista y también quería que hubiera una mujer como directora productiva. Creo que es importante que los actores tengan ese poder".
Uno de los aspectos más característicos de su serie es el atuendo que lucía, un traje que reconoce que escogió contando con la opinión de una profesional de la costura y, sobre todo, las dificultades de interpretar con ese peculiar gorro: "Lo odio, es horrible, no ves nada, no oyes nada y luego te chocas con las cosas porque no sabes donde estás. Es difícil incluso a la hora de rodar porque no siempre se te ve la cara".
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