Con la declaración del estado de alarma y el confinamiento forzoso como medida para tratar de frenar la pandemia del coronavirus, ha habido un periodista que ha firmado su propia victoria profesional al confirmarse una grave situación que él y su equipo de colaboradores expertos vaticinaban, generando un aluvión de críticas que cuestionaban su labor.
Se trata de Iker Jiménez (47 años), el presentador que lleva varios meses cubriendo esta crisis sanitaria y advirtiendo de las dimensiones que podría tener y que, en efecto, ha acabado alcanzando.
El pasado 9 de marzo, cinco días antes de que se decretara la alarma nacional, el conductor de Cuarto Milenio escribía en su perfil de Twitter lo siguiente: "Por desgracia tanto #MilenioLive como #CuartoMilenio no exageraban", comentaba sobre la pandemia. "Hemos informado desde hace 2 meses con verdad y ciencia. A la contra de lo que nos indicaba la mayoría y sus presiones. Defendiendo vuestro derecho a saber. Sin hacer caso de los que nos llamaban alarmistas", concluía.
Y es que, cuando el COVID-19 apenas comenzaba a expandirse más allá de China, Jiménez y su equipo advertían de la potencial crisis mundial que supondría esta epidemia.
Concretamente, el 16 de febrero, con apenas dos afectados en España y sólo un fallecido en el continente europeo, Cuarto Milenio abordaba las teorías conspiratorias en torno al coronavirus y la supuesta ocultación de información oficial por parte de China. "Ustedes y yo tenemos una preocupación lógica con el coronavirus: ¿nos están contando toda la verdad? Vamos a analizarlo, quizá con lo que no se cuenta", anunciaba el presentador en la 'promo' de aquel episodio.
Enrique de Vicente (69), médico y colaborador habitual del programa, se expresaba así: "Nos han mentido y nos siguen mintiendo. Esto es una crisis sin precedentes que va a continuar y va a tener consecuencias en muchos ámbitos, incluido el financiero".
Otro doctor, Miguel Ángel Pertierra, afirmaba en el mismo espacio que, a pesar del bajo índice de letalidad, el virus era muy contagioso y podía generar miles de víctimas en todo el mundo: "Cuando parece estar remitiendo hace un repunte y aumenta. Es un virus nuevo que está mutando y que no tiene tratamiento. Está matando a personas", apuntaba.
Desde el primer momento, surgieron en las redes sociales voces críticas con la 'nave del misterio' que acusaban al programa de alarmismo innecesario y de aprovecharse de la situación para obtener audiencia.
En Cuarto Milenio, Iker Jiménez respondía a las críticas sacando pecho: "Me enorgullece haber suscitado algún sarpullido en algunos medios con el coronavirus porque me preocuparía lo contrario". El periodista, como director del programa, se desmarcaba de sus colaboradores, aunque les agradecía su labor divulgativa y defendía la necesidad de contar con sus testimonios: "Hacer como que no pasa nada o reírme de aquellas personas que se preocupan es algo que no voy a hacer, en ningún momento les diré que miren para otro lado", sentenciaba.
El formato continuó con su análisis de la evolución de la pandemia, llegando a avisar a los espectadores de que era recomendable hacerse con víveres suficientes para 15 días, una idea que parecía una locura y que ahora cobra sentido en pleno confinamiento.
A medida que la situación iba empeorando, Iker Jiménez trataba de tranquilizar a sus seguidores, alejándose del alarmismo del que se le ha acusado y criticando a los que ridiculizaban la crisis del coronavirus. "Ahora sí es el momento de la calma y el civismo", escribía el presentador en sus redes el 12 de marzo, con más de 3.000 afectados y 83 fallecidos en España.
Quien también ha defendido a capa y espada la labor informativa de Cuarto Milenio sobre la pandemia ha sido Carmen Porter (45), subdirectora del programa y esposa de Iker Jiménez: "Dijimos que lo del coronavirus se iba a complicar y nos criticaron", recuerda la periodista, que asegura que desde el comienzo de la crisis se preocuparon por las posibles consecuencias que podría tener. "Nos lo tomamos muy en serio desde el principio", defiende.
Lo cierto es que algunos escépticos afirman que el acierto en los pronósticos del programa se debe a una simple casualidad, unas críticas a las que el presentador también ha querido responder desde sus redes sociales: "Hay individuos que hoy sin rubor dicen que siempre anunciábamos el fin del mundo y por eso acertamos. Pero en 30 años de profesión hemos dicho lo contrario. Siempre. Y esta vez tampoco se va a acabar".
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