Jesulín de Ubrique (46 años) se sentará este lunes en Un año de tu vida, el programa de entrevistas de Toñi Moreno (47) en Canal Sur, en la que será su primera aparición pública tras el reciente fallecimiento de su padre, Humberto Janeiro, el pasado 9 de agosto.
El recuerdo de su padre será, tal y como ha adelantado la cadena autonómica, uno de los momentos más emotivos de la charla entre el torero y la presentadora. Aunque Jesús Janeiro también hablará de otros asuntos como su matrimonio con María José Campanario.
En el adelanto, el diestro cuenta emocionado el momento en que decidió ser torero con 13 años, al ver a su padre colocando un cartel de 'se vende' en la finca familiar. "Le dije 'papá, ¿tú quieres que yo sea torero?'". Ante la respuesta afirmativa de su padre, Jesulín aseveró: "Pues no vendas el campo", ha relatado sin poder contener las lágrimas.
Jesús también ha defendido su matrimonio con María José Campanario (41), que constantemente ha estado en el objetivo mediático y se ha enfrentado a numerosos rumores de crisis. "Yo llevo 18 años casado con mi mujer y año y medio que estuvimos de pareja. En ese intervalo de tiempo hemos tenido nuestras diferencias, nos han puesto muchísimas trabas en el camino y aquí estamos, con dos cojones, ¿no?", sentencia.
Con el habitual humor que suele mostrar en sus intervenciones públicas, Jesulín de Ubrique repasará otros aspectos de su vida como el momento en que rompió "de un plumazo" sus aspiraciones de adentrarse en el mundo de la música, o el día en que su hijo Jesús, de 13 años, le dijo que también quería ser torero.
Toñi Moreno aprovechará la charla con el diestro, con quien mantiene una estrecha amistad, para confesar que Jesús fue un amor platónico de su juventud: "Yo me enamoré de Jesulín de Ubrique, ¿quién no se enamoraba de Jesulín de Ubrique? Era el del momento. Pidió mi teléfono y yo me emocioné muchísimo", comenta.
Pero la anécdota no se quedaba ahí, tal y como desvelaba la de Sanlúcar: "No teníamos teléfono fijo porque en mi casa éramos pobres y el teléfono que tenía era el de mi vecina. Entonces, él llamaba a las 2 de la mañana y mi vecina venía en bata, 'Toñi, te llaman'. Yo cogía el teléfono y él decía, ¿Juani?... no, no soy Juani. ¿Pepi?... no, no soy Pepi... hasta que daba con mi nombre. Llevaba una libretita con todos los nombres de las niñas con las que estaba", relata entre risas.
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