María Teresa Campos (79 años) está deseando volver a trabajar, a la rutina, a la obligación del día a día, tras un verano atípico en el que tan solo se ha desplazado de Madrid hacia Málaga unos días, marcados por un gran carácter familiar. Lo cierto es que han sido unas semanas laborales bonitas para María Teresa, más allá de su exitoso espacio en YouTube, Enredados por María Teresa Campos. Sus colaboraciones con Mediaset, tanto en Sálvame como en Hormigas Blancas, la han ilusionado bastante en un periodo estival que ha sido duro, como ha podido conocer JALEOS.
No hay que olvidar que este ha sido el primer verano de la comunicadora malagueña sin Edmundo Bigote Arrocet (70) y, según cuenta con amiga suya, "tener la mente ocupada ha sido la mejor ayuda para no pensar". Y, afortunadamente, Teresa Campos tiene en qué pensar. De hecho, "ya está grabando" entregas de su programa, que no ha podido cosechar más éxito en la red, y este periódico ha conocido nuevos datos de su inminente regreso. El proyecto más ilusionante de la nueva y renovada Teresa llega de nuevo al canal "la próxima semana". Así lo ha confirmado la propia Campos a este medio.
Asegura no poder contar grandes cosas de momento, prefiere ser prudente, pero otra fuente, desde el gran cariño que profesa a la presentadora, sí desliza algunos detalles de lo que su admirado público, los suscriptores, podrán ver. Se trata de sorprendentes e importantes novedades. Se cuenta que uno de los aspectos que cambiará será el perfil de los invitados. María Teresa pretende darle a su programa "otro enfoque y se modificarán cosas en la estructura del mismo", además de elegir a rostros populares, pero "más alejados de la televisión".
Cabe recordar que a la malagueña siempre le ha gustado comentar, opinar e informar sobre política y crear debate y tertulia social: "En un momento como el que estamos, ella entiende que es necesario hablar de política y de cosas más rigurosas". Esto no quiere decir que secciones como la de su gran amiga Meli Camacho, de belleza y hábitos saludables, vayan a desaparecer, nada que ver: "Meli continuará como hasta ahora, lo que hará el programa será cambiar otros aspectos, mejorarlos". Termina el informante asegurando que la suerte de plató donde se graba -en casa de Teresa-también sufrirá cambios: "Se buscarán nuevos escenarios y habrá más inversión en la escenografía". Así, Teresa Campos vuelve... y por la puerta grande.
La felicidad de María Teresa
La idea de este proyecto la tuvo Meli, como contaba María Teresa a este medio hace unas semanas. No pudo sentirse más ilusionada Campos cuando se le informó del tema. Tocaba reinventarse, término que le encanta y le hace sentirse con ilusiones y futuro. Contaban ambas amigas que ese programa iba a estar centrado en temas muy variopintos: desde belleza y retoques estéticos hasta salud y alimentación. Lo que fuera surgiendo sobre la marcha. Sin embargo, tras la emisión de primer programa, algo cambió de manera interna. Los planes se trastocaron y nadie supo explicar nada.
Se emitió el segundo capítulo, en la misma línea inicial, pero a las horas se eliminó. En ese momento se producía el primer cambio en la estructura del programa: Teresa cambiaba el nombre de la cabecera y en vez de Enredadas en la red, de repente se llamaba Enredados por María Teresa Campos. Un sorprendente cambio que no fue el único: el espacio viró con entrevistas de Teresa y, ya al final, se incluye una pequeña sección con Meli Camacho.
En cuestión de días, el espacio daba un vuelco sorprendente casi al mismo tiempo que ganaba suscriptores. O lo que es lo mismo, dinero, mucho dinero. La publicidad comienza a llegar al programa de Campos, todo un fenómeno un YouTube. Nadie se podía imaginar el gran éxito que tendría Teresa. No obstante, la gran sorpresa para todos llegó con la emisión del tercer programa, donde la presentadora malagueña entrevistó a Toñi Moreno (47), y después charla con su amiga Meli. Pero ahí no estaba la noticia, sino en la cabecera nuevamente. Teresa fichó a su hija Carmen Borrego (53) como directora del programa y reducía la sección de Camacho en "colaboración especial".
Este periódico pudo conocer que es ella quien "selecciona y supervisa todo". Junto a Marfil, se encuentran dos personas encargadas de cámara y sonido. "Ella quería una filmación profesional, casi cinematográfica y el despliegue está siendo grande", se deslizaba entonces. No solo a nivel de imagen se piensa en grande, sino que María Teresa está luchando por conseguir a los mejores invitados. Lo está consiguiendo.
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